De Taylor Swift se habla haga lo que haga. Incluso con un primer single de su próximo álbum tan flojo como ME!, junto a Brendon Urie de Panic at the Disco!, logró una repercusión de esas que parecen inimaginables. Bueno, Swift es la gran princesita del pop actual estadounidense, y sabe cómo aprovechar la repercusión de cada uno de sus pasos artísticos.
Por eso hay que agradecer que en su nuevo single, You Need To Calm Down, ponga sobre la mesa la necesidad de defender los derechos LGTBI en Estados Unidos en un momento como este, cuando Donald Trump amenaza con hacer retroceder los logros que a día de hoy la comunidad da por sentados. Como la Swift es mucha Swift, aparece muy bien secundada en este vídeo, con apariciones de Ellen DeGeneres, RuPaul, Laverne Cox, Addam Rippon, Ciara, varios de los presentadores del programa Queer Eye y hasta Ryan Reynolds.
Taylor Swift se posiciona, una vez más, contra la homofobia, y se burla –en tonos chicles, los de la era Lover– contra los haters de Internet. Pero el verdadero golpe de efecto es su encuentro con la que hasta hace bien poco era su enemiga oficial, Katy Perry, que aparece disfrazada de hamburguesa. Y como Swift aparece caracterizada de ración de patatas fritas, solo cabe suponer que las dos cantantes han firmado por fin las paces y han querido simbolizarlo de esta singular manera.
En una gran fiesta en plena América profunda, rodeada de infinidad de drags, gays y otros representantes de la comunidad LGTBI, Swift alza la voz por nuestros derechos, y cierra el vídeo diciendo «Mostremos nuestro orgullo exigiendo que, a nivel nacional, nuestras leyes traten a todos los ciudadanos por igual». E invita a los espectadores a firmar una petición en Change.org creada para que el Senado apruebe el Equality Act, que prohibirá cualquier tipo de discriminación basada en orientación sexual o género.