Javi Berga: "Bailar con Bad Gyal es un sueño hecho realidad"

Temas: Bad Gyal, Becky G, Entrevista, Erotismo, Gonza Gallego, Kim Petras, MTV Awards

La pasión por el baile del valenciano Javi Berga es innegable, y no solo la demuestra sobre los escenarios. Lógicamente, en sus redes sociales, la deja bien clara.

Pero también posando para Gonza Gallego para este reportaje queda patente que, en cuanto suena un tema que le motiva, no puede evitar bailarlo (algo que le da un extra a su manera de posar ante la cámara).

En los últimos meses, Javi Berga, de 25 años, comienza a ser más conocido para mucha gente gracias a la exposición que le está dando la gira de Bad Gyal. Jamás se podría haber imaginado de niño, superfán de Michael Jackson cuando bailaba en casa, en Benaguasil, adónde le llevaría esa pasión por bailar.

A los 15 decidió apuntarse a una academia en la capital. «Me decidí por la que tenía en Valencia Sergio Alcover». Sí, el bailarín y coreógrafo que se hizo muy popular gracias a su participación en el programa Fama, ¡a bailar! en 2008. «Ahí descubrí una gran oferta de formaciones, incluso de teatro musical», recuerda. «Se me abrió un mundo».

Poco a poco, fue cogiendo confianza en sí mismo. «Noté que empezaba a destacar según fui cogiendo formación; mucha gente me regalaba los oídos cuando me veía bailar«. A los 18 llega su primer trabajo profesional, en La Voz Kids. A partir de ahí fueron saliendo lo que Javi denomina «cosas chulas». Entre ellas, dos ediciones de los MTV EMA, en 2019 (Londres) y 2021 (Budapest).

«Me gusta gustar»

Era el único bailarín español en el equipo, y allí empezó a codearse con artistas pop de primera. «Ahora puedo decir que he bailado con Becky G, Mabel o Kim Petras«. Imposible olvidar la participación, histórica, de la alemana Petras en los EMA del año pasado, dado que se convirtió en la primera artista trans en actuar en ellos. «Fue una actuación muy especial, porque ella quería que resultase reivindicativa, dado que es un país [Hungría] donde hay tanta homofobia», recuerda Berga. «Nunca antes había bailado en tanga», dice entre risas.

Superada la prueba del tanga, le pregunto cómo lleva, a nivel de ego, que cuando trabaja con artistas pop como las que cita, casi todas las miradas vayan a ella, y bailarines como él, que lo dan todo para que el show salga bien, no siempre ven reconocido su trabajo. «Todo depende de con quién trabajes y de lo que hagas. En ocasiones, estás literalmente en un segundo plano. En otras, formas parte directamente de la performance, y es distinto«.

En cualquier caso, asegura que no se para a plantearse cuestiones como esta cuando acepta un trabajo. «Nunca se me ocurre pensar si se va a ver mi cara o no», explica Javi. «Lo que sí me importa es que mi trabajo se vea. Porque en ocasiones, sufres por una muy mala iluminación y sí te dices ‘¿para qué estoy bailando entonces?’. Lo vivo igual cuando esto le pasa a compañeros. Porque sentimos que siempre se debe dar una importancia a lo que hacemos«.

De sobra se sabe que la suya es una profesión sacrificada, y Javi cuenta que hay épocas en que lo lleva mejor que otras. «Los últimos dos años he estado con terapia con un psicólogo por temas de ansiedad», confiesa. Prima para él lo gratificante que es marcarse continuamente nuevos retos. «Cuando los logras, sientes que puedes ir a más, y es una sensación muy fuerte que te motiva muchísimo».

Tras bailar con Ana Mena, llegó la oportunidad que ahora mismo le tiene bailando non stop: la actual gira con Bad Gyal. «¿Ves? Alba nos da a todo el equipo la importancia que merecemos; estamos todos a una«. Recuerda que se volvió loquísimo cuando se incorporó a esta aventura tras pasar el casting en Barcelona. Además, cuenta que en su círculo, la banda sonora cuando están de fiesta siempre incluye a Bad Gyal.

Aunque sus gustos van más mucho allá. «Mi personalidad es que un día soy Rauw Alejandro y el siguiente, Lana del Rey«, confiesa entre risas. «Porque un día salgo de fiesta y que pase lo que tenga que pasar, a lo loco y, de repente, otro soy, como dice mi compañero de piso, una bollera deprimida, llorando un poquito en casa escuchando a Lana. Y Madonna me ha gustado siempre también».

Asegura que cada vez que hace el show con Bad Gyal revive lo que experimentó cuando empezó con ella. «Porque el primer día las sensaciones fueron incomparables. Y siempre te vuelven cuando te subes al escenario. Hemos creado una familia increíble en esta gira, es algo que se va a quedar siempre conmigo». Para ella solo tiene buenas palabras. «Es una tía increíble, y la relación es muy cercana. Siempre está ahí para ayudarnos. A veces se sienta con nosotros y nos cuenta cómo fueron sus inicios, cuando solo era Alba y no tenía un duro. Te das cuenta de el recorrido que ha tenido, y todo lo que ha conseguido en el poco tiempo que lleva dedicándose a esto».

El actual show de Bad Gyal le permite protagonizar momentos de un homoerotismo subido que han contribuido a que tantos ojos LGTBIQ+ se fijen en él cuando va a un concierto de la diva urbana, algo de lo que es muy consciente. «Es una parte fundamental del show. Porque sus letras tienen mucho de fuego, pasión y fiesta». Y es muy consciente del boom que han generado esos momentos con su compañero Naim [también conocido como El Nine] en los que saltan chispas en el escenario. «Él y yo estamos flipando aún con la respuesta. Y a mí me me gusta gustar», dice riendo. «Recibo todo ese interés con mucho amor. Sea por una cosa o por otra, ver que la gente aprecia lo que haces y te da tanto support es genial«.

Javi Berga está inmerso en su segunda gira con Bad Gyal, ya son casi dos años bailando con ella. «Todo 2023 está cubierto profesionalmente, y eso da tranquilidad, tanto económica como mental», confiesa. «Ahora mismo me siento realizado, y no he tenido momentos de bajón en los que haya tenido que recurrir a las herramientas que me dio mi psicólogo. Estoy muy contento con el baile, con los viajes y con mi vida, así que le debo mucho a esta gira. Porque trabajar con Bad Gyal no deja de ser un sueño hecho realidad».