Llegó a la dirección del coliseo de la plazuela de Teresa Berganza el pasado mes de noviembre para sustituir a Daniel Bianco, que estuvo ocho años al frente del Teatro de La Zarzuela, y es el responsable de esta temporada que estamos disfrutando. Isamay Benavente viene del Teatro Villamarta de Jerez, donde ha desarrollado una labor que ha sido reconocida unánimemente, en especial por el público –que ha abarrotado la sala año tras año– y por los artistas españoles, a los que ha cuidado con mimo. Ahora es la primera mujer en ocupar la dirección del teatro en sus ciento sesenta y ocho años de historia.
Sabe lo importante que es su nueva misión, pues el Teatro de La Zarzuela es uno de los escenarios más prestigiosos de nuestro país, así como una sala única en el mundo. Benavente llega con muchas ganas. Ganas de hacer cosa nuevas, que aún no nos puede desvelar del todo, y ganas de mantener el legado de su antecesor, del que ella misma dice que «lo ha hecho fenomenal».
Quedamos con Isamay Benavente en el mismo escenario del Teatro de La Zarzuela mientras se estaba montando el decorado de El año pasado por agua, de Chueca y Valverde, en la que será la nueva edición del Proyecto Zarza, de zarzuela hecha por jóvenes y para jóvenes. Y pocos días después de la última función de La rosa del azafrán, que colgó cada día el deseado cartel de «agotadas todas las localidades».
Hablamos de todo: de zarzuela, de tradición, de sus planes, de grandes artistas españoles, y de los retos que tiene un género como este, que acaba de ser declarado Patrimonio Inmaterial por el Gobierno de España. Pero también de la necesidad de ver cómo la nueva creación de zarzuela conecta con el público joven, o de la pasión que el mundo gay tiene por la ópera, la zarzuela o las grandes divas de la escena.
SHANGAY ⇒ Llegaste en noviembre, pero ahora es cuando ya has aterrizado de lleno en el Teatro de La Zarzuela. ¿Qué te encuentras?
ISAMAY BENAVENTE ⇒ ¡He aterrizado! Y me encuentro un equipo estupendo. Es un teatro muy familiar, con alma. Siempre lo digo, porque tiene algo de esos viejos teatros que rezuman historia, tradición… Con gente que conoce la casa desde hace mucho tiempo. Estoy muy ilusionada porque me encanta que los teatros tengan personalidad, y este la tiene.
«El mundo LGTBI es muy agradecido como público; admira más a los artistas, no los olvida..»
SHANGAY ⇒ El teatro que más estrenos ha vivido en su escenario en todo el mundo…
ISAMAY BENAVENTE ⇒ Efectivamente. Y eso es porque se dedica a un género único como es la zarzuela. Ha sido la casa de todos los compositores y queremos que lo siga siendo: la casa de la música en España.
SHANGAY ⇒ Y encima, desembarcas justo cuando, por fin, la zarzuela ha sido declarada Patrimonio Inmaterial…
ISAMAY BENAVENTE ⇒ El Gobierno español ha declarado la zarzuela como una manifestación del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Ahora nos queda recorrer el camino ante la UNESCO. Era fundamental este primer paso para empezar este recorrido, que creo que puede tardar un par de años.
SHANGAY ⇒ ¿Pelearemos para que el Teatro de La Zarzuela también lo sea?
ISAMAY BENAVENTE ⇒ Creo que el teatro va unido a eso: es la casa de la zarzuela en España. Así que creo que el reconocimiento del género va a significar un gran respaldo para el teatro.
