Llega al Centro Dramático Nacional una obra tan apetecible como necesaria. Transformación, escrita y dirigida por Paloma Pedrero, narra el proceso vital de tres personas trans, que interpretan tres actores trans. De ella hablamos con uno de sus protagonistas, Álex Deo Silleras.
En palabras de su autora y directora, Paloma Pedrero, Transformación nos presenta “una historia compleja de lo que ocurre cuando una persona plantea, en este caso tres chicos, que son trans. Vamos a ver todo ese proceso que ellos viven, desde que son pequeños hasta que asumen lo que son, y luego se enfrentan a la sociedad y le dicen en voz alta: ‘Yo soy esto y quiero hacer una transformación”. Una apuesta por la visibilización de las personas trans que Pedrero quiso hacer realidad cuando su hijo de 18 años le dijo que era trans. Y ha querido que los tres protagonistas, arropados por otros cinco intérpretes, sean actores trans.
Uno de ellos es Álex Deo Silleras, experimentado mago a sus 22 años (“llevo actuando desde los quince”) que debuta en el teatro con este proyecto, y al que acompañan Alan Castillo y Zack Gómez. “He participado en numerosos proyectos feministas y queer, hasta que el año pasado me encontré con Paloma”. Pedrero le escribió estando él viviendo en Inglaterra, y una amiga común también le habló de él. “En cuanto me lo ofreció le hice muchas preguntas”, recuerda, “para entender su motivación a la hora de escribir esta función”.
Paloma Pedrero quiso utilizar una herramienta que maneja muy bien, el teatro, para visibilizar una realidad que a ella le había costado entender, fundamental para acompañar a su hijo. “Convocó a varios chicos trans para entrevistarles y extraer la máxima información posible sobre sus vivencias, y junto a una serie de improvisaciones que hicimos nosotros, escribió la obra”, explica Álex. Que no necesariamente se identifica con todas las situaciones que vive en Transformación. “No por ser trans tenemos que estar de acuerdo en todo: hay tantas masculinidades trans como personas trans. Es lo bonito de la obra, que refleja que ser trans no implica nada. Es un viaje, y cada persona hace el suyo”.
Cuando todavía no existe tanta representación en nuestra ficción de la realidad trans, Paloma Pedrero confía en que Transformación provoque en los espectadores para los que supone algo desconocido un deseo de aceptar y defender aquello que han visto reflejado en escena. “A mí me gustaría que obras así no hicieran falta”, afirma Álex. Y continúa rotundo: “Me encantaría que no hubiera que dar explicaciones, que la gente pudiera ser sin más. Los seres somos diversos, diversas y diverses. Yo soy trans y otras muchas cosas”.
Se resiste a pensar que tenga que dar continuamente explicaciones para ser plenamente aceptado. “Mi vida no está centrada en transitar”, explica, “y en ocasiones parece que nuestra misión en la vida es transitar y asegurarnos de que el mundo entiende lo que significa. Y es algo que no tiene por qué ser dramático o doloroso. Igual que el resto de personas, gozamos y nos duelen cosas”.
Se muestra crítico con el tipo de visibilidad trans que se ofrece en la ficción, y en el debate en torno a si solo los actores trans deben interpretar personajes trans se pronuncia con claridad. “¿Tenemos una especie de karma los actores trans y que debemos dar vida en un loop infinito a personajes trans?”. No le interesa. “Para mí la interpretación es libertad, y poder investigar para componer un personaje, el que sea”. Sí le interesa que haya una mirada trans desde la escritura, “porque el personaje no está bien escrito no será interesante”.
“Mi vida no está centrada en transitar, y es algo que no tiene por qué ser dramático o doloroso»
Si por algo aboga ante todo es por la desaparición de las etiquetas. “Que haya más personajes trans en obras audiovisuales sin que tenga que aparecer necesariamente su transición. Que aparezcamos siendo padres, hermanas, hermanos o pareja de otros personajes”. Por eso destaca personajes como el del chico trans que interpreta en la serie Historias de San Francisco Garcia, o la Nomi de Sense8, a la que da vida Jamie Clayton (“la referencia absoluta, en una serie que muestra la diversidad en toda su dimensión”), sin olvidarse de Pose.
Álex Deo Silleras sueña con una integración real de personas como él, porque la realidad le recuerda que sigue sin suceder. “No soporto que todo gire en torno al morbo del cuerpo, la cirugía, las hormonas… Es una decisión tan personal como la de aquella persona que decide operarse la nariz”. Y sigue siendo una realidad que los hombres trans están especialmente invisibilizados. “A lo largo de la historia, muchos hombres trans pudieron sobrevivir sin dar demasiadas explicaciones al mundo, es algo que se ve en Yentl de Barbra Streisand. Pero las mujeres trans han tenido siempre que salir a la calle para poder ser. Seguiremos paso a paso”.
Como mago y como actor que trabaja frente al público, se convierte en un referente de visibilidad, aunque a Silleras le cuesta de primeras verse como tal. Cuando reflexiona y comprende que es muy posible que sea así, afirma: “Me parece interesante no solo que una persona trans se identifique con mi vivencia, sino que cualquier persona se pueda identificar con mi libertad”. En esta vocación de diálogo y lucha por la integridad que demuestra, sorprende que no tenga ningún miedo a que Transformación pueda generar reacciones que nada tengan que ver con las que la compañía al completo desea. “Si provoca rechazo, me parecerá interesante. Porque eso ya diría mucho de dónde estamos a nivel social, y de lo que mucha gente siente por dentro, porque la transfobia interiorizada también es una realidad”.
Afirma que su viaje vital hasta ahora ha sido “interesante, divertido, difícil y liberador”, y muestra un enorme agradecimiento a personas concretas de su entorno, “aquellas que me aman por lo que soy, no a pesar de lo que soy”.
FOTOS ÁLEX DEO SILLERAS: MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
TRANSFORMACIÓN SE REPRESENTA HASTA EL 8 DE NOVIEMBRE EN EL TEATRO MARÍA GUERRERO (C/TAMAYO Y BAUS, 4 · MADRID) DEL CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL