Por edad, por generación y por imagen, debería ser una estrella muy popular. Pero la gran pasión de Sergio Bernal es la danza (la música es la segunda), a la que lleva entregado desde que era un niño. Sí, es una estrella –y grande– en el mundo en que se mueve, pero quizá haya llegado la hora de que amplíe público. Y lo hace, en parte, apoyándose en el pop, que le gusta tanto como otros muchos estilos musicales.
El aclamado y versátil bailarín madrileño, virtuoso del ballet clásico y la danza española, vuelve a los escenarios de su ciudad natal con su primer espectáculo, SER, que presenta dentro de Veranos de la Villa los días 29 y 30 de julio.
«No pretendo ser ningún revolucionario, solo busco ser feliz»
Tras unos meses de incertidumbre a todos los niveles, Bernal tenía que haber estrenado SER semanas antes de lo previsto. Pero tuvo que retrasar su estreno en los Teatros del Canal, allá por octubre de 2020, pues la covid-19 apareció en las vidas de los integrantes de la compañía. “En un principio supuso un gran disgusto, claro, porque en la compañía somos cuarenta personas. Corríamos el riesgo de tener que cancelar, porque no sabíamos si Teatros del Canal tendría otras fechas disponibles para estrenar; suerte que sí”. Sergio recuerda bien la fecha en que dio positivo. “Fue el 23 de septiembre, el día de mi treinta cumpleaños, imagínate… Pues al final lo he visto como un regalo”, asegura. “Porque así nos dio tiempo a plasmar perfectamente todo lo que queríamos en SER”.
SHANGAY ⇒ ¿Te da cierto vértigo presentar en sociedad tu propia compañía, tras haber formado parte durante siete años del Ballet Nacional de España?
SERGIO BERNAL ⇒ Realmente no, porque siempre lucho por salir de mi zona de confort y plantearme nuevos retos; siento sobre todo responsabilidad. En el sector cultural nunca sabes qué va a pasar: si te van a contratar, si va a aparecer una pandemia… Si buscas hacer tus sueños realidad, hay que tirar adelante. Si lo haces por amor a tu profesión y a crecer, no te va a pasar nada malo.
«La danza es una liberación para mí»
SHANGAY ⇒ ¿Para qué arriesgar justo ahora, con el nombre y la reputación que ya tienes?
SERGIO BERNAL ⇒ Actúo siempre así en todos los campos de mi vida. Cuando he estado con mi pareja supercontento, de pronto decido que adiós… Es el deseo de evolucionar y de ponerme nuevas metas, porque sé que, si no, me acomodo. Adoro el Ballet Nacional, lo siento como mi casa, pero veía que cumplía 30 años y era ahora o nunca. Soy joven, por supuesto, pero como bailarín ya no tanto, y no iba a montar una compañía con 37, así que me lancé a la piscina, con la ayuda de Ricardo Cué [su mentor, reconocido coreógrafo y codirector de la compañía].
SHANGAY ⇒ ¿Le da más miedo cumplir años a un bailarín que a otras personas?
SERGIO BERNAL ⇒ Más que miedo, coraje. Gracias a a Dios, tengo un físico que me permite realizarme todavía: una musculatura que no se lesiona con facilidad, buena flexibilidad… Pero claro, ya no es todo como cuando tenía 23. Ves cómo en otros campos la gente va adquiriendo un mejor hacer con el tiempo, mientras que tu físico va decayendo, y es complicado asumirlo. Pero para mí la danza es una liberación, y en el escenario siento un poder especial para captar la sensibilidad de la gente. El día que no me vea con capacidad de hacerlo, debido a mi exigencia, lo dejaré.
SHANGAY ⇒ ¿Qué retos te has marcado con SER?
SERGIO BERNAL ⇒ Emocionar y no verme obligado a cumplir las expectativas de la profesión y la presión purista. Por eso, por ejemplo, he utilizado un extracto de música de Beyoncé, que me flipa. La veo en [su directo en] Coachella y pienso: “¡Yo quiero hacer eso!”. Claro, no tengo los mismos medios, pero esa dinámica de espectáculo me apasiona. Y he querido captar esas sensaciones visuales y transmitirlas.
«Disfruto igual escuchando a artistas pop que bailando a Vivaldi. Y a veces me pongo canto gregoriano y entro en trance»
SHANGAY ⇒ No es habitual ver a un bailarín clásico citar referentes pop o utilizar en su espectáculo música de Beyoncé o Stromae, algo que además puede atraer nuevo público…
SERGIO BERNAL ⇒ Es también una manera de introducir a ese nuevo público en mi trabajo. Disfruto igual escuchando a artistas pop como ellos que bailando a Vivaldi, incluso a veces me pongo a escuchar canto gregoriano y entro en trance. Es lo mismo me pasa cuando veo actuar a Beyoncé. Me impresiona su capacidad para plantarse ante miles de personas, en tacones y frente a un ventilador que como te descuides te lanza contra la pared, y diga “aquí estoy, y la voy a liar” sin ningún miedo. Me encanta su música, cómo baila, lo que monta…, en fin, me encanta ella. La que más.