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SHANGAY ⇒ No puedes adelantarnos nada de cómo va a ser tu primera temporada, pero sí contarnos cuáles van a ser las líneas generales que quieres llevar…
ISAMAY BENAVENTE ⇒ Cuando presenté mi proyecto, planteé dos líneas. Una es continuista, porque creo que Daniel lo ha hecho fenomenal , y mi línea va un poco por hacer grandes producciones, para que la zarzuela siga teniendo ese esplendor que ha tenido en estos últimos años aquí, con los mejores cantantes. Voy a apostar también por el ‘género chico’, que quiero que forme parte de las temporadas. Y también por las creadoras: pienso que tenemos, como se dice en los cuadernos de contabilidad, un debe con las mujeres, con las creadoras, con los equipos creativos formados o liderados por mujeres. Y, por lo menos, un título al año se lo quiero proponer a una gran creadora, que las hay. No solo a compositoras, sino también a nivel dirección de escena.
SHANGAY ⇒ Hablas de género chico, yo creo que…
ISAMAY BENAVENTE ⇒ …Es una de las joyas de la corona, sin duda [no me deja ni terminar la pregunta].
SHANGAY ⇒ Creo que el Proyecto Zarza, que estos días regresa con El año pasado por agua, es uno de los grandes logros que ha tenido Daniel Bianco en este coliseo. ¿Vas a mantenerlo?
ISAMAY BENAVENTE ⇒ ¡Por supuesto! Es nuestro proyecto estrella dentro de los pedagógicos. Para acercar la zarzuela a los jóvenes. Hace unos días estuve en el ensayo de El año pasado por agua, y ver cómo los jóvenes asumen el género, lo hacen suyo, lo interpretan de una manera mucho más fresca…, es un lujo. Así que sí, por supuesto, continuaremos con el Proyecto Zarza.
SHANGAY ⇒ Hay cosas que ocurren con la zarzuela que con la ópera nadie se atrevería. ¿Por qué se puede cambiar todo un libreto de zarzuela que se ha quedado antiguo, como también ocurre con muchos de ópera, pero en la ópera a nadie se le ocurre hacerlo?
ISAMAY BENAVENTE ⇒ Yo matizaría eso. No creo que todo se pueda tocar. Hay que respetar la música. Y también hay obras de teatro clásico, que las ves ahora, readaptadas. ¿Por qué? Pues porque hay cosas se han quedado obsoletas, y todos los creadores, los directores de escena quieren acercar ese tema, que a lo mejor es universal, al público de hoy. Pienso que eso pasa en la ópera, en la zarzuela, en el teatro… No soy partidaria de cambiar radicalmente la historia. No me gusta. Pero también, cuando invitas a un gran director de escena, si la propuesta tiene sentido y es consecuente, tienes que respetar su independencia creativa. Dicho esto, a mí me gusta apostar por respetar. Mira, te pongo un ejemplo. A un amigo le encargaron restaurar el Cristo del Gran Poder en Sevilla, y se enfrentó a un gran dilema. Había que limpiar la imagen del Cristo, pero no de tal manera que la gente no la reconociera, al ser una imagen tan popular, con esa devoción. Creo que eso se debería aplicar también a las obras de arte escénicas: uno tiene que reconocer una Traviata como tiene que reconocer La rosa del azafrán. No podemos tergiversarla de tal manera que el público no la reconozca. Soy partidaria de intentar respetar al máximo. Pero es verdad que hay obras que dicen cosas que, algunas, hoy día serían difíciles de escuchar…
SHANGAY ⇒ Eso es comprensible, o que se puedan ‘peinar’, eliminado cosas o añadiendo otras para actualizar algunos temas... Pero me refiero a que en la zarzuela hay veces que se cambia completamente el libreto de algunas obras, o, incluso, se sustituye por uno nuevo… A nadie se le ocurre cambiar el libreto entero de I Puritani, otra cosa es que se descontextualice y se cambie de época en el montaje.
ISAMAY BENAVENTE ⇒ Eso no pasa tan a menudo. No es la normalidad, al menos no soy consciente de que ocurra. ¿Que haya pasado alguna vez? No te digo que no. Pero creo que en general los creadores se acercan con amor y con respeto al género.
