Cuánto hay que celebrar que los géneros musicales estén cada vez más fusionados y nadie se rasgue las vestiduras por ello. Y qué bien que las etiquetas cada vez determinen menos, las que supuestamente definen a artistas tanto por la música que hacen como por su género e identidad.
A mí me hace muy feliz que, a día de hoy, a un público masivo le dé igual si Sam Smith es esto o aquello. Y qué importante es que el intérprete de Stay With Me, al que parecían haber forzado a ejercer de por vida de intérprete de soft soul apto para todos los públicos, haya hecho público que es no binario y no tenga ningún reparo en mostrarse tal cual es, y que a partir de ahora se refieran a su persona con pronombres neutros.
Resultaba muy evidente que, de cara a su segundo disco, The Thrill of It All, le habían obligado a adelgazar de un modo extremo, y a perpetuar la fórmula que le hizo vender millones de su debut y convertirse en referente para un público pijo que solo busca complacencia ausente de riesgo.
How Do You Sleep? ha supuesto una revelación, y una demostración de orgullo y autoaceptación –y elogio de la pluma– que va más allá de una mera canción pop. Un nuevo recordatorio de que el pop es un género que, a día de hoy, se muestra combativo y reivindicativo.
Me centro en este caso en artistas masculinos porque suelen ser los menos visibles cuando apuestan por un discurso aparentemente destinado a una minoría. A mí me hizo mucho bien de pequeño admirar a Boy George, artista masivo donde los hubiera, que obviaba las fronteras entre géneros y no entendía la necesidad de crear una barrera entre masculinidad y feminidad.
Hoy día, son cada vez más quienes actúan así, y se convierten –buscado o no– en ejemplos de actuación. Que un rapero como Lil Nas X haya salido recientemente del armario en el momento más dulce de su incipiente carrera es de un valor encomiable. Que Kiddy Smile presuma de hechuras chubby sin preocuparle las medidas normativas que se presuponen en un artista cool dice mucho de su seguridad, contagiosa.
“El pop, a día de hoy, se muestra combativo y reivindicativo”
Que aquí Putochinomaricón o King Jedet muestren continuamente, con canciones y hechos, el empeño permanente en luchar contra cualquier tipo de discriminación da esperanzas. Que Mykki Blanco o Serpentwithfeet compartan su ocasional fragilidad a través de su arte les hace más fuertes de lo que quizá creen. Por suerte, este espacio se queda pequeño para todos los ejemplos que se me ocurren.