Qué duro es el silencio. Y, sobre todo, qué duro que la voz humana de una mujer reciba silencio ante una llamada desesperada. Silencio es también el que han sufrido muchas óperas del siglo XX. Pero también hay veces que el silencio hace más ruido que el mayor de los gritos. Ese silencio ruidoso es que sube estos días al escenario del Teatro Real
Rossy de Palma es una de las tres mujeres que gritan, en silencio, desesperadas. Las otras dos son Ermonela Jaho y Malin Byström, dos inmensas cantantes, consagradas en los grandes escenarios del mundo, que han elegido el Teatro Real para debutar respectivamente en los durísimos papeles de La voz humana, de Francis Poulenc, y La espera, de Arnold Schönberg.
Gran acierto que entre estas dos obras se estrene el monólogo Silencio, con textos de Oscar Wilde, Bertolt Brecht y de la propia protagonista del mismo, Rossy de Palma, actriz fetiche de PedroAlmodóvar. La ópera La voz humana está basada en la obra de Cocteau, un texto que ha condicionado sobremanera al director manchego: desde el contestador telefónico de Mujeres al borde de un ataque de nervios (sin respuesta al otro lado) a su propia versión del mismo en el mediometraje que rodó en 2020 con Tilda Swinton. El estreno mundial de este monólogo posiciona al Real a la vanguardia cultural del siglo XXI, a la vez que sigue saldando deudas pendientes con obras del XX que nunca habían subido a su escenario.
Esta triple apuesta, nueva producción del Teatro Real que se estrena el 17 de marzo, viene de la mano del director Christof Loy. En este escenario hemos visto su Ariadne auf Naxos (2006), Lulu (2009), Capriccio (2019), Rusalka (2020) y Arabella (2023), por lo que está más que garantizado el altísimo nivel de esta complicada e interesantísima propuesta.
La música de Poulenc sobre la obra de Cocteau es más conocida que la de la obra de Schönberg . En la memoria tenemos un estupendo montaje en el Teatro de La Zarzuela de Gerardo Vera con ambas versiones, la teatral, con Cecila Roth, y la musical, con Felicity Lott. El texto, estrenado en 1930, ha sido llevado al cine por diosas como como Ana Magnani, Ingrid Bergman o Sophia Loren. Y más recientemente, como hemos apuntado, por Tilda Swinton, de la mano de Almodóvar.
La obra, una tragédie lyrique se estrenó en 1959 en París. Es una partitura recogida, una ópera de cámara que refleja el dolor de una mujer que no encuentra respuesta a su drama al otro lado del teléfono. Una pieza “para soprano y orquesta” que en esta ocasión cuenta con una cantante de lujo: Ermonela Jaho. Aún resuena en el coliseo la Mimí de esta soprano albanesa en La Boheme del año 2021. Rossy de Palma tiene un papel silente en esta obra para estrenar en la segunda parte su monólogo, Silencio, como prólogo a La espera.
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Esta obra de Schönberg –monodrame en un acto, compuesta en 1909, cincuenta años antes que La voz humana, y estrenada en 1925–, narra el drama de una mujer abandonada que pierde la razón en la tormentosa búsqueda del amor que la traicionó, hasta encontrar su cuerpo muerto. Nos traslada a un paisaje sonoro completamente diferente: la atonalidad del músico austriaco es la música perfecta para esta historia parida en esa Viena de principios del XX en la que Freud y su psicoanálisis cambiaron la forma de ‘entender’ el silencio de la mente humana.
Jérémie Rhorer está al frente de la Orquesta Titular del Teatro Real, una Orquesta Sinfónica de Madrid que tiene un nuevo reto en estos más que triunfales últimos años que nos está regalando desde el foso. El coliseo madrileño ha comenzado 2024 apostando fuerte para acabar con ‘el silencio’ que han sufrido muchas óperas del siglo XX. Lear, de Aribert Reiman, fue la primera, el pasado mes enero. Luego llegó Pierrot-Lunaire, también de Arnold Schönberg, que se representó en el Teatro de La Abadía, coproductor del espectáculo. Y ahora, con estas dos obras cortas, se alterna La pasajera, de Mieczysław Weinberg, una obra bestial que nadie debería perderse, que grita contra el silencio del horror nazi.
A estas tres mujeres –Ermonela Jaho, Malin Byström y Rossy de Palma– que se suben ahora al escenario del Teatro Real se suman las dos protagonistas de La pasajera –Amanda Majeski, que da vida a Marta, superviviente de un campo de concentración de Auschwitz, y Daveda Karanas, Lisa, una mujer que fue supervisora de las SS–, que se puede ver hasta el 24 de marzo.
Un quinteto de mujeres de lujo que, sinceramente, nadie debería perderse. Oportunidades como estas, se dan pocas. Y el Teatro Real nos lo ha puesto en bandeja.