Alana S. Portero: "Todo lo bueno que me ha pasado ha sido por ser mujer, trans y bisexual"

La autora trans Alana S. Portero ha generado con su primera novela, 'La mala costumbre' uno de los fenómenos literarios del año. Aquí nos cuenta cómo lo vive.

Alana S. Portero, la autora LGTBIQ+ de 2023. Foto: Flor Downes
Alana S. Portero, la autora LGTBIQ+ de 2023. Foto: Flor Downes
Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

19 enero, 2024
Se lee en 10 minutos

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Alana S. Portero, de 45 años, ha vivido un 2023 para el recuerdo. Su primera novela, La mala costumbre, se convirtió en un auténtico fenómeno literario, y ha terminado en los primeros puestos de prácticamente todas las listas de los mejores libros del año. Con total merecimiento, porque emociona, divierte, sorprende e inspira a partes iguales. Con toques de autoficción y apostando por un original enfoque entre el costumbrismo y la crudeza, cuenta la historia de una chica trans de barrio que busca su lugar en el mundo.

Le hace tanta ilusión a Alana S. Portero aparecer en Shangay como a nosotros, y eso es muy bonito. «Es que la llevo leyendo literalmente estos treinta años que lleváis», confiesa. «La primera vez que la cogí fue en Berkana, nada más abrir». La mítica librería LGTBIQ+ cumple, como nosotres, tres décadas de vida, así que habla con conocimiento de causa y sinceridad. La misma que despliega durante toda esta charla. «Antes, en los 80, me hacía con publicaciones gais que me vendía el kiosquero en un puesto de periódicos de mi barrio, San Blas. Tenía algunas muy difíciles de conseguir, extranjeras, eróticas, y a mí me las daba, aunque era menor de edad, porque era gay y se hizo mi cómplice». Sus primeras Shangays las leía, pero no se las llevaba a casa para que no se las descubrieran. «Poco después de cumplir los 18 ya sí lo hacía sin problema. Es más, creo recordar que hasta mi madre, la mayor lectora del Pronto que existe, las ojeaba».

Alana S. Portero: "Todo lo bueno que me ha pasado ha sido por ser mujer, trans y bisexual"

Foto: Flor Downes

SHANGAY ⇒ ¿Cómo te sientes al haberte convertido en un referente de visibilidad trans gracias al éxito de tu novela?
ALANA S. PORTERO ⇒ Es abrumador. Para mí, supone devolver a la comunidad parte de lo que me ha dado; con precaución y humildad, que una es todo menos mesías. Me hace ilusión que lo que hago y escribo les sirva a otras personas del colectivo para construir un suelo más firme y hacer entender cosas. Que es lo mismo para lo que me ha servido a mí siempre leer. Es hermoso.

«Mi éxito lo siento como un triunfo de nuestro colectivo»

SHANGAY ⇒ La mala costumbre ha copado listas de lo mejor del año. ¿Cómo lo estás asimilando?
ALANA S. PORTERO ⇒ No lo he hecho. Lo asimilaré cuando termine todo lo que está pasando, ahora sigo sorprendida y feliz. De verdad que lo siento también como un triunfo de nuestro colectivo. Romper determinadas puertas del mainstream está siendo muy especial para mí. Ver que un libro que cuenta una parte de nuestra comunidad, esté al lado de los de Antonio Muñoz Molina o Elvira Lindo nos hace bien. Me siento muy orgullosa.

SHANGAY ⇒ ¿Por qué crees que el libro conecta tan bien con personas más allá de la comunidad LGTBIQ+?
ALANA S. PORTERO ⇒ Porque somos personas maravillosas con historias que contar, a la altura de las de cualquiera, que en ocasiones proponen aprendizajes que les pueden servir a todo el mundo. Cuando contamos las cosas con una vocación universal, funciona siempre, y es lo que he tratado de hacer. Me quedo con las etiquetas de «libro trans» y «libro LGTB» porque es de donde vengo. Pero no voy a permitir que utilicen esas etiquetas desde fuera de nuestro colectivo, como suelen, para empequeñecer la obra. Porque, al final, nuestras vidas se parecen mucho a otras, aunque no sean de personas LGTB.