SHANGAY ⇒ Vienes de Jerez, del Teatro Villamarta, donde tu labor ha sido muy reconocida. Te habrá dado pena dejarlo, un teatro pequeño, muy querido, que ha crecido en prestigio…
ISAMAY BENAVENTE ⇒ Es una familia. Hemos cuidado mucho el hecho artístico. Además, allí se hizo una apuesta muy importante por los cantantes españoles, por el talento nacional. Y eso, al final, nos ha sido devuelto por ellos. Hemos dado oportunidades a la gente cuando no era tan conocida; o a algunos ya importantes para que debutaran en un papel en concreto. Por ejemplo, Juan Jesús Rodríguez, uno de los grandes barítonos verdianos en todo el mundo, que acaba de arrasar en La Zarzuela en La rosa del azafrán, debutó Il trovatore con nosotros en Jerez. Hemos permitido que pudieran ‘probar’ esos papeles en un teatro que no esté en Madrid o Barcelona. Eso luego nos ha sido devuelto con mucha gratitud por parte de la profesión.
SHANGAY ⇒ Y ahora llegas a otro teatro, como bien dices tú, con alma… Con un caché que otros teatros no tienen, aunque tengan mucha historia. Una sala con ecos muy potentes entre sus paredes, el único escenario en Madrid en el que cantó María Callas.
ISAMAY BENAVENTE ⇒ Efectivamente, tiene toda esa historia, esa tradición, muy presente. El otro día vino Ángeles Blancas a ver La rosa del azafrán y me dijo «uf, es como si estuvieran mis padres aquí». La gente ha visto en este teatro a grandes cantantes españoles. Hay algo que permanece, el espíritu de todo lo que ha pasado aquí. El propio personal de la casa. Mira, una cosa muy bonita que acaba de pasar: el día que me presenté, en junio, y anuncié que el director musical iba a ser José Miguel Pérez- Sierra, el jefe se sala de puso a llorar, porque conoce a José Miguel desde que tenía cinco años y venía a ver la zarzuela con sus padres. Hay algo de transmisión de generaciones que se nota en el teatro. Y no solo La Callas…, muchas más voces. Victoria de los Ángeles, ahora que le vamos a hacer el homenaje. Era el teatro que fue sede de la ópera cuando el Real estaba cerrado. Fue el único teatro lírico en la capital durante muchos años.
SHANGAY ⇒ La danza es uno, por decirlo de alguna manera, de tus ojitos derechos…
ISAMAY BENAVENTE ⇒ Totalmente. Me gustaría darle mucho más cobijo del que le voy a dar, porque este teatro tiene un ritmo frenético: terminamos el domingo La rosa del azafrán y ya está montado El año pasado por agua del Proyecto Zarza. Pero quiero buscar varias fechas para que, además del Ballet Nacional de España y la Compañía Nacional de Danza, que vienen cada año, porque esta es su casa en Madrid, quiero que dos o tres compañías presenten aquí sus espectáculos. Quiero mimar a grandísimos artistas que no pasan por Madrid. Soy muy fan de la danza porque creo que es una de las artes escénicas más sufridoras, es una carrera muy corta, tienen pocos espacios de exhibición, les cuesta mucho montar un espectáculo, mantener una compañía estable es una heroicidad. En la medida que pueda, quiero tener guiños con ellos. Ya he estado hablando con algunos creadores y quiero jugar con ellos para, en los pocos huequecitos que tenemos a lo largo de la temporada, tener algunos guiños.
