Róisín Murphy es una máquina. Ella misma lo tiene tan claro que ha titulado su más reciente álbum Róisín Machine. El disco más alabado por crítica y público desde Overpowered (2007), que acaba de cumplir 13 años. Un trabajo en que celebra, con honestidad y gran inspiración, su amor por la música de baile en general, y la disco en particular.
Róisín Machine es un trabajo peculiar. En él, la Murphy ha sabido dar forma, junto a DJ Parrot, a una sesión non stop en la que ha rescatado canciones que tienen sus años, como Simulation o Jealousy, lanzadas en su momento como singles, y que ahora suenan perfectamente integradas en un disco que nos descubre joyas como Selfish Mademoiselle o Kingdom of Ends. Un trabajo que remató durante la cuarentena, un tiempo en el que se mantuvo especialmente activa, con impagables directos desde su casa que nos animaron muchos ratos durante esas complicadas semanas.
“Siento que mi historia sigue sin ser contada, y yo haré mi propio final feliz”, así empieza el disco, con Róisín hablando misteriosa, casi recitando una de las frases de Murphy’s Law, un clásico instantáneo, publicado como avance del disco cuando explotó la pandemia, y que, lógicamente, ha encontrado hueco en este álbum. No siempre los discos que apuestan por bucear en las raíces de la música de baile suenan personales, pero este sí. Y la artista lo está defendiendo con gran convencimiento. Hasta el punto que nos concede una entrevista telefónica a una hora nada discotequera, las nueve de la mañana de un lunes. “Para mí no es ningún problema, llevo despierta desde las seis…”, nos dice.
¿Qué hace una disco diva despierta a esas horas tan aparentemente intempestivas para una artista como ella? “Tengo que levantar a mis hijos, prepararlos para el colegio… Estoy más que despierta ya”. En eso, precisamente, su hija mayor [Clodagh, de 11 años], por lo que escuchamos, se le acerca –¿no debería estar en clase ya?–. “Ay, que me dibujado un elefante rosa, ¡qué bonito!”, dice. Y yo añado “¡qué gay!”, y la carcajada que suelta Róisín se debe escuchar en varias manzanas a la redonda.
Su conexión con la comunidad LGTBI es potente y sincera, y enseguida hablaremos de ella. Ella no es de las que dicen “tengo muchos amigos gais” y suena a cliché. Durante toda su carrera ha dejado bien claro que su música y su personalidad como artista le debe mucho sobre todo a la escena de clubs gay, en la que se crió, básicamente. Y que también ha inspirado en parte su más reciente disco… que pronto tendrá continuación, por cierto, y por partida doble.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo concilias los roles de mamá y de disco diva?
RÓISÍN MURPHY ⇒ No me queda otra. Mis hijos se portan muy bien, me lo ponen fácil. Y como ahora gran parte del trabajo lo hago desde casa, no me supone ningún problema Estoy componiendo mucho, y creando sin parar, y el hogar se ha convertido en la base de operaciones para todo ello.
«Hago lo que he soñado toda mi vida: estar creando cada día, así que no me quejo»
SHANGAY ⇒ Está claro que no paras de crear, por eso el título del álbum tiene todo el sentido del mundo…
RÓISÍN MURPHY ⇒ Siempre tengo ideas que desarrollar, de manera que siempre estoy avanzando en lo que vendrá después. Es lo bueno de tener un trabajo creativo. Ahora mismo estoy muy centrada en el concierto que daré pronto [en streaming, el sábado 14 de noviembre]. Vamos a experimentar con este formato, que solo se podrá ver ese día. Hoy mismo voy a ir a la sala desde la que se va a retransmitir. Quiero que sea todo perfecto: el contexto, el set, la manera en que se emitirá, lo que vamos a llevar, el ritmo del show… Tengo que trabajarlo con una perspectiva 360º.
SHANGAY ⇒ ¿Tienes tantas ganas de hacerlo como se intuye?
RÓISÍN MURPHY ⇒ Sí, tengo muchísimas ganas, porque nada me apetece más que volver a juntarme con mi banda y el resto del equipo. Ha pasado demasiado tiempo desde nuestro último concierto. No creo que sea rentable, porque estamos gastando mucho para que salga perfecto, pero me hace mucha ilusión reunir a toda la familia.
SHANGAY ⇒ También disfrutaste mucho tus enérgicas actuaciones desde casa durante la cuarentena…
RÓISÍN MURPHY ⇒ Tenía mucha confianza en este disco cuando las hice. Acababa de publicar la remezcla de Murphy’s Law de Cosmadelica, y quería celebrar la cantidad de buena música que me rodea ahora mismo, a pesar de la situación que vivimos. Colaboro con mucha gente distinta, y muy interesante. Y estoy trabajando en tres proyectos a la vez, aunque de momento solo ha visto la luz Róisín Machine.
Tengo el próximo disco listo, que verá la luz en cuanto el mercado esté listo para absorberlo. Y también he empezado a trabajar en el siguiente a ese. Es una manera muy moderna de trabajar, todos los proyectos están en efervescencia a la vez, y tengo que buscar un equilibrio para ir centrándome en cada uno de ellos. Es lo que he soñado toda mi vida: estar creando cada día, así que no me quejo.
SHANGAY ⇒ ¿Es cierto que el disco que se viene es un álbum 100% pop?
RÓISÍN MURPHY ⇒ No, absolutamente no [risas]. Estoy trabajando en él con [el productor alemán] DJ Koze, que no destaca por hacer nada evidente. Bueno, el año pasado lanzó Pick Up [que llegaron a interpretar juntos], una de esas canciones que gustan a todo el mundo; tiene una capacidad increíble para crear música que enamora. Va a ser un álbum muy distinto a Róisín Machine, que tiene un espíritu muy europeo y underground, por los referentes de música de baile que he utilizado en él.
