Vivimos en tiempos extraordinarios. La crisis del COVID-19 nos hace quedarnos en casa, cambiando completamente nuestro ritmo de vida. Se nos prohibe salir a la calle, hay que intentar que el virus no siga propagándose y la única solución es aislarse y mantener al mínimo las relaciones sociales. Pero, ¿qué pasa con las relaciones sexuales?
Michael Brady, doctor y director médico de Terrence Higgins Trust –organización benéfica británica que brinda servicios sobre el VIH y la salud sexual–, ha querido dejar claro su punto de vista sobre este tema. Según el doctor, a menos que se tengan relaciones sexuales con alguien que conviva con nosotros, se corre el riesgo de prolongar y empeorar esta pandemia. Aunque no haya evidencia de que el coronavirus pueda transmitirse a través del contacto sexual, se transmite a través del contacto físico cercano, besos incluidos. Además, el virus también se ha encontrado en las heces de las personas infectadas, por lo que el sexo anal es un riesgo de infección. Incluso lavarte las manos y no besar durante el acto sexual no es suficiente para detener el virus.
Está claro que recurrir al sexo, ya sea por placer, intimidad o para aliviar el estrés, es algo natural. Aun así, las relaciones sexuales no son la única opción que tenemos para pasárnoslo bien. Ahora más que nunca, nosotros mismos somos nuestra pareja sexual más segura. Es tiempo de valorar la importancia que tiene darse placer a uno mismo y ponerlo en práctica. Buscar otras vías.
Así han tenido que vivir –y siguen viviendo– muchas personas LGTBI por culpa de la homofobia. Es por ello que se les considera, desde hace décadas, las personas más creativas a cuanto formas de tener relaciones se refiere. Hay muchas formas de darse placer durante el confinamiento, y el doctor Michael Brady expone algunas, como el sexo telefónico o la masturbación con diferentes juguetes sexuales –y nos recuerda que hay que buscar vías de conexión segura y que los juguetes deben de lavarse durante al menos 20 segundos con agua y jabón–.
Se estima que hasta una de cada tres personas no tendrá síntomas de coronavirus cuando estén infectadas, por lo que es muy difícil saber quién lo porta. Hay que ser conscientes de lo que está sucediendo. Lo mejor para la salud global es quedarse en casa, pero eso no significa que nuestra vida sexual decaiga.