Paquita Salas es Brays Efe, y viceversa. Imposible no ligarlos, porque la principal clave del éxito de la serie creada y dirigida por Javier Calvo y Javier Ambrossi es la prodigiosa interpretación que hace Brays de esta representante de actores entre adorable, cómica, patética y decadente. Hablamos con el actor de lo que supone para él la serie que le ha encumbrado y que tanta popularidad le está dando.
Lógicamente, Brays Efe no puede estar más contento con la acogida que está teniendo la segunda temporada de Paquita Salas, la serie dirigida por Javier Calvo y Javier Ambrossi, estrenada en Netflix. “La reacción ha sido increíble”, y dice una gran verdad. “He disfrutado muchísimo haciéndola, y me gustan mucho los nuevos capítulos. Y la serie me encanta, que no es algo que sucede con todos tus trabajos”. Desde que se estrenó no ha vuelto a verla entera, “solo escenas sueltas. Tengo que hacerlo”.
Asegura que, según cómo le pille el día, es capaz de abstraerse y disfrutar del trabajo que ha hecho o no. “Recuerdo una vez en que me dio un día por verme la primera temporada. Me puse el primer capítulo y cuando acabó pensé “¿Cómo puede gustarle a alguien esto? ¡Qué horror, lo hago fatal!”. Hace poco volví a verlo y me pareció muy gracioso… Así que depende”. Confiesa que en algunas ocasiones ha conseguido dejar de juzgar su trabajo y reírse con algo que hacía o decía, “y eso tiene su mérito”.
SHANGAY⇒ Hay un ligero cambio de tono en esta segunda temporada de Paquita Salas, en la que el melodrama agridulce gana terreno en muchos momentos a la comedia…
BRAYS EFE ⇒ Creo que tiene que ver con el hecho de que hemos tenido más tiempo para grabarla, la realización está más cuidada y los momentos melodramáticos están mejor aprovechados, tienen más peso. Porque desde la primera temporada, el género de Paquita Salas ha sido la comedia melodramática, con momentos muy divertidos y otros de mucha descarga emocional. Es curioso cómo cosas muy duras que le pasan al personaje le resultan muy graciosas a mucha gente, se juega con eso.
SHANGAY⇒ ¿Tienes un capítulo favorito de esta temporada?
BRAYS EFE ⇒ Aún no lo sé. Sí hay momentos que ya son de mis favoritos, como la conversación de Paquita con Secun de la Rosa en el cuarto capítulo. Y me encanta Yolanda Ramos, improvisaba cosas que le salen del estómago que me parecían increíbles.
SHANGAY⇒ ¿Tú eres un actor visceral?
BRAYS EFE ⇒ Hombre, técnica no tengo, porque no he estudiado interpretación… Paquita Salas, desde luego, nace desde el estómago, porque los Javis me invitaban mucho a improvisar, viví el rodaje en un vaivén constante. Y también porque cada día venía alguien completamente diferente a grabar [entre actores invitados y cameos]; lo mismo estaba un día con la niña de Verano 1993, Laia Artigas (que debe estar harta la pobre de que la llamen “la niña de Verano 1993”) que otro con Andrés Pajares, Ana Obregón o Verónica Echegui. Tenía que ser la esponja más grande del mundo, porque cada uno tiene un estilo completamente diferente, con experiencias muy distintas, que venían a hacer lo suyo, y yo debía adaptarme a todos ellos. La serie es una montaña rusa alucinante: un día estás con un compañero al que le gusta mucho hablar antes de una escena para liberar tensión y al siguiente grabas una escena dramática con alguien que necesita mucha concentración. Es un máster que flipas.
«Paquita Salas es una montaña rusa alucinante»
SHANGAY⇒ Uno de los logros de la serie es la manera en que desmitifica el universo que rodea a un actor, cómo muestra, en ocasiones de manera cruel, que no todo es tan divino como mucha gente piensa…
BRAYS EFE ⇒ Es uno de sus éxitos, sí, la manera en que muestra ese mundo. Porque la gente está acostumbrada a ver las fotos de un estreno pero no toda sabe cómo funciona todo eso por detrás. Quien lo conoce se identifica con lo que se muestra, y a quien no le provoca mucha curiosidad: “¿Será verdad que Macarena García se tiene que cambiar dentro de un coche camino de un estreno?”. “¿Detrás de un photocall pasa todo eso?”. Sí, las carreras de las estrellas las llevan personas normales, y los artistas son personas normales.
