Se ha logrado salvar la edición 2020 de Veranos de la Villa, algo a celebrar. Tras ajustar la programación a la realidad actual, durante todo el mes de agosto animará las calurosas noches de la capital con espectáculos de lo más diversos, y para todos los públicos.
Ángel Murcia, director artístico de esta edición de Veranos de la Villa, nos recibe en Conde Duque, sede única de esta edición tan atípica del festival que es todo un clásico de los meses más calurosos del año en Madrid. Una vez superados los complicadísimos meses en que no se sabía qué futuro tendría esta cita estival, ya es una realidad la programación, que del 29 de julio al 30 de agosto ofrece espectáculos artísticos para todos los gustos.
Respetando todos los protocolos de seguridad, inaugura esta edición la Compañía Nacional de Danza, en la vuelta a los escenarios madrileños de Joaquín de Luz, y la cerrará Carmen Linares. “En el proyecto que presenté quería que se reflejara el patrimonio cultural de la ciudad de Madrid, tanto tangible como intangible, que además es transversal. Al final, hemos decidido centrarlo en las artes escénicas”, explica Murcia.
Continúa relatando qué buscaba ofrecer con las propuestas finalmente seleccionadas en un año tan único. “Me interesaba mucho centrarlo especialmente en los creadores, tanto quienes son de fuera y han hecho su carrera en la capital como los que son de Madrid y han hecho su carrera fuera, para ver cómo les ha marcado la ciudad. Joaquín de Luz es un buen ejemplo: un chaval de San Fernando de Henares que hizo su carrera en Nueva York, y que ha vuelto… ¿Qué información trae? ¿Qué expectativas tiene? Así con todos, desde Dani Pannullo hasta Enrique Cabrera”.
Según fueron evolucionando las circunstancias, tuvieron que ir creando modelos diferentes para adaptar las propuestas a las noticias que iban recibiendo. “En todo momento tuve claro que quería incluir géneros muy diferentes, aunque ya no pudiéramos ofrecer dos meses y medio de programación repartidos en veinte espacios. Quería incluir género lírico, pop, folk, electrónica, teatro de texto, danza…, y así llegar a todos los públicos”.
«No solo hablamos de cultura, también de disfrute al aire libre»
Así, conviven en armonía una zarzuela como La corte de Faraón (del 21 al 23 de agosto) y un kiki ball como Voguing de una noche de verano (29 de agosto). “La noche de voguing va a ser la estrella de esta edición, pensamos”, dice Ángel Murcia. “Y es que no solo cumple la función de ser un espectáculo más enfocado a gente joven, o para fans de Pose. Queríamos crear, junto a Silvi ManneQueen, un espacio para la danza y la performance LGTBI en un espacio seguro. Porque también buscamos reflejar la diversidad de estilos de vida que concentra Madrid. De ahí que el programa incluya a María Pagés (del 14 al 16 de agosto), Raül Refree (4 de agosto) o a Juan Valderrama (9 de agosto), entre tantos muchos. Cada artista compartirá su experiencia dentro de la ciudad a través de su arte”.
Una edición en la que todo ha debido ser adaptado a las circunstancias actuales y al espacio que va a acoger Veranos de la Villa, el Centro Cultural Conde Duque, de manera que será doblemente especial. “No la vamos a olvidar en la vida”, afirma con sonrisa aliviada el director artístico, una vez que se ha confirmado que esta programación es una realidad. “Y por eso decidimos que Conde Duque fuese la sede única, porque garantiza la seguridad tanto del público como de los artistas y el resto de trabajadores, la infraestructura la facilita”. Además, apunta un componente emotivo y simbólico: “Es donde se hizo el festival hasta 2008”.
Doce años después, ha vuelto a casa. “Ha sido una agradable sorpresa, pero no la única”, apunta Murcia. “La otra ha sido el interés que ha despertado que haya una zarzuela. Mucha gente a la que no imaginas yendo al Teatro de la Zarzuela me preguntó durante meses si íbamos a programar alguna, y no acababa de entender por qué”. De nuevo aparece el componente emocional. “Muchas de esas personas recuerdan haber ido a Veranos de la Villa con sus abuelos o sus padres a ver una zarzuela; es algo simbólico, y me encanta que sea así. Porque no solo hablamos de cultura, también de disfrute al aire libre”.
En la última semana de esta edición se concentran los espectáculos y conciertos que, a priori, atraerán a un público más joven, porque, además de los espectáculos de voguing o de la Dani Pannullo DanceTheatre Co. (con ATLAS Map of Moves, 26 y 27 de agosto) habrá una noche dedicada al indie pop, El bello verano, con conciertos de Cariño y Confeti de Odio (28 de agosto). “Ya llegarán otras ediciones en las que poder desarrollar aún más las ideas que teníamos para este año. Lo importante es disfrutar estas noches de verano, que nos lo merecemos”, concluye, acertadamente, Ángel Murcia.
VERANOS DE LA VILLA SE CELEBRA DEL 29 DE JULIO AL 30 DE AGOSTO EN EL CENTRO CULTURAL CONDE DUQUE DE MADRID