SHANGAY ⇒ El público LGTBI tiene una especial cercanía con la zarzuela, porque además de los grandes de la ópera como Caballé, Berganza…, otras inmensas cantantes del género han sido leyendas como Maruja Díaz, Nati Mistral, Mari Carmen Ramírez, Esperanza Roy… Todas ellas musas gais, todas reinas del ‘público marica’…
ISAMAY BENAVENTE ⇒ Claro, es que es un público ideal para el mundo de la lírica, de las artes escénicas… Primero, porque es el público más agradecido, y como bien dices, hay que reivindicar a esos artistas españoles que han dedicado toda la vida a las artes escénicas, y en España somos muy ingratos con ellos, los olvidamos muy pronto. Sin embargo, el mundo LGTBI, en especial el ‘público marica’ (como tú lo has definido) no. Es mucho más agradecido. Admira más a los artistas, no los olvida… Los tiene más, no sé cómo decirlo… Hay algo mucho más bonito de ese público hacia los artistas. Y luego es que creo que la zarzuela es un género ideal para potenciar esos mitos y para el público LGTBIQ+. ¿Por qué? Pues porque tiene tantos guiños, tanta diversión… Ese número de las viudas de la reciente La rosa del azafrán. Además, el género tiene también esa cosa ‘arrevistada’, esa cosa humorística, satírica.
SHANGAY ⇒ Joyce DiDonato me dijo un día que la ópera tenía esa estrecha vinculación con el mundo gay porque siempre ha sido, incluso en épocas muy duras, un espacio de libertad…
ISAMAY BENAVENTE ⇒ Sí, y una manera de sentir muy ‘a la tremenda’. Eso pasa con la ópera y con la zarzuela: te sumerges en grandes historias, dramones, comedias… Y te metes ahí y sí, son espacios de libertad, pero también de dejarte llevar por los sentimientos. Y en épocas muy represivas, ha sido un ventana para poder reírte, jugar con los dobles sentidos. Estoy de acuerdo con ella en que pudo ser esa ventana…
SHANGAY ⇒ Hablemos de creación contemporánea y zarzuela. La música contemporánea no comulga con la audiencia, pero en los últimos años hemos vistos obras como La casa de Bernarda Alba, de Miguel Ortega, Trato de favor, de Lucas Vidal, o El caballero de Olmedo, de Díez Boscovich, que parece que van cambiando esa tendencia. Creo que ese es el camino… Y hay una magnífica zarzuela nueva, con temática LGTBI, que se llama El orgullo de quererte, de Javier Carmena, ambientada en el Orgullo de Madrid, que no se ha representado nunca, pues se estrenó en versión concierto. Aquí tiro el dardo…
ISAMAY BENAVENTE ⇒ Totalmente de acuerdo. Sobre El orgullo de quererte, no te puedo avanzar nada, pero está ahí… Y te puedo decir que llevo tres meses recibiendo a mucha gente, y me he quedado sorprendida de la cantidad de compositores y compositoras que han venido a verme con proyectos hechos, debajo del brazo. No me lo esperaba. Creo que ha habido un efecto llamada, porque este último año de Daniel Bianco se estrenaron todas esas obras que comentas.
SHANGAY ⇒ Hablemos ahora de público joven y Teatro de La Zarzuela…
ISAMAY BENAVENTE ⇒ Hay que apostar por todo el público. Y, de todas maneras, creo que la edad media del público está bajando. He estado prácticamente en todas las funciones de La rosa del azafrán y me ha sorprendido la cantidad de gente de mediana edad y joven. Una de las cosas más gratificantes fue ver a esa gente que no había venido nunca y salía sorprendida y feliz. Esa es la mejor manera de hacerlo, que descubran un género musical español como es la zarzuela. Y que digan «aquí vemos magníficos espectáculos, nos lo pasamos bien y nos reímos». Porque yo creo que la zarzuela produce mucha más felicidad que la ópera, tiene menos tragedias… [nos dice riendo].
SHANGAY ⇒ Pues pide que inviertan más en este teatro, aprovecha para llorar un poco. Y para que los montajes salgan de aquí y se vean fuera, en otros teatros…
ISAMAY BENAVENTE ⇒ En eso estamos trabajando mucho. Quiero que cantantes o directores que no sean españoles vengan a hacer zarzuela aquí, y por el mundo. Y quiero buscar más compañeros de viajes, más aliados con las producciones para que se muevan más. En eso estoy. Este teatro tiene que ser el Gran Teatro de La Zarzuela.