Es momento de sumergirse en el séptimo álbum de la artista pop chilena Javiera Mena, que ha titulado Inmersión. Invita a un viaje muy distinto al del anterior, Nocturna, que era una invitación en toda regla a perderse en la pista de baile. En esta ocasión, Javiera regresa reflexiva y contenida, apostando por una producción más orgánica. Una vez más, ha sabido dar una vuelta de tuerca a su sonido para sorprender.
Nos atiende Javiera Mena desde Santiago de Chile, vía Zoom. En breve regresará a Madrid, su segundo hogar («lo haré ya con la nacionalidad»), para pasar unos cuantos meses, y así escapará del frío…, aunque está de acuerdo conmigo en que Inmersión es un álbum que se siente muy otoñal. Pero no pasa nada, tenemos toda la primavera y el verano para ir quemándolo hasta que nos llegue dicha estación.

Foto: Rodrigo Pérez
SHANGAY ⇒ ¿Cómo es que te ha salido un disco como Inmersión?
JAVIERA MENA ⇒ Se dio así. Tenía ganas de salirme un ratito de la pista de baile, en parte por la música que estaba escuchando. Esta vez quise empezar componiendo las canciones, y ya después hacer los beats. Así que comencé con guitarra o piano y voz. Me apetecía que luciera más mi voz, o instrumentos como la guitarra; siento que eso implica una música más otoñal, o bucólica, como impresionista.
«Este disco me ha ayudado a poder decir que de todo se sale»
SHANGAY ⇒ Hay mucha emoción en primer plano en este disco…
JAVIERA MENA ⇒ Las letras abordan emociones potentes: la tristeza, el dejar ir, soltar… En Nocturna, por ejemplo, aposté por una actitud más mística. Este es un disco más humano, no estoy tan chamana como en Otra era. Me han dicho que este álbum conecta con otros como Esquemas juveniles, y puede ser, porque hablo de una manera más directa de lo que siento. Es muy honesto. Y también lo siento como una conversación, como cuando le cuentas tus cosas a tus amigas: «Lo pasé mal, estuve sumergida, pero salí».
SHANGAY ⇒ En él estás hablando de una ruptura tuya, ¿verdad?
JAVIERA MENA ⇒ Sí. Es un disco muy de ruptura [risas]. No solo hablo de una mía, también de otras rupturas. Lo compuse a medias con Luichi [Luis Sansó, de Cupido], y abordamos también temas como los celos, que él también vivió en una relación. Aunque es un disco muy personal, hablamos de varias cosas que no nos funcionaron.
SHANGAY ⇒ ¿Podemos recurrir al tópico de que la música ayuda a salir de situaciones complicadas?
JAVIERA MENA ⇒ Sí, este disco ha sido como una purga, que me ha ayudado a poder decir que de todo se sale, con una mirada que va de la liviandad a la solemnidad. En Absurda, por ejemplo, cuento esa situación en la que tú estás llorando por celos, algo muy humano, y de repente ves a tu gato mirándote, que parece que te dice «qué absurda»… Refleja un poco el tono del disco, un tinte triste. Un poco «crónica de una muerte anunciada».

Foto: Rodrigo Pérez
SHANGAY ⇒ ¿Ha cambiado tu forma de componer, grabar y sentir las canciones al trabajar tanto con instrumentos orgánicos?
JAVIERA MENA ⇒ Sí. He mimado más que nunca las letras. Porque en ocasiones el beat te permite no prestar tanta atención a la fonética, porque habla por ti. En este caso era importantísimo que el relato te guiara. En discos como Nocturna, Espejo y Otra era hablaban mucho los sintes. Aquí mandan la guitarra y voz, y las canciones han sido más exigentes melódicamente, siento.
«En esta era me defino como baladista electropoper»
SHANGAY ⇒ ¿Te ha ayudado Inmersión a crecer como músico?
JAVIERA MENA ⇒ Muchísimo. En el momento en que lo compuse crecí mucho armónicamente. En ocasiones te bastan tres acordes para hacer una canción; en estas he utlizado todo tipo de progresiones. Muy Julio Iglesias, que nos gusta mucho a Luichi y a mí [risas].
SHANGAY ⇒ Mar de coral, junto a Santiago Motorizado, es una gran balada, repleta de influencias setenteras y también, probablemente, el dúo más heteronormativo que has publicado…
JAVIERA MENA ⇒ [Risas] ¡Sí! también porque la canto con un hombre, más allá de que sea lesbiana [vuelve a reír]. Realmente lo que quería era jugar con nuestras tesituras vocales. Y siempre me ha gustado jugar a disfrazarme, que es algo muy propio del pop. Entre mis referencias estaba Jeanette, obviamente. También un dúo de Camilo Sesto y Ángela Carrasco, Callados, que me gusta mucho. Y los Air de la banda sonora de Las vírgenes suicidas. El pop setentero español y francés fue el que más me inspiró.
SHANGAY ⇒ ¿Es intencional el homenaje a Vuelo blanco de gaviota de Ana Belén en Reina de la selva?
JAVIERA MENA ⇒ Puede estar presente, porque amo a Ana Belén, y bebí mucho de su etapa italodisco, pero no era mi propósito. ¡ni me he dado cuenta! En mi cabeza estaba Supernature de Cerrone, pero ahora que lo dices, tiene más que ver con la canción de Ana Belén [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Necesitabas incluir alivios bailables como son Reina de la selva e Intropía?
JAVIERA MENA ⇒ Sí, para que hubiera un poco de fiestita. Creo el disco no hubiese sido 100% yo si solo hubiese incluido baladas. De hecho, hasta en las baladas he metido cosas de sintes, un poco retrofuturistas, a lo Blade Runner. Esas canciones bailables también son parte de esta etapa, de quien soy a día de hoy, y tenían que estar.

Foto: Assiah Alcázar
SHANGAY ⇒ ¿Cómo definirías esta nueva era tuya?
JAVIERA MENA ⇒ En realidad, soy mis siete discos. En mi presente me siento muy feliz de todos los pasados, como del nuevo. Llegar a un séptimo disco es algo importante, y no solo te representa justo el que sacas. Dialogo mucho con mi música anterior, como se ve también en mis shows. En todo caso, en esta era me definiría como baladista electropoper [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Cómo vive un referente lésbico como tú estos momentos complicados?
JAVIERA MENA ⇒ Sigue habiendo pocos referentes, somos una gran minoría, aunque siento que en los últimos dos años se ha disparado el número de lesbianas visibles. lLa sociedad necesita que estemos ahí. A mí es lo que me tocó ser, y me encanta ser parte de la comunidad; nunca he tenido problema en decir que soy lesbiana, que además es una palabra que me encanta. Hay que decirlo, más ahora, con la vuelta de la ultraderecha. En Chile aún no tenemos un Milei, pero no sabemos qué se viene, dada la tendencia. Da miedo pensarlo.