Era de esperar que tras la segunda, y triunfal, vida que ha experimentado su clásico Murder on the Dancefloor, gracias a la viralidad que le proporcionó la película Saltburn, estrenada a finales de 2023, la artista británica Sophie Ellis-Bextor regresará al pop bailable. Y así lo hace en su octavo álbum de estudio, Perimenopop, que se publica el 12 de septiembre.
Son ya 25 años de carrera en solitario de los que puede presumir Sophie Ellis-Bextor, y tras editar avances como Freedom of the Night, Relentless Love o Taste, es hora de lanzar todo un álbum en donde vuelve a demostrar lo bien que se le da en pop enfocado a la pista de baile, como ya hizo en sus inicios con Groovejet o en su versión del tema de Cher Take Me Home. «Siempre es emocionante tener algo nuevo que compartir», dice con una enorme sonrisa, «no me lo pude pasar mejor grabando este álbum».
SHANGAY ⇒ Qué maravilla tenerte de nuevo enfocada en la pista de baile…
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ Todo fue fortuito. No lo habría disfrutado tanto si no hubiera hecho antes todo lo que me ha traído hasta aquí. Así que estoy muy contenta.
SHANGAY ⇒ ¿Te has sentido en cierto modo presionada para retomar este sonido tras el nuevo éxito de Murder on the Dancefloor?
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ No, mi mente no funciona así. No puedo crear emociones de manera aleatoria cuando compongo, no soy tan egoísta. Ya había decidido crear un álbum de disco pop bailable antes de publicar el anterior. Con Ed Harcourt colaboré en los tres discos anteriores, y teníamos claro que colaboraríamos en una trilogía y ya. Mientras grabábamos nuestro último álbum juntos, comencé a pensar en el siguiente paso, y tuve claro que quería hacer algo que me hiciera sentir igual de feliz y segura. Así que decidí trabajar de nuevo con viejos amigos, e invitar a gente nueva como MNEK, que es tremendamente talentoso. Conectamos desde el minuto uno, su manera de crear melodías y armonías es increíble.
«El éxito de ‘Saltburn’ fue como montaña rusa para mí. Me puse nerviosa pero también adrenalínica, me dio rollo»
SHANGAY ⇒ ¿Te resultó fácil retomar los sonidos discopoperos?
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ Sí. Son mi lugar seguro, siempre me hacen sentir bien. Incluso cuando estaba de gira con discos como Wanderlust, que es muy folkie, en los conciertos siempre mostraba mi vena disco pop. En casa escucho de todo, aunque sobre todo pop. Un término que entiendo de una manera algo traviesa, porque en él incluyo a artistas muy diferentes que quizá alguna gente no consideraría pop: Prince, cosas de Fleetwood Mac… Cualquier cosa con gancho y una buena melodía, con un formato concreto en cuanto a composición y sensibilidad, aunque la producción sea rock o indie. La música disco es compleja, hay un mundo entero en esas canciones, y la maestría musical en ella me impresiona. Si vas a hacer un álbum basado en el disco, meterte en el estudio con Nile Rodgers es algo muy increíble [risas]. Porque supone acudir a la fuente original.
SHANGAY ⇒ Está muy bien que la reivindiques de esa manera, porque siempre ha habido gente que la desprecia diciendo que toda suena igual…
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ Desafío a cualquier músico con esa actitud snob hacia la música disco a interpretarla. Si no eres realmente bueno, no puedes [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Te sigue resultando igual de fácil a ti cantarla que en tus inicios?
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ A veces me siento un poco culpable cuando veo lo duro que trabaja mi banda: mi marido toca el bajo; mi hermano, la batería… La sección rítmica tiene que mantener en todo momento el groove, los acordes en ocasiones son complicados, en ocasiones hay cuerdas… En medio estoy yo, la vocalista, que tiene que parecer que no está haciendo ningún esfuerzo (aunque, obviamente, lo haga), como despreocupada [risas].
SHANGAY ⇒ Cuando compartiste la portada del disco escribiste en tus redes: «Tengo 46 años y estoy feliz de envejecer». No es algo común en los artistas, y menos en las femeninas. ¿Es algo sobre lo que piensas mucho?
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ Tengo que hacerlo, porque en el mundo de la música la conversación siempre está presente, y notas el paso del tiempo. Hay mujeres increíbles en el mundo de la música que me han servido de ejemplo para ver cómo relacionarse con la música con cuarenta, cincuenta, sesenta y más allá. Es algo que estoy descubriendo ahora. Quise plantearlo porque grabando este disco reflexioné sobre los inicios de mi carrera en solitario. Este reciente resurgir con Murder on the Dancefloor me hizo enfrentarme cara a cara con lo que sentí entonces, mi aspecto, con quién trabajaba… Es algo de lo que me apetecía hablar ahora. Mi felicidad tiene que ver con la gente que me rodea, que ha permanecido en el tiempo; presumir de relaciones largas es algo que valoro.
SHANGAY ⇒ Poder presumir de una carrera larga es importante…
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ Y eso que hubo momentos en los que si yo hubiera sido una banda nos habríamos separado [risas]. Pero no era una opción posible, y no tenía otra cosa que hacer, y por suerte siempre me he sentido lo suficientemente motivada como para continuar. Cuando compongo o canto es cuando más feliz me siento, y por eso el interés se mantiene vivo.
