Rosa López lanza '1930' por la comunidad trans: "No pretendo que sea un himno, sino intentar acabar con estigmas"

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La cantante granadina está en nuestros corazones desde que nos conquistó con aquella mítica primera edición de Operación Triunfo. Lo volvimos a comprobar cuando vino a vernos a la redacción, en pleno Chueca. Tras la entrevista salimos a la calle para tomar un café y una mujer se acercó a preguntarnos por una dirección. Cuando le dijimos cómo ir a la calle que buscaba, nos dio las gracias y, al verla, su reacción fue un «uy, esa es la calle… ¡y tú eres Rosa!».

Pues esa es Rosa, sin más. Rosa de España, Rosa López. Pero, para todo el mundo es, simplemente, Rosa. Su forma de ser resulta tan especial que sigue siendo una de las mujeres más queridas de nuestro país. Ahora, regresa con un tema llamado 1930, una canción que se sale de todo lo que ha hecho hasta ahora. Y la ha querido dedicar a la comunidad trans. Ella, que es un referente LGTBI gracias a que los eurofans la han posicionado como todo un icono tras su ya legendario Europe’s living a celebration.

Quedamos con Rosa para que nos contara la intrahistoria de este tema, con el que pretende aportar su granito de arena para ayudar a la que, sin duda, es la letra más silenciada de nuestro colectivo. Lo primero que le preguntamos es cuál es su conexión con el mundo trans. «Simplemente, es intentar ayudar en una época en la que hay muchísimas cosas que cambiar todavía, a pesar de todo lo que supuestamente hemos aprendido. En uno de estos viajes interiores que una tiene, en los que tanto nos comemos la cabeza con tanta introspección… Como creo que la música vale para conectar a las personas, pues surge. Además, estamos en un mundo en el que ves continuamente historias brutales, tanto de las buenas como de las malas. Pues esa introspección que he venido haciendo me ha llevado a querer crear una canción para que las personas transgénero puedan tener algo a lo que agarrarse para pedir lo que necesitan», nos dice.

«No quiero ir más allá. Puede ser que esta canción no llegue, aunque espero que sí… Espero que, por lo menos, la gente se la guarde, la utilice»

Y continúa: «No hay nada más. Más allá de políticas y de banderas, es una cuestión de amor, dar amor a quien lo necesita por ser menos escuchado. Es brutal las historias que hay detrás de todo esto. Esta en concreto está basada en la primera persona que se operó en 1930, y de ahí el título. Hay un libro y una película. La historia es mucho más dura de lo que se ve en la película, se endulza mucho. Tú ten en cuenta que estamos hablando de los años 30… Yo no tengo ni idea de cómo serían, porque no los he vivido. Pero bueno, eso es lo bonito, investigar sobre lo que te cuentan. Y vas viendo que, a lo largo de la vida, gracias a esas personas, hoy día podemos hacer este grito de libertad, por ejemplo, con esta canción».

Ella tiene muy claro qué es lo que pretende con este tema: «No quiero ir más allá. Puede ser que esta canción no llegue, aunque espero que sí. Espero que, por lo menos, la gente se la guarde, la utilice. Me da igual si suena o no en la radio, porque al final, cuando yo saco una canción, lo que quiero es que cuando me muera haya hecho cosas que hayan podido servir para algo. Parece que vivimos en una era en la que todo lo que hacemos es para conseguir likes, conseguir público. Yo, gracias a Dios, tengo la suerte de llevar veintiún años disfrutando de mucho amor y mucho cariño, y eso tiene que valer para algo; no para mí, tiene que valer para algo… Esto no está hecho para eso».

Se ha servido de su ‘eurofama’ para esta causa: «Aproveché la visibilidad que tuvimos en el Benidorm Fest a pesar de que todavía el tema no estaba en la calle, pues sale el 3 de marzo. Y para vestirme prácticamente de bandera trans. Yo sé que va mucho más allá de las banderas y mucho más allá de las leyes y de las historias». E insiste: «Aquí lo que intento es dar amor a las personas que lo necesitan, que en esta vida venimos a ser libres y a ser felices, si es que no hay más». Y hay que estar atento a sus redes, porque quiere subastar este traje para conseguir fondos para este colectivo. Como cuando hizo una colecta más que importante para los damnificados del volcán de La Palma, dinero que entregó de forma anónima al padre Ángel para ayudar en la isla.

