MIRANDA: «SOUVENIR» (SONY MUSIC)
Qué necesario es el dúo que forman los argentinos Ale Sergi y Juliana Gattas. Qué importante es su amor por el pop, absolutamente contagioso, como vuelven a demostrar en su octavo álbum de estudio, con el que celebran sus primeros veinte años en activo. En él evidencian que su fórmula no está, ni mucho menos, agotada, e inauguran etapa con una nueva entrega de pop burbujeante y exquisito.
Diez canciones en las que refuerzan su personalidad como creadores e intérpretes; una reivindicación en toda regla de Miranda! Arranca el disco por todo lo alto con Por amar al amor, marcando desde el inicio el tono discopopero del álbum, que destaca por su luminosidad y por la fuerza de sus estribillos. Sorprende su deliciosa incursión en el dancehall –muy sui géneris, claro– con Caía la noche, y se agradece que hayan incluido en él su reciente colaboración con Javiera Mena, Entre las dos, con un punto filolésbico muy sugerente.
La europopera Me gustas tanto es una canción que bien podría acabar convirtiéndose en un clásico de bodas, bautizos y comuniones, de igual manera que Luna de papel merece un lugar en cualquier playlist encabezada por Dua Lipa, y No es lo que parece, en cualquiera que incluya a Kylie Minogue. Un disco que se hace corto y deja con ganas de más. ⭐⭐⭐⭐
PALOMA MAMI: «SUEÑOS DE DALÍ» (SONY MUSIC)
Lástima que el concepto visual del primer álbum de la chilena tire tanto para atrás, porque hasta ahora la Mami había demostrado tan buen gusto en sus propuestas estéticas como en las musicales. Aunque lo importante aquí es la música, y Sueños de Dalí sorprende por la sutilidad de su propuesta y por huir de golpes de efecto facilones.
Como ha hecho Ariana Grande en sus últimos discos, Paloma Mami apuesta por no correr tras las tendencias que arrasan y busca asentar un sonido que empieza a reconocerse ya como propio. Predominan los medios tiempos, los reguetones lentos y sutiles toques de r’n’b que crean atmósferas cautivadoras (como en las bilingües Traumada y I Love Her).
Y en él están singles tan rotundos como Goteo y Religiosa, que de cierta manera la vinculan con la sensibilidad de la enorme Kali Uchis. Mucho más válido de lo que parece a primera vista, Sueños de Dalí es un notable debut. ⭐⭐⭐1/2
ESPANTO: «CEMENTO» (AUSTROHÚNGARO)
No hace música el dúo riojano –que publica en Austrohúngaro, el sello de Hidrogenesse– para todos los públicos, pero, ay, qué alegría que se acuerden del que les echaba de menos, porque ya han pasado cinco años desde el álbum Fruta y verdura. En esta ocasión han creado una especie de ópera de cámara conceptual, en clave lo-fi, sobre las esclavitudes y sinsabores que conlleva la vida en la ciudad.
Pero se hace de lo más llevadera porque las canciones funcionan como pildoritas eclécticas que les permiten continuas vueltas de tuerca estilísticas. Porque pasar de un dulce como La tarta a un power-pop (que nos retrotrae a los tiempos de Spicnic) como Fotos con las autoridades sin despeinarse nos recuerda que Espanto son mucho Espanto. ⭐⭐⭐⭐
RÓISÍN MUROHY: «CROOKED MACHINE» (LOADED RECORDS/BMG)
Su reconexión con las pistas de baile ha sido lo mejor que le ha podido pasar a Róisín Murphy. Tras el espléndido Róisín Machine del año pasado, ahora ha publicado un reverso en donde ya no predomina el tono retro del anterior y la Murphy propone la banda sonora perfecta para la reapertura –esperemos que pronta– de los clubs.
Richard Barrat aka Crooked Man desborda creatividad reinventando el material base ya conocido a través de deep house y techno oscuro. El resultado es un disco con identidad propia que merece la pena escuchar –y bailar– de principio a fin sin parar. ⭐⭐⭐1/2
DJ KHALED: «KHALED KHALED» (SONY MUSIC)
“Otro más”, por traducir ese “Another one” que suelta siempre al principio de cada tema firmado por DJ Khaled para que a nadie se le olvide que, por muchas estrellas a las que invite, él siempre tiene que quedar por encima. El principal problema: tanto se repite que el efecto sorpresa se acaba perdiendo, e incluso da la sensación de que se malgasta a las superestrellas que participan en este álbum.
La linealidad del álbum, y lo previsible de su fórmula, deja poco espacio a la emoción, y sin ella, es un disco sin sentido. Una lástima si tenemos en cuenta que en él están H.E.R., Jeremih, Megan Thee Stalion, Cardi B… En fin, regular. ⭐⭐1/2
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