Rojuu: "Por la calle me llaman más señora que señor"

Temas: Aitana, Alaska, Amaia Romero, Benidorm Fest, Entrevista, Lil Nas X, Rosalía

La precocidad es quizá la cualidad por la que destaca de primeras Rojuu –cuyo nombre real es Roc Jou–. Este joven catalán, que en marzo cumplirá 19 años, tiene ya una larga discografía a sus espaldas, en la que se ha permitido volcar la mayoría de sus obsesiones y pasiones: por los videojuegos, por la música urbana, por los amores y desamores adolescentes…

Ahora sorprende con un álbum titulado Kor Kor Lake, en donde amplía sus miras y su paleta estilística. Rojuu se aproxima sin miedo tanto al pop más accesible como al jungle sin perder una pizca de identidad, reforzando las características que hacen de él un creador fascinante y con un potencial desmedido. Y tiene todo el sentido que el disco lo publique el sello Sonido Muchacho, cuyo nombre encaja a la perfección con lo que ofrece el artista.

Nos reunimos con Rojuu a primera hora de la mañana, y parece que una entrevista tempranera le cuesta tanto como a nosotros. Le regalamos nuestro anuario 2021 y le llama la atención la presencia de Alaska, a la que califica de icono, lo cual sorprende dada su edad. «La conocí en Alaska y Mario«, confiesa. Eso lo explica todo.

Surge el tema eurovisivo, porque estaba muy reciente el Benidorm Fest, y aunque no lo pudo ver, cuenta que sus favoritas para ganarlo eran Tanxugueiras («me molaba su propuesta»), seguidas de Rigoberta Bandini («que tiene su swag«). Lleva unos años viendo Eurovisión, y celebra la victoria de Maneskin el año pasado. ¿Se presentaría el año que viene al Benidorm Fest? «Me pasaría como a Luna Ki, acabarían echándome por llevar autotune o algo así… Porque Luna al menos canta bien, yo no».

Con lo prolífico que es, no sorprende que Rojuu diga que llevaba tiempo deseando que saliera este disco –porque no nos cabe duda de que ya tendrá nuevos proyectos en marcha–. Y puede presumir de una espléndida portada firmada por Filip Custic. «Fue cómodo posar para él, me lo puso muy fácil», recuerda. «Me gusta que utilice la fotografía como si crease cuadros de óleo». En su caso, la idea era crear una bucólica imagen de un Rojuu multiplicado en torno a un lago como el que da nombre a su disco. «Es fantasía y a la vez no. Y mola porque es lo primero que se acabó del álbum. Y trabajamos las transiciones del disco, ciertos sonidos y los visualizers a raíz de la portada«. Una manera de trabajar muy distinta a la habitual, «a la inversa casi».

«Además de edgy y emo, soy muy fantasioso»

Ahora tiene un vínculo directo con Lil Nas X y con Rosalía («soy más de ella»), porque Filip Custic les ha diseñado portadas de álbumes a los tres. Aunque descubrimos que hay un vínculo aún más directo con la creadora de Motomami. «Soy muy amigo de su hermana Pili, es encantadora. De hecho, los pantalones que llevo hoy me los regaló ella», revela.

Cuenta Rojuu que la portada de su álbum le representa «porque, además de edgy y emo, soy muy fantasioso». Representa también el espíritu del disco, con más color de lo acostumbrado hasta ahora en sus trabajos. «Se debe notar que me he hecho mayor de edad y apuesto por algo más luminoso», comenta entre tímidas risas. «Ya no voy al instituto y mi vida es toda luz». Como nos comentaba también recientemente Anier, al no encajar en las normas del sistema educativo, terminar los estudios obligatorios supuso una liberación. «Yo sigo estudiando, pero sin tener que ir clase. Si quiero leer algo, lo hago; si quiero profundizar en algo, profundizo», explica.

Como artista autodidacta, Rojuu siempre se ha buscado las maneras para ir aprendiendo aquello que necesitaba. «Los estudios están muy enfocados en dirigirte hacia una carrera», continúa. «Y si lo que te interesa está relacionado con lo artístico, como en mi caso, yo hubiera preferido saltarme muchas cosas y centrarme en lo que me gusta. Lo capté en 3º de la ESO». ¿Y qué estudia ahora por su cuenta? «Las religiones, me interesan mucho. El otro día me compré el Corán», dice. «Como siempre han dominado el cerebro humano, quiero saber todo lo que pueda sobre todas las que existen para entender mejor el comportamiento humano». Desde luego, no es el discurso que te esperas de un artista –ateo confeso– de 18 años, no cabe duda.

