Llega a nuestra cita espontáneo y coqueto. Alejandro Speitzer comienza su conquista del mercado español con una estupenda tarjeta de presentación, la miniserie Alguien tiene que morir, dirigida por el también mexicano Manolo Caro.
Se nota lo feliz que está Speitzer de dar ese primer paso tan bien arropado, porque hay que recordar que en el reparto le acompañan Carmen Maura, Cecilia Suárez, Ernesto Alterio y Ester Expósito, entre otros muchos. Sí, esa Ester de la que habla con absoluta naturalidad mientras le maquillan, porque no le crea ningún estrés que sea de dominio público que son pareja. “No pasa nada, es lo normal. Hay gente que tiene curiosidad, y ya está. Yo no comparto esa curiosidad por la vida de la gente famosa, pero en absoluto me peleo con quienes la tienen”.
Alejandro Speitzer se sabe objeto de deseo de un número creciente –se va multiplicando por meses– de espectadores, que cuando más se han fijado en él, a nivel internacional, ha sido a raíz del estreno de la serie precisamente titulada Oscuro deseo. Llega a este reportaje consciente de que va a seducir con él a muches, aunque realmente no es algo a lo que le dé importancia.
Llegó a España hacer tres meses y asegura que está feliz. “Cuando terminé de rodar Alguien tiene que morir fue cuando decidí que quería probar suerte en España, ver hasta donde puedo llegar”. El cuerpo le pedía riesgo, porque con lo bien posicionado que está en México, donde lleva actuando desde los cinco años –ahora tiene veinte más–, podría haber seguido su camino exclusivamente allí. “Es uno de esos retos que me apetecía asumir, no quería quedarme en mi área de confort. Estoy en edad de probar nuevas cosas”.
Son ya dos décadas frente a la cámara, que se dice pronto para alguien tan joven. “Cuanto tienes una pasión tan grande por algo, es inagotable. En realidad, empecé a actuar porque mi hermano también lo hacía, fue una especie de acto de imitación”, recuerda. “A los diez o doce años supe que era definitivamente lo que quería hacer, ya con conciencia”. Hace ya un tiempo que le daba vueltas a la idea de probar suerte en España. Estaba en Colombia rodando una serie cuando recibió la oferta de Manolo Caro para ser uno de los protagonistas de Alguien tiene que morir. “Ya había hecho teatro con Manolo y no lo dudé, quería volver a trabajar con él”.
Protagonizó una función, dirigida por Caro, llamada Straight que, sin duda, suena morbosa ya desde su título. “En ella, mi personaje conoce a un hombre mayor que él, y que tiene novia, por una app. Se enamora de él y empieza a costarle que tengan que estar ocultándose”. Fan declarado de Daniel Giménez Cacho, Meryl Streep y Leonardo DiCaprio, a Alejandro el morbo le acompaña desde hace años. A juzgar por la de fotos y vídeos que circulan de besos con otros actores en Straight o en La reina del Sur, como con actrices en el caso más reciente, Oscuro deseo.
De nuevo Manolo Caro le ha propuesto dar vida a un hombre homosexual, en la España de los años 50, en Alguien tiene que morir. Por petición expresa del director, nada nos puede contar del desarrollo de su historia en la miniserie. Para Alejandro, la orientación sexual de su personaje es lo de menos. “Lo importante es que sean interesantes y que sumen a mi carrera. Manolo ha sabido ver en mí la capacidad para ir de un lado a otro, de aceptar proyectos bien distintos, y agradezco su apuesta una vez más”.
Se toma con enorme tranquilidad el fenómeno fan que ha desatado Oscuro deseo, algo que llama la atención. “Es la guinda del pastel”, dice sin más. “Que una serie mexicana llegue a tantos lugares del mundo es muy gratificante”. ¿Que hay por todas partes imágenes y posts sobre sus momentos más sexys en la serie? Pues bien también. “Lo llevo con normalidad. Todo eso es parte de mi trabajo, y me lo tomo como tal. Me involucro hasta donde debo, nada más”. Y eso que se confiesa pudoroso a la hora de rodar escenas de sexo, aunque luego no parece importarle compartir fotos semidesnudo en sus redes sociales. Entonces sí parece sonrojarse. “¡Qué va! Una en una bañera hace tiempo, ¡como mucho!”, dice. Porque no parece estar nada interesado en ejercer de sex symbol si no hay algo detrás. “Lo importante es mi trabajo. En Latinoamérica ya me han visto a lo largo de tiempo interpretando personajes muy diferentes, y eso es lo que quiero que se valore antes que nada”.
El actor mexicano se ha involucrado en una historia que refleja, entre otras cosas, la homofobia que imperaba en la España de los 50, algo de lo que Manolo Caro quería hablar en Alguien tiene que morir. “He aprendido mucho sobre lo que era ser gay en ese momento, porque tuve que investigar, y me parece muy triste lo que tenían que vivir las personas homosexuales entonces. Algo, que desgraciadamente, siguen sufriendo en muchas partes del mundo”. Tiene claro que todos debemos adoptar una actitud activa para que las cosas cambien. “Tenemos que dejar de confiarnos y de pensar que todo está bien. Es la única manera de luchar contra la homofobia, el machismo o la violencia de género. No tenemos que hablar de aceptación, sino de inclusión”.
Se encontró con un reparto muy diverso con el que iba a trabajar, y fue la mejor sorpresa imaginable, dice. Y, claro, trabajar con Carmen Maura fue algo especial. “Me puse muy nervioso cuando llegó la hora de compartir set con ella”, recuerda. “Aunque lleve tantos años en esto, sigo siendo joven, y no sabía cómo iba a ser la experiencia”.
Mejor, imposible, según cuenta. “Tuvimos una conversaciones maravillosas. Nos reíamos mucho con ella. Y cuando compartíamos escenas procuraba absorber todo lo que podía de su experiencia. Hace que todo parezca tan sencillo, es increíble”. Una vez ha plantado la semilla en España, confía en que florezca. “Quiero abrirme paso aquí y llegar a sentir que realmente tengo la posibilidad de encontrar aquí personajes que me pongan a prueba”.
En su brazo, un tatuaje reza “Esto también pasará”, y queda doblemente claro que siempre está mirando hacia el futuro con optimismo y ganas. “Me gusta planificar las cosas para las que es necesario hacerlo, pero también dejarme sorprender. Aunque con el tiempo, cada vez planeo menos. Porque, cuando lo hago, nunca pasan como yo espero… Suceden de una manera mejor de lo que yo esperaba, eso sí”.
FOTOS: CARLOS VILLAREJO
ESTILISMO: JORGE GONZÁLEZ
MAQUILLAJE Y PELO: CRISTINA LIBERTAD
LA MINISERIE ALGUIEN TIENE QUE MORIR SE ESTRENA EL 16 DE OCTUBRE EN NETFLIX