Smiley es una obra de teatro que se estrenó hace ocho años en Barcelona, y desde entonces ha tenido un recorrido impresionante. La serie es, tal y como la define Clua, una comedia romántica gay que busca jugar con los clichés de este género para romper con los estereotipos que rodean a la comunidad gay.
Una semana después de su estreno y de conseguir estar en boca de todos, te contamos algunos detalles sobre Smiley que quizá no sabías.
- Cameos de los que no te has dado cuenta
Seguramente, muchos espectadores no habrán pasado por alto uno de los grandes guiños de la serie: la aparición de Ramón Pujol, actor que ya interpretaba a Alex en los escenarios. Pero para sorpresa de todos los que hayan visto la obra de teatro, en la serie Pujol da vida a un personaje entrañable también llamado Ramón. Por otro lado, y más escondido, hay otro cameo muy especial en el séptimo capítulo de la serie, y es que el mismísimo Guillem Clua aparece en pantalla durante una secuencia con Pepón Nieto.
- La obra de teatro original se creó como una broma
La obra que Albert Triola y Ramón Pujol protagonizaron en teatros de toda España –y que además ha sido traducida a varios idiomas– comenzó como una broma. Así lo cuenta Clua: “La obra surgió de una conversación con un grupo de amigos sobre mi vida sentimental, y comenzó en una sala de cuarenta localidades”. Sin duda, la obra ha tenido un gran recorrido, mucho más grande de lo que esperaba su autor, que confiesa que cuando Netflix llamó para hacer la adaptación le “explotó la cabeza”. Clua pensaba que la obra “había llegado al máximo de lo que podría dar”, pero se equivocaba.
- El casting para encontrar a los protagonistas de la serie fue muy extenso
A la hora de elegir quiénes interpretarían a los personajes de esta adaptación de Netflix de su obra, Clua ha contado que realizaron un casting muy extenso con más de cien actores para cada uno, porque tenían claro que los personajes estaban muy definidos después de tantos años con la obra. Lo que querían era que los actores se adaptasen a los personajes y no al revés. Acabaron por seleccionar a Carlos Cuevas y Miki Esparbé, que se mostraron felices de trabajar juntos pues son amigos en la vida real.
- El nuevo personaje al que Guillem Clua le ha puesto mucho empeño
Javier (Pepón Nieto) es un gay cincuentón que sigue esperando el amor y trabaja como drag queen. Para Guillem Clua este personaje era muy importante ya que, en sus propias palabras, “tenía la necesidad de contar la historia de un hombre gay mayor de 50 años, que además hace transformismo desde hace décadas. […] Actualmente las historias de amor parecen estén reservadas solo a un público joven y guapo con el que los adolescentes se puedan identificar, pero nos olvidamos del de los mayores, de esas personas que pasados los 50 desaparecen del objetivo afectivo sexual del mundo gay”.
- Departamento de Intimidad
Smiley se unió a la nueva tendencia de series y películas al incluir la figura del coordinador de intimidad. Este departamento es el encargado de que a la hora de grabar una escena de sexo todo el equipo este cómodo durante el proceso. Carlos Cuevas agradece esta nueva figura en la industria: «Con ella no hay ni un mínimo margen a la improvisación. Y en una escena donde te sientes vulnerable, lo agradeces mucho. No solo tú, todo el equipo. Porque una vez les dije ‘A mí no me importa que se me vea desnudo, lo que no quiero es que salga en la pantalla’. Y me dijeron que igual había gente del equipo a la que le incomoda o violenta. Por sus religiones, por algún trauma, porque no le apetece… Así proteges al equipo. Es como un blindaje».
Smiley nace de la intención de Guillem Clua de crear la comedia romántica que a él le habría gustado ver en su día, con dos hombres homosexuales como protagonistas y dejando atrás esa etiqueta de ‘secundario’ que siempre se les ha dado a los personajes LGTBIQ+ en la industria.
Lo que sí está claro es que todo el equipo que ha trabajado en la serie ha hecho un esfuerzo por crear una obra de referencia para la comunidad LGTBIQ+. Como afirma el propio Clua, “esta presencia de historias queer dentro del audiovisual cada vez está más presente y cada vez están invadiendo nuevos géneros que antes estaban reservados solo a historias heterosexuales. Solo falta que entremos en las historias de superhéroes o de ciencia ficción, por ejemplo, para que se normalice esa presencia LGTBI”.