SHANGAY⇒ ¿Te ha llegado a superar el impacto de Paquita Salas en algún momento?
BRAYS EFE ⇒ Igual no soy consciente, pero creo que no. No se me ha subido nada, sigo con mi vida normal: comparto piso, tengo tareas semanales que tengo que hacer… A nivel laboral sí que han empezado a salirme más oportunidades, más pruebas, tengo más trabajo, más entrevistas; el cambio ha sido brutal. Tengo un poco más de tranquilidad económica… pero tampoco tanta [risas]. Sí noto también, desde el estreno de esta temporada en Netflix, el cambio en la calle. En el Orgullo, por ejemplo, decía “¿pero qué está pasando?”. Nunca había ido en una carroza, que es una experiencia en sí, pero es que además veías a toda la gente cantando la sintonía, haciéndote fotos… Ha crecido mucho el número de personas que me reconocen por la calle y que me paran para pedirme fotos. Es raro, pero a la vez muy guay, porque casi todo el mundo que me para se sabe mi nombre, no me llama Paquita. No pasa tan a menudo que la gente le coja tanto cariño a un personaje, y estoy encantado.
SHANGAY⇒ ¿Estás contento de que Paquita, ese personaje cuya diferencia la convierte en objeto fácil de burla, se haya convertido en icono LGTB?
BRAYS EFE ⇒ Es verdad que eso hace que mucha gente se identifique con ella. Y eso que es una mujer cis, heterosexual y un poquito antigua. Sí, quiere a todo el mundo, rollo Naty Abascal, pero hasta cierto punto entiende la homofobia que ve en la industria. Por un lado dice “tienes que tener mucho cuidado con hacer de gay” y por otro suelta “¿por qué no puede haber un maricón en Puente Viejo?”. Conoce muy bien el mundo en que se mueve pero le supera, no encuentra su sitio.
SHANGAY⇒ ¿A ti te ha superado alguna vez la industria?
BRAYS EFE ⇒ Llevo poco tiempo, así que tampoco diría eso, hasta ahora he tenido mucha suerte. Siempre te encuentras con cosas que te da rabia que sean así, pero no me puedo quejar. En cualquier trabajo hay cosas que te dan pereza, pero es normal.
«Es raro, y a la vez guay, que casi todo el mundo que me para se sabe mi nombre, no me llama Paquita»
SHANGAY⇒ ¿Y homofobia has sufrido?
BRAYS EFE ⇒ No sé si alguna vez no me han contratado para un proyecto por gay… [risas]. Si ha sido así, ni me he enterado. Nunca he sufrido un ataque homófobo por la calle, he sido muy afortunado. En el instituto sí sufrí homofobia, pero desde que vivo en Madrid, nadie me ha insultado por maricón. Es una suerte, porque cada equis tiempo sale una noticia de que han pegado a un maricón. Recibo muy poco hate en las redes, y muy poco es porque sea maricón. Ojalá siga así, toco madera.
SHANGAY⇒ Desde que te diste a conocer, nunca has tenido problema en hablar abiertamente de tu homosexualidad…
BRAYS EFE ⇒ Es que yo no he tenido que salir del armario, porque nunca he estado dentro. Todo el mundo sabía que era gay incluso antes de tenerlo claro yo. ¿Cómo no va a salir ese tema en las entrevistas que doy? Y eso que no me doy ni cuenta. En mis entrevistas hablo, lógicamente de mí, y hasta en El País terminé un día hablando de Grindr, imagínate [risas].
SHANGAY⇒ Ese tipo de apps las sigues utilizando…
BRAYS EFE ⇒ Sí, uso Grindr y Scruff, y en mis perfiles se me ve la cara. Hay gente que aprovecha para felicitarme por Paquita…, pero no tanta como cabría pensar [risas].
