Dawn Richard cuenta con un currículum envidiable, y diverso. La conocimos como parte de la girl band –de culto– Danity Kane. Después formaría parte del dúo –de culto– Dirty Money, y hace diez años comenzó una carrera en solitario que afianzó su estatus como intérprete de culto. Ahora publica su sexto álbum, Second Line, con el que tiene muchas papeletas para ser reconocida como la gran artista que es.
Lo primero que recuerda Dawn Richard al comenzar nuestra conversación es que en Barcelona dio una de los mejores conciertos de su carrera. Fue en Sónar 2017. “La energía fue increíble, y la manera en que captasteis mi música fue una puta maravilla”, afirma. “No éramos tantas las mujeres que formábamos parte del cartel, y menos de color, así que para mí fue muy importante estar allí”. Second Line (término que identifica a las bandas y personas bailando que se unen a un funeral en Nueva Orleans) es un disco muy ambicioso y, a la vez, el más accesible de su carrera.
Instalada en su Nueva Orleans natal, Richard ha querido reconectar con sus raíces y, a la vez, mostrar su compromiso con las causas que le preocupan a través de la música de baile, algo no tan habitual en artistas estadounidenses de su generación. Dawn va a por todas. “Es que el sur de Estados Unidos está muy por detrás a la hora de dar visibilidad a las mujeres y a la cultura LGTBIQ«.
Tiene claro por qué se visibiliza como lo hace. «Aquí llego yo, una chica negra a la que le encanta la música electrónica y el baile, y a mucha gente le choca”, asegura. “¿Por qué? Si la cultura de clubs proviene de la comunidad negra, de Chicago, de maestros como Larry Heard… Igual que en la música disco sus grandes referentes son mujeres como Donna Summer. ¿Por qué no se nos da más cancha? Es algo de lo que quiero que se hable. ¡Y vengo a reclamar mi espacio!”.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué cuesta tanto esfuerzo esa visibilidad que reclamas?
DAWN RICHARD ⇒ Es incomprensible y triste. Piensa en la poca representación de mujeres DJs que suele haber en festivales, por ejemplo. Como también soy productora, me he esforzado al máximo en este disco. Porque no soporto que no se valore el trabajo de las mujeres que producen sus propios discos, como Björk o Imogen Heap. Con este disco no solo quiero reivindicar mi trabajo sino también romper una lanza en favor de las artistas más jóvenes que vienen detrás.
«Quiero que se me vea igual que a mis compañeras, independientemente de mi raza»
SHANGAY ⇒ ¿Te sientes frenada?
DAWN RICHARD ⇒ Sí, porque no entiendo ciertas etiquetas, que en el fondo te cierran puertas. Ven a una artista como yo y de inmediato dicen que hago r’n’b alternativo. Vale, soy negra y canto con un deje soul, pero eso no significa que no pueda hacer música para la pista de baile, o para que suene en una rave. Por eso he querido que este disco sea el principio de un revival electro.
Estoy harta de todas esas etiquetas que me han ido colgando: “r’n’b postapocalíptico”, “r’n’b experimental”… Y todo porque soy negra. Nadie dice que que Billie Eilish hace ‘r’n’b’ oscuro’: a lo suyo lo llaman pop. Nadie llama a lo que hace Dua Lipa, que ha publicado un disco increíble, música disco: lo llaman pop. Si yo publicase un disco como el suyo, seguirían diciendo que hago r’n’b alternativo… Quiero que se me vea igual que a mis compañeras, independientemente de mi raza.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué en el disco te haces llamar King Creole?
DAWN RICHARD ⇒ No es un alter ego, soy yo. Es una asesina, pero de géneros musicales y estereotipos. Soy de las que pisan fuerte, sobre todo en el escenario, y eso he querido reflejarlo también en este álbum. Mi viaje en la música ha sido curioso: empecé en el mainstream, y enseguida me di cuenta de que me esforzaba demasiado por complacer a los demás, por hacer todo lo que se suponía que debía. Y a mí nunca me ha gustado encajar en lo tradicional. Siempre he querido incorporar mis raíces a mi música, y ahora era el momento.
SHANGAY ⇒ ¿Y por qué ahora?
DAWN RICHARD ⇒ Porque por fin he vuelto a mi ciudad. [El huracán] Katrina me dejó sin casa; durante un tiempo incluso tuve que vivir en un coche cuando nos evacuaron… Ahora por fin me puedo mostrar como la artista que siempre he querido ser. Y por fin hago la música que mi yo de doce años hubiese deseado escuchar.