SHANGAY ⇒ ¿Por qué cuesta tanto que se consideren nuestras historias como universales?
ALANA S. PORTERO ⇒ Tiene mucho que ver con el patriarcado. Lo mismo que pasa con la literatura escrita por mujeres, tenga o no la etiqueta LGTB: es considerada menor, o se mete en la autoficción, para intentar empequeñecerla, o considerarla «cosas de chicas». En este caso, una mujer trans bisexual firma este libro, y desde fuera lo normal hubiera sido que se dejara en el cajón de los «libros mariquitas», porque hay gente muy empeñada en que se crea que la literatura de verdad se hace desde otro lugar. Es absurdo, porque ¿qué sería de la literatura universal sin autores y autoras de nuestro colectivo?

«Estamos más cerca de la igualdad porque nuestra visibilidad es muy potente»

SHANGAY ⇒ Toca seguir luchando por esa igualdad, entonces…
ALANA S. PORTERO ⇒ Los discursos reaccionarios, evidentemente, tienen de nuevo un peso importantísimo, pero estamos más cerca de conseguirla, porque nuestra visibilidad ahora mismo es muy potente. Voy a hablar por mí, porque no quiero ser ejemplo de nada. A mí no me echan de ese espacio que he conquistado, porque me lo debo a mí y porque me parece positivo para todos y todas. Lucharé lo que tenga que luchar, lo que he hecho toda la vida. Esto no está ganado, pero estamos más cerca de lograrlo, no me cabe duda.

Portada de "La mala costumbre", novela de Alana S. Portero

Ilustración de portada: Roberta Marrero

SHANGAY ⇒ ¿Sientes miedo en un momento tan complicado para el colectivo?
ALANA S. PORTERO ⇒ Siempre. No conozco otra cosa; el miedo lo tengo incorporado como el tinte del pelo o respirar. Forma parte de mí, se me ha hecho víscera. Al menos, hace muchísimo tiempo que ya no me paraliza. Cuando las mujeres trans caminamos por la calle hay sitios por los que vamos tranquilamente y otros por los que no. En mi caso, no tener miedo sería una inconsciencia.

«El miedo ya no me paraliza porque lo trato como a una amiga»

SHANGAY ⇒ ¿Cómo lograste que te dejara de paralizar?
ALANA S. PORTERO ⇒ Tratando al miedo como a una amiga. Como vi que no se iba a ir nunca, lo mejor era que nos acostumbráramos la una a la otra. Sé lo que es que te amenacen, he sufrido la violencia y he sobrevivido a ella. También he aprendido de mujeres trans mayores que tuvieron unas vidas dificilísimas…

SHANGAY ⇒ En tu libro resulta inspiradora la relación de la protagonista con algunas de esas mujeres, porque no la cuentas desde el drama…
ALANA S. PORTERO ⇒ Esa experiencia sí es personal mía. Empecé a conocer a mujeres parecidas con 14 o 15 años. Las tres prostitutas que aparecen en el libro son un destilado de muchas de esas mujeres, una parte fundamental de mi educación sentimental. Eran (porque están todas muertas) de todo menos dramáticas, a pesar de sus vidas.

SHANGAY ⇒ ¿Por qué quisiste incluir referencias a Madonna?
ALANA S. PORTERO ⇒ Es algo personal que también he cedido a la protagonista [risas]. Madonna es mi virgen María, con ella he hecho lo más parecido a rezar, por lo menos en mi adolescencia. Ahora, de vez en cuando, también… Madonna estaba ahí cuando no había nadie que me reconfortara. Para mí siempre fue una figura sobrehumana. Si ella podía cambiar tan drásticamente de un día a otro, ¿por qué no iba a poder yo hacerlo también?

«Madonna es mi virgen María»

SHANGAY ⇒ ¿Cómo vives los prejuicios a los que se enfrenta ahora por su edad?
ALANA S. PORTERO ⇒ Me parece lamentable. Primero, porque la edad no significa nada. Si no se te nota que has pasado por el mundo, es que no has tenido vida. Y la suya ha sido muy intensa. Se la critica diciendo que se arrastra por los escenarios, que es evidente que no. Es algo que no se le diría a Elton John, por ejemplo, y eso que le adoro. Luego se la critica por sus decisiones estéticas. A ver, nuestro cuerpo es nuestro, y los problemas que ella tenga con su envejecimiento son legítimos, y solo suyos. El edadismo en general me parece una vergüenza, y este en particular, más. Porque ella, a su manera, también es historia del feminismo, que no solo representan los ensayos feministas. El edadismo misógino es la destilación perfecta del patriarcado.

