Es una realidad muy triste. En estos momentos tan complicados, y cada vez más crispados, nos duele mucho ver que siguen sucediendo episodios homófobos y transfóbicos en nuestro país. El último lo ha sufrido Paula Rubio, una mujer trans de 30 años, en Zaragoza. Por suerte, no ha dudado en denunciarlo y compartirlo en sus redes sociales.
Hemos comprobado que la comunidad trans ha sufrido especialmente las duras consecuencias que está trayendo consigo la pandemia del coronavirus. Muchas personas trans viven ahora mismo en riesgo de exclusión social, y no han dejado de surgir iniciativas, tanto en nuestro país como a nivel internacional, para ayudar a las personas que más apoyo necesitan en estos momentos dentro de la comunidad LGTBI. Lo triste es ver que siguen dándose en nuestro día a día episodios transfóbicos, que nos recuerdan que la lucha por nuestros derechos y la igualdad debe continuar.
Paula Rubio salió a cenar tranquilamente en Zaragoza con unas amigas, sin imaginar que la noche iba a terminar con una agresión transfóbica muy desagradable, que no dudó en compartir vía Instagram Live. Fueron después a la terraza Kenbo a tomar unas copas. Cuando fueron al baño, sintió que unos chicos que también estaban esperando para entrar empezaron a mirarla mucho, y cuando regresaron fuera sintió que alguno tonteaba mucho con ella.
Se animaron a sentarse con ellos, y Paula comenzó a sentirse incómoda. Le preguntaron cómo se llamaba, y al decirles su nombre, escuchó cómo comenzaban a reírse por lo bajinis y a decir «se llama Pablo». En su directo, entre lágrimas, Paula confiesa que se hizo la tonta al escucharlo («se me da bastante bien», afirma, lo que nos hace pensar que, desgraciadamente, no es la primera vez que se enfrenta a una situación similar).
Cuando uno de los chicos le preguntó más directamente si le gustaba, ella le dijo que no. Y su respuesta, en palabras de Paula, fue: «No te gusto porque la tienes más grande que yo». Paula perdió los nervios, lógicamente, y toda la terraza se enteró del episodio. Ante semejante comentario transfóbico, la chica se encaró con él, para dejarle bien claro que esa humillación pública sobraba.
La impotencia de ver que el resto de personas que estaban en esa mesa no salió en defensa de Paula también le provocó en una tremenda tristeza. La misma que sientes al ver el relato en su cuenta de Instagram. Rubio no ha dudado en compartir esa desagradable experiencia para visibilizar los problemas a los que se enfrentan muchas mujeres trans a diario. Es importante que seamos conscientes de que cosas así siguen pasando en España, desgraciadamente.
Paula Rubio ha agradecido todo el apoyo que está recibiendo tras la agresión transfóbica, y ha escrito: «Creo que el odio no se devuelve con odio. Agradezco infinitamente que actos como el que yo sufrí se hagan virales, para mostrar una realidad que la mayoría de las veces las personas se niegan a ver». Stop transfobia.