Por qué los documentales de Taylor Swift y Justin Bieber dan pena, penita, pena

¿Funcionan como instrumentos de promoción documentales como los que acaban de lanzar Taylor Swift o Justin Bieber? Pues es muy discutible.

Por qué los documentales de Taylor Swift y Justin Bieber dan pena, penita, pena
Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

2 marzo, 2020
Se lee en 2 minutos

Temas: , , , ,

Cómo han cambiado las campañas de promoción. Y eso que los artistas siguen siendo iguales, personas de carne y hueso entregadas a su arte –unas tienen más que otras, eso está claro–. Pero la manera de comunicarse con su público no deja de evolucionar; se busca desesperadamente la cercanía con el fan, el misterio de antaño ya no se cultiva.

Aparentemente ya no interesan lxs artistxs enigmáticxs. Aunque visto lo visto últimamente, no me extrañaría que en breve cambien las tornas si algún avispado publicista de superestrella se da cuenta de que tampoco es necesario acercar tanto a sus clientxs. ¿Por qué digo esto? Porque de un tiempo para acá, no son pocos los nombres de primer nivel que han decidido apoyar las campañas de promoción de álbumes, singles o giras en documentales cuyo propósito no se termina de entender.

Por qué los documentales de Taylor Swift y Justin Bieber dan pena, penita, pena

Los ejemplos más claros –y recientes– son los de Justin Bieber y Taylor Swift, dos auténticos despropósitos. Ya veníamos de ver –o más bien, sufrir– los que lanzaron, por ejemplo, Lady Gaga o Backstreet Boys, que en cierto modo abrieron la veda del documental que busca que empatices con sus protagonistas a través de la pena. De una manera por momentos pornográfica. Y han creado tendencia.

Lo de Miss Americana de Taylor Swift no tiene nombre. Su equipo debía de ser muy consciente de la antipatía que despierta en quienes no son fans, y han decidido intentar convertirlos –convertirnos, porque me incluyo– a toda costa. Pues no funciona.

Por qué los documentales de Taylor Swift y Justin Bieber dan pena, penita, pena

No entiendo que se pase por su trayectoria musical más bien de puntillas –es lo relevante, ¿no?– y se realcen hechos como su disgusto al no ser nominada a los Grammys principales por Reputation –¿tan claro lo tenían que el cámara estaba contratado para captar sus mohínes?– o que come burritos y pasta. No lo termino de pillar. Vale, vota demócrata y apoya a la comunidad LGTBI, pero el modo en que expresa esos compromisos no pueden resultar más obvios.

¿Y el de Justin Bieber por capítulos en YouTube? ¿Saltando de sus adicciones pasadas a sus ratos en una cámara de oxígeno, y de ahí a su boda megapija, a la que no te apetecería nada que te hubiese invitado? Puf, me aleja más de él que otra cosa.

Llega Rosalía con el suyo, y con el arranque de una de sus entregas te gana en dos segundos: “San Agustín dijo: “Conocemos en la medida en la que amamos”, cita. Sigo prefiriendo amar a los artistas a los que admiro sin conocerles tanto, te evitas disgustos.

Por qué los documentales de Taylor Swift y Justin Bieber dan pena, penita, pena

Shangay Nº 562
Portada de la revista Anuario 2023
  • Abril 2024
Shangay Voyager Nº 37
Portada de la revista Shangay Voyager 37
Anuario 2023
Portada de la revista Anuario 2023
  • Diciembre 2023