SHANGAY ⇒ ¿Has añadido a la lista de tus ídolos a artistas pop actuales?
ALANA S. PORTERO ⇒ Tiro más de los clásicos porque me cuesta seguir el ritmo, voy corriendo detrás del tren del pop y no acabo de alcanzarlo [risas]. A Michaela Jaé, la protagonista de Pose, la adoro por razones obvias, me parece una auténtica estrella. A Bad Gyal la veo lista y admirable. Y Sam Smith también me gusta mucho, es muy bonito lo que hace. En estos dos últimos opera además una mezcla de misoginia, plumofobia, gordofobia y femmefobia importantísima, y esto me conecta inmediatamente con esas dos reinas.

La escritora Alana S. Portero

Foto: Flor Downes

SHANGAY ⇒ ¿Por qué tardaste tanto en publicar esta novela?
ALANA S. PORTERO ⇒ Tuve oportunidades anteriores para publicar, hace bastante tiempo, y cuando empecé a escribir me di cuenta de que no estaba madura literariamente para hacerlo. Mi relación con la literatura es un poco religiosa, porque me ha dado muchísimas cosas, y me sentía una hereje escribiendo mal. A fuerza de acumular lecturas, experiencia y columnas, de repente un día entendí que estaba lista para volver a intentarlo. En 2018 empecé a acumular notas, esquemas y algún capítulo esbozado, algo que hice durante cuatro años. Me senté a redactar la novela el día 2 de septiembre del 2022 y la terminé en un mes. Es que me la sabía de memoria, fue como si me la dictasen. Utilicé 298 horas. Como ves, soy una obsesa de la cuantificación [risas].

«Ahora ocupo una posición de privilegio tremenda, por encima de mis ambiciones»

SHANGAY ⇒ ¿Fue un proceso catártico?
ALANA S. PORTERO ⇒ Me cuesta escribir desde la catarsis, tengo que venir ‘catartizada’ de casa [risas]. Escribo desde el reposo emocional. Me he dado cuenta de lo que he aprendido de mí durante los últimos meses, hablando con la gente y recibiendo feedback. Esta está siendo la verdadera catarsis. Explorar una vida que se parece a la mía, pero que no lo es, me ha ayudado a entenderme mejor.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo ha cambiado tu vida a raíz del éxito del libro?
ALANA S. PORTERO ⇒ Por completo. Ahora ocupo una posición de privilegio tremenda, incluso te diría que por encima de mis propias ambiciones. Por supuesto, mi realidad material es muy diferente. Ahora tengo una paz que nunca había conocido; puedo pagar mi alquiler y mis facturas sin tener que respirar por las noches con una bolsa de la ansiedad.

SHANGAY ⇒ ¿Piensas ya en tu próxima novela?
ALANA S. PORTERO ⇒ Empecé a escribirla la noche que presenté La mala costumbre en Barcelona, el 3 de mayo [risas]. Cogí a mi miedo y le dije «cariño, vamos a sentarnos a escribir», porque todo el mundo me dice que va a ser muy complicado. Ya la tenía pensada, así que estoy en ello. Claro que me impone, pero no espero que cumpla expectativas de ningún tipo, porque eso me mataría. Sucederá lo que tenga que suceder; si tiene una vida breve, pues así será, y si le va bien como a su hermana mayor, pues bendita sea.

«Estamos valorando posibilidades para llevar ‘La mala costumbre’ a la pantalla»

SHANGAY ⇒ ¿Se adaptará al cine o la televisión La mala costumbre, como tanta gente desea?
ALANA S. PORTERO ⇒ Estamos valorando algunas posibilidades que están encima la mesa. Será un camino largo, pero posibilidades hay.

SHANGAY ⇒ Como mujer trans bisexual, ¿sientes que tienes el triple de prejuicios contra los que luchar?
ALANA S. PORTERO ⇒ Lo sentí sobre todo en mi etapa de formación, en la adolescencia. Ahora las considero etiquetas que me expanden. Todas las cosas buenas que me han pasado en la vida han sido por ser mujer, por ser trans y por ser bisexual. Lo malo se lo debo al odio de los demás, pero de eso no me puedo hacer cargo. Ser como somos en el colectivo, a pesar de los horrores que nos tocan, nos otorga una posición de privilegio al observar la vida; lo hacemos desde un lugar que otras personas no van a conocer nunca, y eso es increíble.

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