Llevamos años diciéndolo: Karina es muy grande. En Shangay somos #Kariners, y su Instagram nos ha ayudado a ser un poco más felices durante los terribles meses del confinamiento. Pero ha sido ahora, con su hit Ponte la mascarilla, cuando ya ha enamorado a los millennials, que la han convertido en su nueva musa pop gay.
Tanto que han sampleado su post, que ahora rula de WhatsApp en WhatsApp, y se ha convertido en un himno para cantar entre amigas cuando te encuentras en un bar, o haciendo alguna de las pocas cosas que podemos hacer en estos momentos.
No hay nadie que, cuando se toque el tema de la mascarilla, no te suelte, el estribillo: «Ponte la mascarilla; ponte la mascarilla… y guarda la distancia. Nos van a encerrar… ¡No, no, no, no, no!».
Lo dicho, muy grande Karina. El fenómeno ha sido tan viral que hasta programas como Sábado DeLuxe [recordemos que no hace tanto la masacraron en su plató, del que se tuvo que ir llorando] conectaron con ella. El objetivo era lanzar un challenge para que su Instagram creciera hasta convertirla en una de las reinas de la red social. Lo han conseguido: en el poco tiempo que lleva tiene más de 30 k.
Este es el post original que generó todo este revuelo. Empezó, como siempre, con su ya mítico: «Hola qué tal, mis queridos amigos de Instagram…».
Y lo acompañó con este mensaje y estos hashtags: «Por favor cuidaros mucho, por vosotros y por los demás. #coronavirus #covid_19 #rebrotes #mayores #cuidado #mascarilla #distancia #adisfrutarconcabeza».
Días después, tras el ser viral en redes, ella misma explicó el origen del temazo: «Después del ‘revuelo’ de la canción de #lasmascarillas os dejo un trocito de la original. Compuesta por Juan Carlos Calderón, la canté para la película La chica de los anuncios en 1968. Muero de amor con vuestros comentarios 😍 #gracias a todos por vuestro cariño, no sabéis lo feliz que me hacéis cada día. #gracias #seguidores #followers #pontelamascarilla #canciones».
Nada es gratuito. Karina puede presumir de muchas cosas, como se ser una gran persona y una maravillosa amiga. Pero, además, de tener una potente carrera como una de las grandes divas de la música española.
En marzo de 2019 presentó su último disco, Hello, con varios temas nuevos (como Tú eres, Hello o Mi quimera) y sus clásicos remasterizado en la sala Galileo Galilei (un lugar mítico en Madrid para la música en directo) con un concierto. Allí sorprendió con un emotivo discurso. Rodeada de prensa, como a ella le gusta estar, recordó cuando en Hispavox [su discográfica en sus años de éxito] le dijeron en 1978 que finiquitaban su contrato con un lacónico y terrible «Aquí no renovamos a horteritas«.
Pocos meses después, en noviembre del pasado año, dio un pequeño concierto para poner de largo su “nuevo LP” y conmemorar así los 50 años de Las flechas del amor. “Las canciones, gracias a Dios, no tienen arrugas. Yo quiero mucho a mi profesión, que es muy dura, inestable. Pero es que yo también soy inestable. Por eso es muy importante luchar. Si uno tiene fe, las cosas llegan”, nos dijo, entonces, en la presentación.
Este trabajo fue posible gracias al esfuerzo de Fermín Ortiz, su productor, que se empeñó –contra viento y marea– en sacar este proyecto adelante: “Es el trabajo enorme de una estrella que siempre lo ha sido”, asegura sin embargo él.
La cultura millennial tiene muchas cosa buenas, pero a veces peca de no conocer el origen de muchas cosas. Ahora que todo el mundo tararea ‘La mascarilla’ conviene recordar que estamos ante todo un icono de una época. Como también lo es su tema El baúl de los recuerdos.
Esta mujer –que quedó en segunda posición del Festival de Eurovisión con En un mundo nuevo– sigue teniendo energía para eso y mucho más. Por eso nos emociona recordar lo que nos dijo entonces sobre el escenario de la sala Galileo. También cómo el programa de TVE Pasaporte a Dublín –en el que fue elegida para representarnos en el festival– fue un precursor del hoy archiconocido Operación Triunfo.
Su entonces mánager, Emilio Santamaría, el padre de Massiel, llevó su carrera con gran éxito, sobre todo a raíz de su aparición en Escala en Hi-Fi, otro mítico programa de TVE. Temas como Las flechas del amor, En un mundo nuevo, La fiesta, Tú y yo, Qué más da o Muñeca de cera –la versión en español de Poupée de Cire, con el que France Galle ganó Eurovisión en 1965)– la subieron a lo más alto de las listas de ventas, que entonces eran muy altas.
A partir de ese momento, y durante décadas, la cantante no paró de cosechar éxitos y de ser una de las famosas más buscadas por las revistas. Fueron muchas las portadas que Karina copó en las principales cabeceras de este país, sobre todo a raíz de su matrimonio en 1973 con Tony Luz, uno de los músicos más representativos del pop rock de esos años. Esta es la historia de Karina que ahora arrasa en Instagram. Bravo por ella.
En Shangay la queremos. Desde mucho antes de que se hiciera viral como musa millennial pop gay del postconfinamiento.