Las raíces de DJ Koze están en el hip-hop, y eso es algo que se intuye incluso cuando hace un temazo para las pistas. Ese rollo hiphopero en su manera de producir va a estar en mi disco, y es verdad que mucho pop actual, el que se escucha en las radios, bebe del hip-hop. Pero la música en la que estamos trabajando se acerca más a una mezcla entre J Dilla y Daft Punk, es lo único que voy a avanzar por el momento.
«El álbum está pensado para que te introduzcas en él como si fueras a un club, cierres la puerta tras de ti y te sumerjas en la experiencia»
SHANGAY ⇒ Igualmente, Róisín Machine es lo más accesible que has publicado en mucho tiempo, y la reacción no ha podido ser mejor…
RÓISÍN MURPHY ⇒ Yo lo veo bastante crudo y áspero, predomina un tono oscuro de principio a fin. No es un álbum dulce y popero. Quisimos revisitar nuestros orígenes, y la escena de la que provenimos, con una gran honestidad. Es verdad que hay canciones potentes que muestran lo apasionado que es el disco, y son a las que el publico está respondiendo, porque vivimos en un momento de vacío y de ausencia de pasión en general. El álbum está pensado para que te introduzcas en él como si fueras a un club, cierres la puerta tras de ti, comience a sonar Simulation y te sumerjas en la experiencia.
SHANGAY ⇒ Ese club al que nos invitas a entrar, de manera metafórica, doy por hecho que es un club de ambiente…
RÓISÍN MURPHY ⇒ Es un club gay, por supuesto. Si escuchas el disco y no eres gay, debes fingir que lo eres [risotadas].
SHANGAY ⇒ Una nueva muestra de tu compromiso con el universo LGTBI…
RÓISÍN MURPHY ⇒ Por algo he sido siempre una drag queen. Desde muy jovencita me ha encantado arreglarme para salir y ejercer de exhibicionista, creando mi propia fantasía. Cuando descubrí la cultura gay a través de mis amigos homosexuales supe que había encontrado mi hogar. Porque era un entorno en el que me sentí desde el primer momento comprendida. No como en la escena rockera que también frecuenté en su momento, y donde mi exuberancia no encajaba. En los 90 era un universo muy lánguido, en el que se apostaba por la simplicidad. Y muy hetero. Por eso no se me entendía como en el mundo gay, en donde la conexión fue inmediata, y en el que me siento en casa.
SHANGAY ⇒ ¿Te consideras una versión de disco diva muy personal?
RÓISÍN MURPHY ⇒ No sé si encajo en el concepto de disco diva, prefiero que me llamen musa, daaarlin’…[risas]. Que es una cosa que diría una diva, ¡lo sé!
«Cuando descubrí la cultura gay supe que había encontrado mi hogar, un entorno en el que me sentí desde el primer momento comprendida»
SHANGAY ⇒ ¿Has asimilado ya que Overpowered acaba de cumplir trece años?
RÓISÍN MURPHY ⇒ Cómo pasa el tiempo… Ese disco ya es adolescente, la de guerra que me va a dar a partir de ahora [risas]. Es un álbum que solo me trae recuerdos de gran felicidad. Tanto grabarlo como presentarlo en directo fue pura fantasía. Hacerlo fue la experiencia más increíble de mi vida; tuve a mi disposición todos los medios imaginables, era la niña mimada de EMI. No hacía más que pedir, “quiero esto”, “quiero lo otro”, “quiero trabajar con esta persona, o con la otra”… Iba de Miami a Nueva York, de Barcelona a Las Vegas, de Filadelfia a Londres…, viajando en primera [risas]. Grabando arreglos donde me apetecía, exigiendo una nueva mezcla de un tema si no me convencía la que me habían pasado. Era toda una jefa, ¡aprendí tantísimo! Y la gira fue una de mis las mejores experiencias en directo de mi vida.
SHANGAY ⇒ ¿Qué te parece que artistas como Jessie Ware o Dua Lipa también hayan recurrido a la música disco como inspiración en sus últimos álbumes?
RÓISÍN MURPHY ⇒ La música disco nunca ha pasado de moda. Es la prensa la que ha decidido ponernos a todas en el mismo grupo para vender que ese estilo es ahora mismo lo más. Sin duda, Kylie siempre ha tenido la música disco como referente, como yo. Y Jessie igual, solo que ella siempre se ha acercado al género con artistas superglamurosas como Barbra Streisand en mente. Me encanta lo que ha hecho en su último álbum, es estupendo. Pero todas somos distintas, no creo que se nos pueda meter en una misma categoría. Y es que la música disco es un estilo muy amplio y complejo. Para mí, música disco pueden ser Depeche Mode y Sylvester, Earth Wind & Fire y la Streisand. Ha sido y es un gran crisol.
SHANGAY ⇒ ¿Escuchas mucha música disco en casa?
RÓISÍN MURPHY ⇒ Depende del disco al que te refieras. Cuando escucho a Joy Division y me pongo a bailar como si fuera northern soul, siento que eso es música disco. Porque aunque ellos grabasen en Manchester a finales de los setenta, yo veo conexiones con el sonido Motown en algunos temas. ¿Podría llamarlo soul disco? ¡Por qué no!
SHANGAY ⇒ ¿Sientes que los amantes de la música de baile formamos una gran familia?
RÓISÍN MURPHY ⇒ Sí, porque juntos compartimos grandes momentos. En los clubs puedes entrar a formar parte de una nueva familia. A mí, sin duda, me ha pasado.
FOTOS: ADRIAN SAMSON