Quedan tres meses para el Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda 2023, y por el momento la FIFA no ha dado carta blanca a las reivindicaciones LGTBI durante los partidos.
Las jugadoras temen que, a pesar de la cancelación del patrocinio de Arabia Saudí, el organismo deportivo limite su libertad de expresión, como sucedió en Qatar.
El Mundial de fútbol de Qatar fue quizás el más controvertido de la historia. Durante los meses que duró la competición deportiva, las políticas represivas del país fueron criticadas por limitar los derechos humanos, sobre todo en materia de condiciones laborales y de respeto a las personas LGTBI.
A raíz de esto, varias selecciones europeas anunciaron en octubre de 2022 que los capitanes de sus respectivos equipos jugarían con un brazalete que mostrase su apoyo al colectivo LGTBI.
Pocos días antes del inicio del Mundial, la FIFA advirtió que los jugadores que portasen esta prenda serían sancionados con una tarjeta amarilla. Ante la amenaza, los equipos se retractaron.
Ahora, en vísperas de la Copa Mundial Femenina, se teme que se puedan repetir estas restricciones. Tras la polémica aplicación de esta medida en Qatar, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, aseguró el pasado mes de marzo que el organismo deportivo buscaría una solución a este asunto de cara al Mundial de Australia y Nueva Zelanda.
Al contrario que en Qatar, la FIFA parece estar teniendo en cuenta las demandas de igualdad en la gestión de este campeonato. Prueba de ello es la cancelación del acuerdo de patrocinio con Arabia Saudí, a través de la entidad turística Visit Saudí.
Las relaciones comerciales entre la FIFA y el país de Oriente Medio fueron criticadas con dureza por los anfitriones de la competición. Después de que el organismo deportivo anunciase la intención de colaborar con Arabia Saudí, James Johnson, director ejecutivo de Football Australia, declaró que este acuerdo «no estaba en línea» con sus ideas respecto a la competición.
A la crítica se unieron también muchas jugadoras, que amenazaron con desmarcarse del campeonato, en señal de protesta por la discriminación que las personas LGTBI y las mujeres sufren en Arabia Saudí.
Alex Morgan, doble campeona del mundo, declaró a Associated Press que “es muy raro que la FIFA haya querido este patrocinio para el Mundial femenino cuando a mí no se me apoyaría ni aceptaría en ese país, así que no lo entiendo”.
Ver esta publicación en Instagram
Ante la presión ejercida por las jugadoras, los países organizadores y distintas asociaciones y colectivos, la FIFA decidió renunciar al patrocinio de Arabia Saudí. El responsable de comunicar esta decisión, el pasado 16 de marzo, fue Gianni Infantino, que en su declaración criticó al país anfitrión del mundial por tener acuerdos comerciales con Arabia Saudí: «Hay un doble rasero que no entiendo”.
Ver esta publicación en Instagram
A pesar de estar realizando una gestión más inclusiva, la FIFA aún no ha explicado si las jugadoras podrán llevar las reivindicaciones LGTBI a los partidos. Aunque el año pasado las selecciones masculinas se retractaron por miedo a las represalias, la integridad que han exhibido las jugadoras femeninas hace pensar que podrían poner en marcha sus reivindicaciones, a pesar de las consecuencias.
Edith Salazar se muestra más liberada que nunca con su nueva canción 'Orgullosa'
Visibilidad lésbica: un grito de orgullo y resistencia en el presente
Venga, Bea celebra el Día de la Visibilidad Lésbica con 'Soy lesbiana': "Tinder es una gran fuente de inspiración"
