Periodista, youtuber, guionista de programas como OT 2018 o Fama, ¡a bailar! y activista LGTB, Daniel Valero, más conocido como ‘Tigrillo’, de 25 años, acaba de publicar su primer libro, LGTB para principiantes.
En él, Valero, que se autodefine como “principiante en el activismo LGTB”, responde a 100 preguntas básicas que le han hecho mil y una veces tanto seguidores como conocidos, en un intento de contribuir a que, a través de la divulgación, cada vez suframos menos LGTBfobia. Le entrevistamos, y proponemos este autorretrato, en donde repasa algunos de los momentos más importantes de su vida, tanto personal como profesional, hasta el momento. Todo ello aderezado con algunos selfis –que no le fue tan fácil seleccionar, pues nos confesó que no es muy dado a hacérselos–. Así es Daniel Valero ‘Tigrillo’.
Cuando vives en Jerez y aún no sabes que eres gay...
“Años antes de que supiera que era gay, todo el mundo a mi alrededor en Cádiz lo tenía clarísimo. La primera vez que empezaron a llamarme maricón y a empujarme por los pasillos tendría diez años. Mis años de colegio e instituto fueron una tortura diaria. A veces tengo flashbacks y me da ansiedad…
Con Jerez me estoy reconciliando ahora, y me alegra que se estén haciendo ya cositas LGTB allí. De adolescente tuve muy claro que me tenía que ir de allí en cuanto pudiera (un clásico de la ‘gay culture’). Me fui a estudiar Periodismo a Sevilla, y le tengo un amor increíble, porque allí pude empezar a ser quien soy, fue una liberación.
Mi meta era irme a Madrid después, y llegué en 2016; lo típico, con una maleta cargada de sueños y de mudas limpias [risas]. Me fue fatal al principio, porque no encontraba trabajo de lo mío, y me volví a Sevilla, donde me hicieron una oferta laboral, y volvería a Madrid con 23, cuando me llamaron de Fama, ¡a bailar!, mi primer reality y mi primer programa a nivel nacional como guionista”.
De aprendiz de youtuber a principiante en el activismo LGTB
“Seguía el canal de YouTube de Bollicao, que me hacía mucha gracia, y a los 17 pensé que quería hacer lo mismo. Me gusta muchísimo hablar, y el hecho de que la gente me pudiera escuchar me motivaba. Empecé haciendo vídeos de una calidad terrible en un canal en el que apenas me veían cien personas, y contaba tonterías.
A raíz de descubrir el canal Spanish Queens me animé a empezar a incluir contenido de activismo. Estaba en plena salida del armario y con ganas de decir ‘ahora os vais a enterar de lo que es un maricón’. Me encontré con una comunidad de gente que agradecía mucho que hablara del tema con libertad, y se creó una reciprocidad con ellos muy interesante.
No termino de creerme que sea un referente. Solo cuando voy a una firma o a un evento y me viene gente que me lo hace sentir, y flipo en colores. Me crea cierta presión, porque siento que tengo que ser perfecto en todo lo que hago para no decepcionar a un montón de gente que me sigue. Siento que he perdido el derecho a equivocarme, que todo el mundo debería tener”.
‘Ansiedad con piernas’ que huye de haters
“Padezco trastorno de ansiedad crónica desde hace años, por eso hace mucho que en mis redes sociales aplico filtros para no ver ciertos comentarios e interacciones y vivir al margen de los ‘tocacojones’. Porque sus comentarios no se manifiestan en el mundo real. Intento equilibrar lo más posible los dos mundos, el profesional como guionista y el de youtuber, pero me cuesta. Porque me dedico a la tele, un medio que exige mucho tiempo. Y YouTube no me da de comer…
No tengo un nivel de visitas ni de patrocinios que dé para vivir; además, al ser el mío un canal LGTB lo hace más difícil, porque no todas las empresas se quieren relacionar con una persona que tiene un discurso político. Si pudiera dedicarme exclusivamente a mis redes un tiempo, lo haría, y dejaría un tiempo el periodismo.
Ser mi propio jefe y dedicarme a lanzar mis mensajes sería maravilloso. Aunque haya gente que piense que durante estos años que he comenzado a dedicarme al activismo he estado ganando dinero, la verdad es que no es así. Ser activista es el peor camino que puedes elegir si quieres hacerte millonario”.
Autor por vocación
“Tuve claro desde niño que iba a escribir libros. Era el típico que participaba en todos los concursos literarios, y mi primer ‘libro’, protagonizado por mis compañeros de 1º de la ESO y con portada ilustrada por mi padre, lo puse a la venta en la copistería del instituto. Lo compraron dos amigos [risas]. Nada más mudarme por primera vez a Madrid quise publicar algo, pero no se ha materializado hasta ahora porque soy un desastre: las ideas dejan de gustarme a los dos meses, vuelvo a empezar otro proyecto…, así hasta llegar a LGTB para principantes.
Escribir una guía respondiendo cien preguntas me pareció una idea buenísima. Y tener una base de seguidores ayudó para que a la editorial le interesara, claro. Creo que era la persona perfecta para escribir un libro así, porque no dejo de ser un principiante en el activismo. He empezado a relacionarme con activistas y autores a los que he leído y no dejo de preguntarme: ‘¿Qué pensarán de mi libro, con lo que los admiro?’.
Esto no es una ciencia exacta; igual dentro de cinco años veo mi libro y me doy cuenta de que necesita una revisión porque ha habido cambios en nuestra realidad. Y en varios puntos dejo clara mi opinión, porque algunas cuestiones invitan a un debate abierto y yo planteo lo que pienso, porque en temas sociales no existe una verdad absoluta. Me falta muchísima formación antes de publicar otro ensayo especializado, no quiero fallarle a una comunidad que me ha apoyado tanto. Así que lo próximo que quiero publicar es una novela a la que llevo muchísimo tiempo dándole vueltas”.
EL LIBRO LGTB PARA PRINCIPIANTES ESTÁ EDITADO POR MUEVE TU LENGUA.