«Vivimos en una era en la que todo lo que hacemos es para conseguir likes, conseguir público. Esto no está hecho para eso»

Le pedimos que nos cuente la historia que ha motivado este tema: «Bueno, no lo puedo contar todo por respeto. Tengo el cariño y el apoyo de Valeria Vegas. Ella ha estado siempre. Le he estado preguntando muchas cosas cuando la estaba escribiendo. Además, es tan culta que me encanta hablar con ella. ¡Debería llamarla más todavía! Pero no lo hago por respeto, porque no quiero que esto caiga en demagogia o que alguien lo pueda pensar… Puede ser que esta canción se quede a las puertas, pero ya hay una canción para que quien quiera pueda utilizarla. Hay gente que me pregunta si he querido hacer un himno… Pues no, no se ha hecho con la idea de que lo sea. Eso ya es cuestión de cada persona. Yo cuando escucho una canción, la utilizo para mí o para alguien. Entonces ahí está. Ya sé que hay otra de Malú, y ya sé que otras canciones de Raphael, de Fangoria… Hay muchos temas que se han llevado al público LGTBI. Pero esta está hecha para esto, luego ya que hagan lo que quieran, yo solo parto del amor y del cariño, no quiero conseguir ni que sea un himno, ni quiero conseguir que salga en la radio. Tengo ya otro tema que se llama Señales, que saldrá más adelante, que también está hecho para los miedos».

Rosa López ha sufrido, aunque en otro sentido, un cierto rechazo en primera persona por ser cómo es. Eso ha condicionado también la creación de este tema. «Por mis kilos, por no hablar bien, por muchas cosas, por tener los dientes torcidos, porque decía ‘ojú chiquillo, ojú chiquillo’ [sonríe]. Vivimos en una sociedad, en una suciedad, su-ciedad [resalta], en la que a veces, de verdad, no nos damos cuenta de que, en realidad entre todos… Nuestras vidas son especiales, porque entre todos hacemos que cada persona, cada vida, tenga sentido. 1930 va especialmente para las personas transgénero, pero de ahí tú te la puedes llevar para donde quieras. Yo me la llevo para mí, porque yo también he sufrido con un estigma de gordofobia. Ahora que estoy más delgada…, bueno, pues parece que la gente te acepta más».

Pero aunque su físico ha cambiado, ella sigue pensando lo mismo: «Por eso a mí me da vergüenza cuando digo cosas que se dan por hecho, como ‘uy, ¡qué delgada estás!’. Hay que tener mucho cuidado, y hoy en día más porque todos tenemos muchas movidas en la cabeza, tanto buenas como malas, o creencias, que parece que son moda. Por eso quiero que esto no sea una moda, yo no lo hago por moda, simplemente creo que ahora que hablamos de LGTBI, hay una parte que todavía necesita mucha ayuda que es esa».

«Yo también he sufrido rechazo: por mis kilos, por no hablar bien, porque decía ‘ojú chiquillo, ojú chiquillo’, por tener los dientes torcidos, por muchas cosas»

Como decimos, este tema surge de una experiencia personal de Rosa con una persona transgénero que conoce desde hace mucho tiempo: «Tengo un amigo trans, que hace 21 años se llamaba Silvia. No voy a decir exactamente quién es. Me he enterado hace poquito, pero para mí, que tengo mente abierta, o que creo que tengo la mente abierta, fue un shock verle, porque siempre había sido mi Silvia, y ahora… Pues ya está: se trata de ser feliz. Aun teniendo la mente abierta, me costó. Hay que romper con eso, hay que romper con muchas barreras y gritar. Si hace falta gritar ‘libertad’, pues se grita con una canción, no pasa nada. Si es que lo bueno que tiene la música es eso».

Por ello cree tanto en el poder de la música: «Hay muchas cosas que no digo hablando, y que cantando las suelto, así como ‘mira lo que ha dicho la niña’, pero no pasa nada porque como es cantando… Pues ahí tienen 1930, para que hagan lo que quieran». El tema ha tenido un largo camino hasta que llegó a nosotros: «Como te dije, Valeria me ha ayudado un montón, y bueno, mi chico, Iñaki, también. La letra era otra, estaba escrita por un hombre, pero se reescribió. La ha hecho Layah Kay, que es una niña que si la ves en redes sociales lo entenderás todo. Por eso al final decidí cambiarla, porque había cosas que no me gustaban, aunque Valeria decía que era muy poética,y que no tuviera miedo a cantarla ni a decirlo de esa manera. Con esta que hemos hecho nueva está mucho más contenta. Yo solo quiero ofrecer una canción para que cada uno haga con ella lo que le dé la gana. Lo que hay que conseguir es que nos olvidemos ya de estigmas».

Y concluye: «Siempre voy con mucho cuidado para no hacer daño, igual que no quiero que me lo hagan a mí. Pero, aun así, las personas a veces cometemos errores, por eso para mí es importante la intención desde la que se hacen las cosas, porque nadie es perfecto, porque todos nos equivocamos, porque las circunstancias van cambiando continuamente. Vivimos para descubrirnos, para ser felices, para ser libres, para vivir tu vida como te dé la puñetera gana. Obviamente, luego hay una ética, un respeto, un cariño. O sea, tú yendo con respeto, y naciendo de una intención pura, aunque te equivoques, está bien hecho».