Un año más, el Teatro Real fue la sede de la ceremonia de entrega del Premio BMW de Pintura, que este año celebraba su 40 edición, en la que resultó ganadora la artista navarra Amaya Suberviola por su obra ST25061 (Coger una pestaña con los dedos); el madrileño Chino Moya, que reside en Londres, fue reconocido en la categoría de Arte Digital por Metapope. Y, también un año más, la reina Sofía fue la encargada de entregar estos galardones, que elige un jurado presidido por Antonio López.
Cuarenta años son muchos años. En los ochenta, cuando España comenzaba a despertar y las vanguardias de todo tipo inundaban las calles, el grupo BMW apostó por la creación de este premio que valoraba la creación contemporánea. Hoy fue Alaska, junto con el actor Álex González, quien condujo la gala posterior a la entrega, con un concierto en el que la Orquesta de Radio Televisión Española ocupaba el escenario mientras figuras de la danza como Antonio Najarro, o del cante, como José Mercé, homenajearon a la música española.

Comenzó el concierto con el interludio y danza de la ópera La vida breve y la jota del final del ballet El sombrero de tres picos, de Manuel de Falla, obras con las que se reinauguró el Teatro Real en 1997, la segunda con los decorados y figurines originales que creó Pablo Picasso, a los que se rindió homenaje, mediante proyecciones, en este concierto.
Antonio Najarro, con sus castañuelas, con Falla y la danza de El sombrero de tres picos junto la Orquesta de RTVE con su director, Salvador Vázquez, a la batuta, empezaron a caldear el ambiente. Tras ellos, el Dúo del Valle continuó con la danza andaluza El Vito para dos pianos, para luego proseguir con la Danza ritual del fuego, de El amor brujo, al piano a cuatro manos con una transcripción de Mario Briaggiotti.
Tras esta primera parte, el cante de José Mercé llenó, inundó, el Teatro Real con su arte: Malagueña, Soleá, Alegrías de Cádiz, Bulerías de Jerez, una memorable versión de Se nos rompió el amor, de Manuel Alejandro, y otra, no menos memorable, de Al alba, de Luis Eduardo Aute. Todo ello bajo la varita mágica de Ramiro Jofre, en quien siempre confía Pilar García de la Puebla, alma de estos premios, para que todo salga perfecto.
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Antonio Najarro en la gala del Premio BMW de Pintura 2025.
José Mercé en la gala del Premio BMW de Pintura 2025.
La reina Sofía en la gala del Premio BMW de Pintura 2025.
La reina Sofía en la gala del Premio BMW de Pintura 2025.
Álex González en la gala del Premio BMW de Pintura 2025.
Alaska en la gala del Premio BMW de Pintura 2025.
Ainhoa Arteta en la gala del Premio BMW de Pintura 2025.
Alaska, conductora de la gala
En el escenario, Alaska. En primera fila, los diez finalistas de esta 40 edición del Premio de Pintura BMW. En el Palco Real, la reina Sofía. En la sala, 1.400 invitados entre los que había galeristas, artistas, cantantes de ópera, celebrities, socialités de alto nivel y, entre todos ellos, los miembros de un jurado compuesto por Miguel Zugaza, Patrizia Sandretto Re Rebaudengo, Guillermo Solana y Lucía Casani, presidido, como hemos dicho, por Antonio López, que eligieron a los dos ganadores.
La obra ganadora ST25061 (Coger una pestaña con los dedos) de Amaya Suberviola (Mendavia, 1993) está realizada en óleo y rotulador sobre lienzo, y en ella la imagen ha sido construida y desestructurada a través de decisiones que imitan gestos digitales: copiar, pegar, rotar, desplazar. No se añaden elementos externos, solo se reorganiza lo que ya está, como si la pintura fuera un archivo editable. El proceso parte de una escena reconocible que, intervenida con errores y aciertos acumulativos, se convierte en algo nuevo, a medio camino entre lo accidental y lo intencionado.
Por su parte, el Premio BMW Arte Digital, fue para Chino Moya (Madrid, 1976) con Metapope. Se trata de una creación en formato vídeo monocanal en 4K con sonido (en bucle). El vídeo fue producido mediante un equipo de más de 30 personas entre las que se incluyen: director de fotografía, operadores de cámara, diseñadores de vestuario, maquillador, peluquera, constructor de decorados, fabricante de atrezo, modelador de 3D digital y compositor de música. El actor que sale en la obra fue rodado frente a un fondo de croma azul con una cámara de cine digital Alexa y los fondos construidos enteramente en 3D.
Un año más, el Premio BMW de pintura volvió a romper todos los moldes, a convocar a la audiencia más diversa y a calentar el otoño madrileño.


