La RAE define la homofobia como la “aversión hacia la homosexualidad o las personas homosexuales”. A diario, este sentimiento es uno de los principales problemas contra los que muchas personas del colectivo se enfrentan.
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No es de extrañar entonces que siga habiendo personas “en el armario”, que muchas otras vivan con miedo y que otras busquen el suicidio como vía de escape. Y las preguntas que surgen tras contemplar toda esta situación son: ¿Por qué? ¿Por qué persiste este gran malestar?
Según el Centro de Investigaciones Pew, España es la nación más abierta de todo el mundo al colectivo LGTBI; esto se corrobora con una encuesta realizada en 2013 sobre la aceptación de la homosexualidad, en la que nuestro país se posiciona con un 88% a favor, seguido de Alemania con un 87% y una República Checa con 80%. Pero, ¿son ciertos estos resultados? La homofobia sigue martirizando a muchos. Según la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), un 57% de las personas del colectivo han sido víctimas de la LGTBIfobia, cuatro de cada diez personas han sufrido violencia física pero tan solo el 10% de ese total opta por denunciar.
Como respuesta a esta situación, existen leyes autonómicas que condenan este tipo de violencia, se realizan campañas de concienciación por parte del Ministerio de Sanidad y Educación, y las asociaciones abanderadas del colectivo presentan iniciativas que buscan la defensa de nuestros derechos. No obstante, la lucha no para ahí.
Las iniciativas personales también son una forma más de reivindicación. El actor José Garcimartín (arriba en la foto) ha querido compartir con nosotros una instantánea que refleja parte de esa realidad; en este caso, un grafiti homófobo sobre la pared de una caseta de fiestas en Segovia. “Seguro que en las fiestas habría algún chico gay o lesbiana mostrándose libremente,” son las palabras con las que manifiesta su profundo desacuerdo. De esta forma, el segoviano tiene la intención de movilizar y que esto sea el inicio de una reivindicación de todos para que “podamos lucir nuestra sexualidad y hacer natural lo que ellos consideran una aberración”.
Garcimartín quiere que su foto se convierta en una cadena de muchas otras en las que nos convirtamos en los protagonistas y podamos gritar al mundo “no a la homofobia, sí al amor y al respeto”.