Si no conoces aún a Maximiliano Calvo, no sabrás que es un liante. Si ya le conoces, y sobre todo has escuchado su más reciente EP, El lío de Maximiliano, no te cabrá ninguna duda de lo mucho que lo es. Argentino afincado en Madrid, no solo es un animal social, también un experto en liar a artistas que admira, o con los que conecta de inmediato, para colaborar con ellos.
Lo mismo graba con artistas queer como Marcos French o Roi Porto que con exparticipantes de OT como Anaju, con la que en estos momentos está trabajando. Y en su EP aparecen desde María Jiménez a Dani, pasando por Walls o Valeria Castro.
Tiene más colaboraciones a la vista, pero algunas prefiere no hacerlas públicas aún. «No puedo parar, si no, me aburro», dice. «Siento que ya me estoy haciendo mi hueco aquí, y para mí es importante, porque tiene un componente político. Que entre en ciertos sitios que en principio están reservados a artistas españoles lo veo positivo«.
También siente que su música tiene un componente combativo, porque a pesar de que parezca que solo es un fiestero, Calvo bucea mas allá con sus intenciones artísticas. «Este universo malandra y de lío que voy creando lo veo parecido al de un bar: se mezclan personas con distintas ideas políticas; heteros, trans y gais…., y todas conviven en armonía, respetando las libertades de los demás. Ese es el imaginario que aplico a mi proyecto».
Maximiliano Calvo es de los que creen firmemente en que los cambios y las mejoras nacen de la unidad de los colectivos. «En el arte no se deben buscar divisiones, la música debe servir para unirnos«. Lo evidencia la apuesta por la diversidad en su música, que toca muchos palos («soy hijo único, nunca me ha gustado quedarme fuera de nada»), y va probando todo aquello que le llama la atención, consciente de que siempre imprime su sello. «Tengo un ADN muy marcado en mi voz y en las historias que cuento, son las que marcan mi estilo».
Creció escuchando boleros y tangos, pero también a Fito Páez y Andrés Calamaro, música brasileña o típica del Río de la Plata. «Eso lo llevo muy dentro, pero no significa que no quiera colaborar con raperos o músicos alternativos. Porque en las colaboraciones todo el mundo implicado suma. Y no me preocupo por el qué dirán. Debemos ser valientes en todo momento para expresarnos con libertad».
En su caso, también procura «liarse» en todo momento. «Como mi cabeza es un caos, decidí llamar el EP El lío de Maximiliano. Aunque al final me parece que tiene un hilo conductor que lo recorre, me sentí orgulloso al descubrirlo cuando lo escuché entero por primera vez«. Y eso que incluye una rumba con María Jiménez, un corte trap-rockero con Walls, un bolero con Dani o una cumbia con Carlos Ares. «Al final, lo que busco es divertirme, y me encanta apostar por la tragicomedia, para aligerar algunos de los mensajes muy solemnes que comparto… Me parece que arrancando una media sonrisa a través de una gracia llegan mejor, me gusta más hacerlo así».
Imposible no preguntarle como lio a María Jiménez para, precisamente, El lío. «Cuando hicimos una escucha en Virgin, mi sello, les comenté que echaba de menos una colaboración… con María». Le mandaron la canción, y al día siguiente mandó un mensaje de voz diciendo «me gusta, es muy canalla. Me recuerda a La Cabra Mecánica [con quien grabó La lista de la compra]. Veniros para mi casa y lo grabo» [me pone además el impagable mensaje]. Así que se fueron a su casa de Chiclana con el estudio portátil a cuestas. «Fueron dos días espectaculares. Es lo más salvaje, revolucionario y valiente que he conocido nunca. Me encanta poder dejar mi marca cuando colaboro con artistas que admiro tanto como ella».
También dejó su marca cuando grabó su versión del clásico de Marisol Estando contigo. «Es un personaje mítico y muy punki, y ese tema es espectacular», dice. «Fue difícil hacerlo propio sin que sonase kitsch, porque tiene mucha alma». Y lo logró. «Mucha gente se queda solo con el estribillo, pero tiene una letra espectacular. Ojalá un día componga yo algo así«. No está de más recordar también el trío que se marcó hace un año y medio con Soleá Morente y Arón Piper, Prendiendo fuego, con un vídeo de lo más hot. «Unimos varios universos particulares, y creo que el experimento salió bien».
La apuesta en el clip por la visibilidad LGTBI ya decía mucho de él y su actitud siendo uno de sus primeros lanzamientos. «Quisimos ser provocadores», explica. «Para mí es importante arriesgar continuamente». Como hace cuando colabora con artistas abiertamente gais como su amiguísimo Marcos French o Roi Porto. «Porque me permite meterme en otros universos que me fascinan y me divierten, eso te eleva como artista. Ahora más que nunca necesitamos tener ganas de festejar la vida, y cuando grabo con ellos siento que lo estoy haciendo».
FOTOS: MIGUEL ÁNGEL FERNANDEZ
AGRADECIMIENTO: MANS CONCEPT MENSWEAR
MAXIMILIANO CALVO ACTÚA LOS MIÉRCOLES 13 Y 27 DE OCTUBRE EN CAFÉ BERLÍN (MADRID).