SHANGAY ⇒ Aunque ya has dejado claro que tu paso por el mainstream con Danity Kane no fue demasiado placentero, ¿recuerdas con cariño esa etapa?
DAWN RICHARD ⇒ Fue maravillosa, porque era justo lo que necesitaba vivir en aquel momento. Nunca quiero recordarla con negatividad, porque aunque tuve que tragar mucha mierda, también viví experiencias increíbles. Sin pasar por Danity Kane no habría llegado al punto en el que estoy ahora. Como te decía, mi trayectoria no ha sido nada convencional como artista, y eso está bien. Para empezar, Danity Kane era un grupo pop lanzado por un sello de rap. Y Dirty Money era un grupo de soul-pop con influencias ibicencas y de hip-hop, adelantado a su tiempo.
Tiene sentido que mi carrera en solitario también se haya salido de lo previsible. Y sí, amé y odié a partes iguales cada minuto que viví en Danity Kane; cuando te dedicas al arte, eso puede pasar perfectamente. Y mucha de la mejor música que conocimos ha salido de momentos complicados de quienes la defienden. Para mí aquella etapa no fue nada fácil, pero mereció la pena vivirla, porque estoy muy orgullosa de que me haya traído hasta aquí.
«Amé y odié a partes iguales cada minuto que viví en Danity Kane»
SHANGAY ⇒ ¿Qué bandas formadas por mujeres te gustan ahora?
DAWN RICHARD ⇒ Me encantan Girlpool, Warpaint, Haim y London Grammar, aunque no sean una banda 100% femenina, me apasiona. Y siempre tengo presente a las vintage, como Pussy Riot o Hole. Y no me quiero olvidar de Poppy, porque creo que tiene un talento increíble, y para alguien que creció amando a Hole o a Crystal Glass, creo que artistas como ella merecen más reconocimiento. ¡Porque quiero que vuelva el grunge hecho por mujeres!
SHANGAY ⇒ La experiencia de escuchar Second Line me ha recordado a la de los primeros álbumes de Erykah Badu, en donde predominaba la mezcla de estilos para crear toda una experiencia sonora…
DAWN RICHARD ⇒ Vaya cumplido, porque es una artista única. De nuevo, otra mujer a la que no se le reconoce como debería su nivel de creatividad y su trabajo como productora. Necesitamos seguir abriendo el camino para otras muchas artistas negras, no cabe duda.
SHANGAY ⇒ Sorprendes mucho en canciones como Nostalgia, porque no estamos tan acostumbrados a escucharte sobre una base housera…
DAWN RICHARD ⇒ ¡Una de las canciones que necesito que se puedan bailar de manera colectiva pronto! Por un lado quise utilizar para la melodía una versión futurista del jazz tradicional de Nueva Orleans, y combinarlo con una base inspirada tanto en maestros del house como Larry Heard y con cadencia propia del bounce [una popular variante del hip-hop de Nueva Orleans]. Estoy encantada de componer híbridos.
«No me sirve que se escoja a una única persona que represente un físico o un género; muchas podemos formar un ejército»
SHANGAY ⇒ Pero en singles como Bussyfame dejas claro que, cuando quieres hacer r’n’b tradicional, lo bordas…
DAWN RICHARD ⇒ Aunque no puedo evitar intentar ir siempre un poco más allá y combinar todo lo que me pide el cuerpo. Huyendo siempre de etiquetas, porque lo importante es que la música te emocione.
SHANGAY ⇒ Y que te haga bailar, en el caso de canciones como Jacuzzi… ¿Por qué has querido que, además de festivo, resulte reivindicativo?
DAWN RICHARD ⇒ Quería apostar por la visibilidad de todo tipo de personas. Empezando por la mía. Porque en esta industria rara vez veo mujeres con las que me identifique. Y necesitamos que se dé más espacio a personas diversas. Este vídeo es una celebración de la gente como nosotros, de mujeres que no necesariamente encajan en los estándares físicos habituales en los vídeos, de la comunidad LGTBI, de las personas no binarias…, porque debemos formar un todo y seguir luchando por que se nos vea. Porque no me sirve que se escoja a una única persona que represente un físico o un género; somos muchas y podemos formar un ejército. Y eso es lo que quiero que sienta todo aquel que ve que no se le da un espacio para visibilizarse.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué te sientes tan unida a la lucha por la igualdad de la comunidad LGTBIQ?
