No ha podido resultar más profético el título de su primer álbum, Tragedia española. Que además vio la luz en pleno confinamiento. Tan sensible como ambiguo, Confeti de Odio es una sorprendente revelación que nadie puede odiar.
No le importa a Confeti de Odio (en realidad, Lucas Vidaur, de 26 años), que la gente que devoró su primer disco, Tragedia española, en cuanto lo publicó, lo vaya asociar irremediablemente a la cuarentena del coronavirus, cuando vio la luz. “Al menos, así siempre tendrán ese recuerdo positivo”, afirma. “La fecha de lanzamiento estaba puesta desde enero, y decidimos no cambiarla. Además, estuve muy entretenido esos días, porque me pasaba el día haciendo entrevistas, con el móvil viendo las reacciones… Así que lo agradecí. Y creo que, por las circunstancias, llegó a gente que igual de otra manera no se habría enterado de su existencia”.
Hubo quien llegó a pensar que lo había compuesto casi al inicio del confinamiento, explica, cuando veían que el primer tema se llama Todo muere… “Llevaba un año preparándolo”, puntualiza. Lucas ya había estado ligado a distintas bandas, y sigue formando parte de Axolotes Mexicanos, pero hace dos años decidió crear un proyecto personal, que le ha permitido convertirse en Confeti de Odio.
“No intento quedar de guay con frases que no entiende nadie”
Tragedia española nos invita a pensar que tiene un sentido muy melodramático de la vida. “Es que venía de estilos como el punk, el emo e incluso el metal. Empecé a hacer pop…, y me encantó”. Cuando se puso a compartir sus primeras canciones y comenzaron a llamarle “el triste”, tomó la decisión de llevar ese estado a la máxima potencia. “No creo que todo lo que haga después vaya a ser tan dramático, pero esta vez me apetecía exagerarlo. Y parece que a la gente no le da bajón, de lo cual me alegro”, dice entre risas.
¿Cuánto tiene de auténtica drama queen Confeti de Odio? ¿Es todo pose artística? “Soy muy histriónico”, confiesa, “y de vivir intensamente las cosas. Pero a la vez soy muy risueño, y como todo el mundo tengo mis días”. Así que cuando tenía días de bajón, los aprovechaba para ir grabando canciones que han terminado formando parte de este disco. “Aunque cuando lo estaba terminando, me obligué a grabar un par de canciones rápidas, para que no fuera todo baladas deprimentes”.
“Que salga con los ojos pintados a actuar no es un acto de coraje”
A Lucas se le dan muy bien las palabras –de hecho, acaba de publicar su primer libro (este sí, con su nombre real), El tejido de las cosas–, y también disfrutó mucho creando las letras de los temas. “Me gusta utilizar frases chocantes y honestamente brutas”, explica. “Y cerrar las canciones con alguna potente que me dé incluso miedo decir. Está bien atreverse, porque luego ves que dices cosas con las que se identifica más gente de la que imaginas”.
Sorprende cuando confiesa que ese melodramatismo que utiliza –muy de folclórica, por otro lado (“en casa se escuchaban mucho”)– sea una reacción consciente a la ‘poesía’ que dominó la lírica indie durante décadas. “Es que abusaban de frases muy blandas, en plan épico, para intentar ser cool”, dice. Por eso se declara tan fan de amigos artistas como Putochinomaricón, con el que ha colaborado en más de una ocasión. “Sus frases son siempre como hostias, flamígeras. El pop tiene que impactar. Yo lo busco desde una perspectiva melancólica, No intento quedar de guay con frases que no entiende nadie”.
«Hacen falta muchos más Putochinomaricón en el mundo de la música»
También salió durante la cuarentena el álbum de Perfume Genius Set my Heart on Fire Inmediately, otro de esos discos que siempre asociaremos a la cuarentena, y resulta que es un artista al que admira profundamente. “Es un genio, estoy obsesionado con él. No Shape me ha inspirado muchísimo”, confiesa. “Y aunque estoy muy lejos de él, lo cierto es que a nivel lírico sí hay cierta conexión con su trabajo. Me gustaría evolucionar hacia lo que él hace”. Pero paso a paso. “En Tragedia española era muy pronto para experimentar como hace él. Soy joven, tengo aún muchos discos por delante”.
Confeti de Odio es uno de esos –todavía– contados artistas masculinos patrios que coquetean con la androginia y visibilizan una masculinidad que nada tiene ver con la tradicionalmente tóxica. “Nunca he sido un macho tradicional”, afirma. “Y eso que vengo de escenas rockeras algo rudas, en las que siempre era ‘el extraño’ que no acababa de encajar”. Al acercarse al pop se ha podido liberar del todo. “Es que el rollo machito me tira mucho para atrás. Si te fijas, ni los hiphoperos apuestan por él… Y he podido empezar a jugar con elementos que me atraían, como el pintarme, sin tener que dar explicaciones a nadie”. Aunque no considera que eso sea algo digno de resaltar o alabar, porque le sale de una manera natural. “Hay gente mucho más valiente que yo, que desafía todo tipo de prejuicios y estereotipos en su día a día. Que yo salga con los ojos pintados a actuar no es un acto de coraje, ni mucho menos”.
Forma parte de una escena independiente que brilla por lo diversa que es, y en la que sus conexiones con artistas LGTBI como Putochinomaricón o Stephen Please revelan lo implantada que está la diversidad en el nuevo pop patrio. “Lo mejor de esta escena es que resulta impensable cualquier tipo de discriminación”, afirma. “Puedes estar con Carolina Durante, Cariño o Monterrosa, y la comunicación siempre es buena. Me encanta colaborar con todo el mundo cuando surge, estamos todos a favor de todos”. Y eso hay que celebrarlo. “Imagino que las cosas han cambiado mucho en este sentido. Que antes sería la persona disidente versus las simpatizantes del antiguo régimen…”, supone –bien– entre risas. “La apertura mental en nuestro mundo es total, y debemos ser conscientes de lo mucho que queda por hacer para que esa actitud se imponga entre personas de cualquier ámbito. Hacen falta muchos más Chentas [Putochinomaricón], tanto en el mundo de la música como en el empresarial”.
EL ÁLBUM TRAGEDIA ESPAÑOLA ESTÁ EDITADO POR SNAP! CLAP! CLUB.
EL LIBRO EL TEJIDO DE LAS COSAS ESTÁ EDITADO POR LIBROS WALDEN.
CONFETI DE ODIO ACTÚA EL 9 DE ENERO A LAS 12H EN EL TEATRO REINA VICTORIA DE MADRID, DENTRO DEL FESTIVAL MADRID BRILLANTE.