Ya queda poco para que Andra Venus publique su primer EP, y un nuevo adelanto del mismo es su single La estrella.
La apuesta de Andra Venus por la visibilidad trans es muy potente y necesaria, y en esta ocasión le cedemos la palabra para que comparta en la sección Generación selfi su historia hasta hoy.
Sirenita total
«Aunque vivo en Sevilla, soy de Nerva, en Huelva. De pequeña me fue todo lo bien que le puede ir a una chica trans en un pueblo de 5.000 habitantes. En el patio del colegio ya me llamaban maricón antes de que supiera lo que significaba, no entendía nada… Pero no me escondía: como siempre he sido una chica, cuando había que formar dos filas en el patio, lógicamente me ponía con las niñas, nunca me escondí y desde pequeña expresé mi género tal y como me dio la gana.
Cuando me preguntaban qué quería ser de mayo decía bailarina, no bailarín, por ejemplo. Cuando vi La sirenita, que me encantaba (con todo ese mensaje subliminal que tiene) le dije a mi madre que era como ella [risas]. Contar con su apoyo, como con el del resto de mi familia, ha sido fundamental. Aunque está claro que bien no lo pasé. De hecho tengo lagunas de años enteros de mi infancia».
Bendita transición
«Siempre he tenido una especial de foco social encima; he sido muy conocida en mi pueblo desde pequeña, cuando se me veía como el maricón del pueblo. Hasta los propios maricones me hacían bullying para que no se lo hicieran a ellos. I get that: supervivencia, ¡pero, amores!
En el instituto viví los peores momentos de mi vida, for real. No pude disfrutar de mi adolescencia como el resto de chicas: se me negaban la sexualidad y el deseo, no podía ir a fiestas porque eran territorios hostiles para mí, y yo lo quería era hacer mi mierda y servir looks tranquila [risas]. Además, a mi madre le aterraba que tuviera que huir del pueblo huyendo… Lo cierto es que mi familia creó una especial de escudo a mi alrededor, todo el mundo dejó buen claro lo orgullosa que estaba de mí.
La cosa empieza a cambiar cuando hago la transición con 16 años; claro, fui la primera chica trans en hacerla íntegra en mi pueblo. Fue supercurioso ver cómo reaccionó todo el mundo que siempre me había insultado usando el femenino al comprobar que siempre había sido una tía [risas]. A partir de ahí, la verdad es que todo fue bien”.
Sevilla maravilla
«En 2016 me fui a estudiar a Sevilla. Pasé por Bellas Artes, Historia del Arte y ahora hago Antropología. En la cuarentena empecé a crear música para seguir viva. Ya había estudiado en el conservatorio, aunque sentía el síndrome del impostor, no tenía ni idea de producir… Pero mi ex me alentaba mucho, me decía que tenía el talento y el conocimiento.
A raíz de las agresiones verbales que sufrió una chica trans en Benidorm, compuse mi primer single, Rage, inspirado también por mis dos grandes referentes, a las que sampleé, Manuela Trasobares y Cristina la Veneno, que fue la que me hizo ver claro que era trans como ella. La veía en la tele como mi prima y pensaba «¡marica, esto soy yo!” [risas]. y la verdad es que en mi pueblo me he sentido siempre como Cristina: hipersexualizada».
Biological Venus
«Rage le gustó muchísimo a la gente. Aunque ahora la escucho y pienso «qué cuadro», porque la grabé en mi cuarto con una tarjeta de sonido de 20 euros y un ordenador supersalchichero de 30. Pero no me avergüenzo de mis comienzos, me resultan tiernos, y la sigo cantando, porque es una canción para mis hermanas, para que se sientan empoderadas. A raíz de eso grabé la mixtape Biological Venus, en que plasmé mi camino de transición, es algo que necesitaba sacar».
Siempre poderosa
«Después llegó mi canción Power, que surge a raíz de hacerme la vaginoplastia. Tuve que conocerme otra vez, descubrir mis genitales. Es algo de lo que no se habla, tenía muy poca información sobre el proceso, y no sabía a lo que me tendría que enfrentar. Tuve que adueñarme de mi deseo.
Siempre se me había tratado como objeto de deseo pasivo, y mi validación pasaba porque los demás me vieran sexy. He querido hablar sobre el orgasmo, y sobre cómo el placer ahora es mío, no exclusivamente para la persona que tengo enfrente. Sin sex appeal y sin un capital erótico daba la sensación de que mi existencia no valía nada.
Si no era guapa, sexy y con un cuerpo y una personalidad consumibles sentía que no me iba a querer nadie. Tuve que deconstruirme y construirme de nuevo como objeto de deseo, para eliminar ese backlash que había sentido toda mi vida como «la chica trans del pueblo».
Además, a los 22 descubrí que soy bi, y también quería hablar sobre ello. Y sobre el orgasmo, lo diferente que se siente con unos genitales y con otros. Ese placer es mío, no para la persona que tengo enfrente. Por eso canto «deseché todo lo que estaba destinada a ser y ahora solo quiero ver las calles arder».
Ya no me voy a callar ante un comentario tránsfobo ni te voy a reír la supuesta gracia porque te conozca de toda la vida. Porque, además, a nadie le interesa lo que tenga entre las piernas, y estoy harta de preguntas indiscretas de la peña. Transformar la rabia en empoderamiento me parece muy chulo».
Referentes de altura
«Mi tía Mónica, que dice que mi música le recuerda a Sade, me ponía mucho de pequeña a Anastacia y a Whitney Houston. A mi madre le gusta mucho el jazz, y me descubrió a Ella Fitzgerald y a Frank Sinatra, entre otros. Cuando llegó Internet a mi casa y conocí a Christina Aguilera, a Beyoncé o a Alicia Keys me explotó la cabeza. Ellas tres me enseñaron a cantar, y seguro que todos mis vecinos lo recuerdan [risas]. Después me metí un poco más en el hip-hop con artistas como Lil’ Kim, y tras ella llegaron Mary J. Blige, Mariah Carey…».
A por todas
«Ahora que ya es una realidad el vídeo de Power estoy pletórica, porque me costó mucho sacarlo adelante siendo una artista trans underground, sin un puto duro. Básicamente, han pasado dos años desde que lo tuve en mente. Tengo muy claro lo que quiero lograr, y voy siempre a por ello, reconozco que me cuesta mucho delegar, y claro, hay que pelear mucho, porque incluso gente que conoces te pone trabas, es doloroso…
En este momento estoy muy ilusionada porque estoy finiquitando las canciones que estarán en mi EP. Al entrar en esta industria me ha sorprendido lo que la gente cree en mí; en ocasiones, más que yo misma. Y la cantidad de oportunidades que se me han dado ya en Sevilla, siendo una chica trans, y sobre todo teniendo en cuenta las pocas canciones que tengo fuera, me resulta a veces too much«.