Durante la emisión del programa, tanto Bertín Osborne como su invitado repasaron la infancia y trayectoria profesional del presentador de La Resistencia. Además, Broncano aprendió a montar a caballo y recibió una yegua como regalo.
Bertín le preguntó al cómico si no le parecía que se había perdido el sentido del humor en España, a lo que Broncano contestó con sensatez que hay algunas cosas que están bien, pero que entiende que algunas personas no quieran que se hagan bromas con ciertas cosas que siempre se han hecho.
Broncano también explicó que no considera el humor irrelevante, sino que tiene un poder sobre las personas que contribuye a crear ciertas imágenes sociales sobre colectivos que pueden sufrir mucho daño, como es el caso del colectivo LGTBIQ+, sobre el que siempre se han hecho chistes, e igual habría que hacerlos sobre otra cosa porque siempre somos el blanco fácil.
Bertín le replicó que los de Lepe también se cabrean cuando se hacen chistes sobre ellos, a lo que Broncano contestaba que realmente es lo mismo, ya que al final a la gente no le molesta personalmente, sino que en verdad eso genera una opinión y a base de muchos chistes se crea un concepto sobre ellos.
Más allá de esta conversación, la participación de Broncano también tuvo momentos muy divertidos, como por ejemplo cuando Osborne le preguntó si había utilizado los juguetes sexuales que le había regalado Belén Esteban en la última visita que había hecho a La Resistencia, a lo que Broncano respondió que «les faltaba potencia».
Un programa donde también hubo hueco para El Sevilla y Pocholo, que se sentaron en la mesa con Broncano.