DAWN RICHARD ⇒ He sido una aliada desde que recuerdo. Al haber crecido en Nueva Orleans, estuve expuesta a la cultura trans desde pequeña, a través de artistas de bounce. El amor que la comunidad gay dio Danity Kane desde el primer momento fue tan fuerte que habría resultado vergonzoso si no lo hubiésemos reconocido. El grupo no habría existido de no ser por el público gay, y nos enamoramos de nuestros fans y de sus reivindicaciones. Las historias que compartían con nosotras se convirtieron en algo nuestro. Con el tiempo, ya no me siento tanto como una aliada, sino como parte de la familia.
«Ya no me siento una aliada de la comunidad LGTBI, sino parte de la familia»
SHANGAY ⇒ ¿Disfrutas borrando las fronteras entre género también a nivel de imagen?
DAWN RICHARD ⇒ Por supuesto. Tengo muy presentes mi feminidad y mi masculinidad, y es algo que siempre está presente en mi música, en mi manera de cantar y en mi manera de vestir. Me encanta la androginia, creo que lo he dejado muy claro en mi carrera. En mi caso, como una clara muestra de lo unida que estoy a la comunidad LGTBIQ. Porque me parece que su cultura no se respeta y venera como debería. Robamos tanto del universo queer: expresiones a la hora de hablar, estilos al bailar… Para mí es fundamental celebrar esa influencia.
SHANGAY ⇒ ¿Te han llegado a criticar por jugar con esa androginia?
DAWN RICHARD ⇒ Sí, pero me la suda. ¿Qué más te da a ti si me pongo un traje de hombre o llevo el pelo de una determinada manera? La cultura pop fuerza a las mujeres negras a apostar por una imagen concreta: alísate el pelo, usa mallas ajustadas, que el maquillaje sea sutil… Yo no soy Naomi Campbell, querida; yo soy como soy. Y si me apetece reforzar de manera agresiva mis rasgos, lo voy a hacer, porque me siento bien así. ¿Por qué no pueden más hombres llevar vestidos, algo que sí se ve en Nueva Orleans en Mardi Gras? ¿Quién es nadie para decir cómo te puedes presentar ante el mundo? Me encanta que se difuminen las líneas entre lo masculino y lo femenino. Grace Jones es una diosa en ese sentido, ¿por qué no podemos seguir haciéndolo artistas de otra generaciones?
SHANGAY ⇒ ¿Hace falta mucha seguridad en una misma para ir contracorriente?
DAWN RICHARD ⇒ Sin duda. Y no negaré que hay días en que me ataca la inseguridad, cuando me siento incomprendida. Otros, sin embargo, me levanto y digo “que les jodan”. Soy humana, al fin y al cabo. Y mi disco lo refleja: en la primera parte vemos a esa androide que puede con todo, mientras que en la segunda son los sentimientos más humanos y mis imperfecciones los que comparto, porque quiero ser amada. Y pienso bailar y quererme a mí misma incluso en los momentos más complicado.
«Robamos tanto del universo queer: expresiones al hablar, estilos al bailar… Es fundamental celebrar esa influencia»
SHANGAY ⇒ ¿Por qué has querido que tu madre juegue un papel destacado en este disco?
DAWN RICHARD ⇒ El primero de mis discos en donde reflejé mi amor por Nueva Orleans fue New Breed, y en él quise compartir el punto de mi vista de padre, que actuaba como narrador. Tenía sentido que mi madre lo fuera en este, en el que yo aparezco como King Creole. Para mí, la herencia es muy importante, y he querido reflejar nuestro pasado para poder avanzar hacia el futuro. Me encantaría no tener que hablar como artista negra, pero debo hacerlo, a ver si conseguimos que se nos reconozca como se debe. Es increíble que Kaytranada sea el primer artista de color en ganar el Grammy a Mejor disco electrónico. ¿En serio? ¡Si somos los pioneros de la música de baile!
SHANGAY ⇒ ¿Has hecho un disco más accesible también con la intención de obtener mayor visibilidad?
DAWN RICHARD ⇒ Era el momento perfecto para hacerlo. Hace ocho años, cuando publiqué Goldenheart, no estábamos preparados. He querido ser más directa que nunca porque creo que con él puedo contribuir a abrir un nuevo camino para otras artistas de lo más cool que merecen toda la atención. Ojalá esto hubiera sucedido antes, pero no importa; siempre me ha gustado adelantarme a lo que viene, aunque sin planteármelo de una manera consciente, es mi forma de ser. Me alegra ver que muchas cosas por las que llevo luchando años comienzan a ser una realidad.
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