«Desafío a cualquier músico con una actitud snob hacia la música disco a interpretarla. Si no eres bueno, no puedes»
SHANGAY ⇒ La naturalidad que proyectas siempre no es nada propia de una disco diva. ¿Jugaste con esa actitud en tus exitosos inicios, o tampoco?
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ Podría haber pasado, pero venía de fracasar con mi primer grupo cuando era adolescente, y eso me enseñó mucho. Si no te portas bien, la gente solo está a tu lado mientras las cosas funcionan. Además, tengo cinco hijos; trabajo con mi hermano pequeño y mi marido. No podría apostar por una versión distinta de mí misma, no saldría bien. Quizá hubiese sido divertido probar, pero no tuve oportunidad de hacerlo [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Cómo asimilaste el fenómeno que supuso Saltburn para ti y para Murder on the Dancefloor?
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ Fue emocionante. Y tuvo mucho de casualidad. 2023 estaba siendo un año de lío, supuso la vuelta a la normalidad, con gira y festivales. Y gracias a los Kitchen Discos [conciertos virtuales desde su casa en la pandemia] estábamos bastante ocupados. Obviamente, eso ayudó aún más, y comenzaron a surgir un montón de oportunidades que decidimos aprovechar. No negaré que me puse algo nerviosa. Normalmente, los altibajos en tu carrera suelen ser bastante previsibles. En este caso no fue así. Me pregunté: «¿cuándo parará esto?». Necesito sentirme conectada a mis éxitos, si eso tiene sentido. Así que procuré asegurarme de que cada nuevo paso que diera tuviera sentido de cara a lo que vendría después. En enero y febrero [de 2024] procuré poner orden en mi cabeza, y una vez lo hice me tranquilicé de nuevo.
SHANGAY ⇒ Esa segunda vida de la canción permitió que te descubrieran nuevas generaciones…
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ ¡Fue una locura! La única manera de asimilarlo fue ver lo divertido que resultó. Esa especie de montaña rusa me puso adrenalínica y me dio rollo. Es algo que solo pasa una vez en la vida. Tienes que mantenerte «sobria» para no olvidar nunca ese sentimiento, tan único y especial. Fue glorioso, y lo mejor es que mucha de la gente que trabajó conmigo en Murder… sigue conmigo. Mi amiga Sophie Muller rodó aquel vídeo y continúo trabajando con ella [recientemente firmó el vídeo de Freedom of the Night]. Y el timing no pudo ser mejor, porque ya estaba trabajando en este álbum. El pop no es un estilo introspectivo sino exhibicionista, y toda la energía que te da la gente encaja perfectamente con el disco pop bailable, así que me aseguré de incluirla en el álbum.

Foto: Laura Lewis
SHANGAY ⇒ Tus fans LGTBIQ+ agradecieron especialmente esta nueva, inesperada, visibilidad para ti. ¿Qué sentiste ante esa euforia?
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ Esa comunidad es la que más me ha dado a lo largo de mi carrera. Punto. Gracias a ese apoyo he podido sentirme segura y relajada. Cuando era más joven me preocupaba mucho por todo. Gracias a mis actuaciones en Orgullos, o en el G-A-Y de Londres y otros clubs de todo el mundo, sentía ese amor y cómo se me aceptaba. Uno de mis amigos gais me dijo una vez: «No tienes que ser gay para salir del armario», y entiendo ese sentimiento. Porque pude mostrarme como soy, y ese es un privilegio muy especial. Lo sentí especialmente en Estados Unidos, porque nunca antes había actuado allí, ni había publicado mi música, ni había sido entrevistada en la radio hasta el año pasado. Ver cómo gente de la comunidad al otro lado del Atlántico me estaba esperando fue delicioso y reconfortante.
«Gracias al apoyo de la comunidad LGTBIQ+ he podido sentirme segura y relajada, mostrarme como soy»
SHANGAY ⇒ Es muy bonito ver cómo te sigues sorprendiendo con las cosas que vives en tu carrera…
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ Sin duda. Es bonito que mi trabajo y mis canciones me sigan sorprendiendo. Si lo piensas, ese es el secreto para que las relaciones duren [risas]. Gracias a eso, el romance permanece vivo, que es lo que siempre se busca.
SHANGAY ⇒ ¿Recuerdas la portada que protagonizaste en Shangay en verano de 2002? [se la muestro]
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ ¡Me encantó esa sesión! Esas fotos son muy cool. Curiosamente, me acuerdo de esa entrevista, es de esas cosas que se quedaron fijadas en mi mente. Recuerdo hasta el estudio en donde la hicimos. ¡Hace mucho tiempo de eso! 23 años, madre mía. Fíjate que pienso que en aquel momento quizá no era tan maja [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Qué se viene ahora?
SOPHIE ELLIS-BEXTOR ⇒ Una gira europea con la que espero pasar por España. No tengo grandes planes, pero me emociona lo mismo de siempre: busco acumular momentos felices, y seguir haciendo lo mismo. Puede sonar a locura, pero siento que hace poco que he empezado a relajarme a y ver claro que a esto es a lo que me voy dedicar hasta el fin de mis días. Dejaré que este disco me lleve donde tenga que ser. De momento solo sé lo que está previsto hasta la próxima primavera. Después, ya veremos.

Foto: Lee Strickland