«Lo que hago ahora lo llamo ‘sadopop»

Esa manera tan libre de trabajar llevó a Rojuu a ir grabando una canción al mes para Kor Kor Lake durante mucho tiempo. Al final ha publicado doce en él, y cuenta que desechó unas cuantas. «No me planteé una idea concreta que desarrollar en él. Eso lo haré más adelante, cuando tenga un concepto claro sobre el que quiera hablar en un disco», dice. «En este lo que buscaba era que tuviese un sonido concreto». Y tiene un término para definirlo: «sadopop». Porque es pop, pero oscuro, desde las tinieblas. Y espero que la gente identifique que este es mi estilo actual cuando lo escuche».

 

Ha dejado bastante de lado el ramalazo urbano que se identificaba hasta ahora con su música, y lo justifica en parte por el sello que lo ha publicado. «Como es indie, he querido aprovechar para hacer un híbrido entre lo que hacía antes y lo que siento que encaja en él. Pero sigo siendo muy urbano, indie apenas escucho. Lo más me pongo es trap y, cuando dibujo, ambient».

Colaborar con Amaia en el reciente single Quiero pero no supuso para Rojuu «poner un pie en el mainstream español. Y que me descubrieran desde Los 40 hasta el Marca«. La conoció en una fiesta de cumpleaños, aunque recuerda que ya se seguían en Instagram, porque a él le gustó desde OT. «Se la veía ya muy sólida como artista, y me encanta cómo está llevando su carrera». Y confiesa también: «No sé por qué, pero Aitana también me gusta mucho».

«Que me llamen ‘niño prodigio’ lo considero un premio no físico»

Cuando le llaman «niño prodigio» le gusta porque lo considera «una recompensa, un premio no físico». Y es que lleva seis años ya haciendo música, «aunque publicando llevo cuatro». Los ha sabido aprovechar, porque el que acaba de editar es su sexto álbum. «A los 20 me gustaría haber publicado ya diez». A su ritmo, no parece que le vaya a costar. Y enfrentarse a los medios asegura que lo lleva bien. «Mejor que la exposición directa en redes, sin pasar por un filtro periodístico; esa me da un poco de palo».

De primeras, cuesta creerlo conociendo su pasado como youtuber, pero es evidente que ha evolucionado en ese sentido. «La exposición en prensa me parece más sana», continúa. «Estar en redes mostrándote todo el rato para que te vea gente que no te conoce desde su casa da pie a que provoques demasiadas opiniones… Ojalá ser un ente traslúcido y que no me vieran», desea con una pícara sonrisa. «Porque no me interesa que personas anónimas me juzguen».

Eso sí, dice que iría encantado a Sálvame a opinar de la vida de los demás. Rojuu no se libra de resultar contradictorio a veces. Y cuando se entera de que Samantha Hudson fue colaboradora por una tarde en el programa, aún le hace más gracia la idea. «A Samantha la conocí porque estuve en su cumpleaños, y eso que no me había invitado ni nada. Para dos cumpleaños a los que he ido, he conocido a Amaia y a Samantha«, y se ríe al recordarlo. «Fue un día que estaba en Madrid, y salí de fiesta con un amigo; coincidimos con ella en el local donde era su fiesta, y nos invitó a la parte en que lo estaban celebrando, aunque a mí no me conocía de nada. Después volvimos a vernos en un after, y ahí me habló: «¡Ay, te conozco porque nos han comparado en Twitter, tenemos el mismo pelo!«.

«Los sentimientos son como agua, un flujo que se transforma, y los humanos, lo mismo»

Algo más importante les une, el no importarles ni las etiquetas ni lo que el resto del mundo pueda pensar de ellos. «Sí, diría que los dos pensamos que da igual cómo seas mientras seas, y no nos importa cómo nos veas. Pensamos de una manera futurista tipo Blade Runner«, desarrolla. «Aunque ella es mucho más icono, y está más metida en ese universo. Tengo esas ideas interiorizadas pero no quiero abanderar nada. Sí me aplico esa actitud porque me pongo lo que me da la gana, y me da igual si algunas prendas se relacionan más con la mujer. Si me queda guay una falda, a tope. De hecho, por la calle me llaman más señora que señor, en México me pasaba todo el rato… Y en el metro me ha pasado más de una vez que se me acerca algún tipo pensando que soy una mujer y cuando se da cuenta de que no, se va decepcionado».

 

Tampoco tiene ningún interés por las etiquetas relacionadas con la orientación sexual y el género, cuenta. «Tengo mujer, pero si mañana me dice que se identifica como hombre, genial. Me da absolutamente igual cómo se identifique la otra persona«. El mundo binario no le interesa en absoluto, Rojuu está en otra. «Para mí lo que importa es que cada persona se sienta a gusto con cómo es. Los sentimientos son como agua, un flujo que se transforma y se puede moldear, y los humanos, exactamente lo mismo. Creo que mi generación ya está en otra, y la siguiente, imagínate. Quiero llegar a ver eso: entrar en un club y que todo el mundo sea ciberpunk, que no sepas si es persona o robot».