SHANGAY ⇒ ¿Alguna otra diva pop que te impresione?
SERGIO BERNAL ⇒ Madonna tiene su punto, pero no he conectado tanto con ella. Aunque es de admirar que a su edad se lo siga currando tanto a nivel físico, porque eso requiere un rigor y una constancia que es muy difícil que no llegue un momento en que la pierdes. Valoro, sobre todo, el trabajo que hay detrás de artistas como ellas, porque sé lo que hay detrás, y me alucina.
SHANGAY ⇒ ¿Te gustaría bailar en un vídeo de Beyoncé?
SERGIO BERNAL ⇒ ¡Hombre! ¡Me voy nadando si hace falta! [risas] Y mi dios es Michael Jackson… De hecho, en la obertura de SER la manera en que aparezco vestido está un poco influida por él; he querido hacerle un guiño, porque es otro de mis referentes.
SHANGAY ⇒ ¿Es cierto que tu próximo proyecto es un espectáculo sobre Yves Saint Laurent?
SERGIO BERNAL ⇒ Sí, porque la moda me apasiona, y ese era otro de mis sueños. Un amigo me recomendó que viese la película sobre su vida. Yo estaba viviendo una relación muy tormentosa en ese momento, y me vi reflejado en varias escenas. Hasta el punto que pensé que me encantaría hacer algo sobre él y su dramática vida. Por casualidades de la vida, conocí a una persona que había sido relaciones públicas de la casa Saint Laurent en Milán, y a través de él, a Pierre Bergé. Incluso fui a su casa de Marrakech, y flipo cada vez que veo el email [que nos enseña] en el que confirma su beneplácito para llevar a cabo este proyecto. Dada la situación, se ha tenido que retrasar de momento, claro.
«Me encanta cómo baila Beyoncé, su música, los shows que monta… Es lo más»
SHANGAY ⇒ En el cartel de SER te vemos a pecho descubierto, y en piezas como El cisne bailas semidesnudo. ¿Hay algo de exhibicionismo en esas propuestas o simplemente pones tu cuerpo al servicio de tu arte?
SERGIO BERNAL ⇒ Si es que los bailarines vamos en suspensor por todas partes, es habitual… La danza hay que hacerla con belleza, y cualquier momento mágico o espiritual que se muestre debe envolverte. Sin creerme nada, físicamente he tenido suerte: mi cuerpo resulta armónico, y es, obviamente, una parte más de mi trabajo. En El cisne, si voy prácticamente desnudo está más que justificado. Lo que Ricardo [Cué] quería transmitir es que estamos al final de la vida de una persona; está mostrando su alma, así que sobra todo, tienes que desnudarte… Aunque, claro, en pelotas no iba a salir, porque rompería con todo.
SHANGAY ⇒ Empezaste a bailar siendo un niño. ¿Tuviste que escuchar muchas veces un ‘maricón’ despectivo por hacerlo?
SERGIO BERNAL ⇒ Sí, claro. Soy de Usera, imagínate. Yo salía tan orgulloso de bailar, y más de una vez me dieron hasta balonazos. No me afectó. Junto a mi academia había, en un parque, una gran escalinata (como la que saca Beyoncé en Coachella, te lo juro, y por eso también está ella en SER). Pues yo, con un radiocasette y un micro, me montaba mis propios conciertos con seis años, y todo me daba igual. Es muy triste ver cómo el bullying infantil y juvenil sigue estando de absoluta actualidad. ¿De dónde salen el dolor y la rabia para pegar o insultar a otro chico, porque sea gay o por cualquier otro motivo, siendo tan pequeños?
SHANGAY ⇒ A día de hoy, vemos que culturas como la de voguing ayudan a personas LGTBI a empoderarse frente a quienes les insultan. ¿Tú contabas con alguna herramienta que te ayudara?
SERGIO BERNAL ⇒ No, pero te juro que me daba igual. Tenía tan claro lo que quería ser, y lo que era, que no me importaba que me llamaran mariquita porque hacía ballet. Eran personas que no me importaban, y no me iban a desviar de mi camino. Sigo igual, motivado solo por hacer cosas que me gusten y que hagan al público sentirse tan bien como yo. No pretendo ser ningún revolucionario, solo busco ser feliz.
SERGIO BERNAL PRESENTA SER EN VERANOS DE LA VILLA LOS DÍAS 29 Y 30 DE JULIO