SHANGAY⇒ ¿Tienes más éxito ahora en ellas que antes de ser tan conocido?
BRAYS EFE ⇒ Más o menos el mismo que antes. Solo que ahora hay una buena excusa para empezar una conversación [risas]. Quizás ahora haya gente que por haber leído alguna entrevista mía se interese, cuando antes tal vez lo no habría hecho, y en esos casos llevamos un poco de trabajo hecho. Pero en general, gusto lo mismo que antes. Y trato de que si alguien que es fan de la serie me entra, pues guay, pero enseguida la conversación tiene que ir por otros derroteros…
SHANGAY⇒ ¿En qué te pareces a Paquita Salas?
BRAYS EFE ⇒ Me siento bastante identificado con varias cosas de su manera de ser. Tiene mucho carácter, como yo, aunque ella es más extrema: más maleducada y más chillona que yo, ¡y mira que yo grito! Me siento muy identificado con el hecho de que no victimice el hecho de ser una outsider. Yo nunca he sentido que sea un peso estar fuera de la norma; al contrario, estoy muy contento de estarlo [risas]. Ella en algunos momentos no es consciente de lo ridícula que resulta, y a mí pasa igual, cuando rozo la ridiculez no me entero, así que me da igual. Lo que más me gusta de Paquita Salas es interpretarla.
SHANGAY⇒ ¿Te travestías antes de Paquita?
BRAYS EFE ⇒ En alguna fiesta de amigos o en un carnaval, como todo el mundo. Pero nunca he tenido un personaje travesti ni nada así. Si lo tuviera, no se parecería en nada a Paquita Salas.
SHANGAY⇒ ¿Y cómo has llevado pasar tanto tiempo de mujer en la grabación de las dos temporadas?
BRAYS EFE ⇒ Es curioso, porque en las dos temporadas me ha pasado que, como los rodajes han sido tan intensos, se crea una separación muy grande entre lo que experimento en ellos y mi vida. Al terminar, me paso tres días destruido, eso sí, y enseguida se me quedan como algo my lejano. Por ejemplo, cuando he visto las promos de esta nueva temporada me he sorprendido al verme haciendo cosas de las que ni me acordaba. “¿Esto lo dije yo? ¡Qué fuerte!”. Y como se improvisaba tanto, porque el rodaje era muy de vivir el momento, en ocasiones, cuando los Javis decían “¡corten!” pensaba “no sé lo que acabo de hacer”. Muchas de las cosas que hacía no valían una mierda, eran malísimas, se cortaban y chao. Menos mal que hay montadores que se ocupan de eso [risas]. Pero algunas se han quedado y te das cuenta de lo chulas que son cuando las ves y la gente te las comenta.
“Estoy muy contento de estar fuera de la norma”
SHANGAY⇒ ¿Cómo ha evolucionado la relación con los Javis de la primera a la segunda temporada, en que la expectación era mucho mayor?
BRAYS EFE ⇒ A nivel profesional, ha mejorado. Éramos más conscientes de lo que estábamos haciendo, pero decidimos olvidarnos de las expectativas y que el trabajo fuese igual que en la primera temporada, y hasta lo conseguimos. Nos hemos entendido más, hablamos mucho del personaje y yo hasta escribí un capítulo [el de Ana Obregón]. Son igual de amigos míos que antes, o incluso más. Es verdad que ahora tenemos menos oportunidad de vernos, pero procuramos hacerlo siempre que podemos. Hace poco, quedamos una noche para cenar en su casa y ver la tele, que es un plan que nos encanta. Vimos un capítulo de Ven a cenar conmigo, y nos meamos de la risa.
SHANGAY⇒ ¿Qué es lo que más te alegra de su reciente boom?
BRAYS EFE ⇒ Sobre todo, comprobar que lo que cuentan llega más. Porque los Javis tienen algo que contar de verdad, y eso parecía que estaba démodé. Les obsesiona que se entienda lo que quieren transmitir, y eso es superbonito. Ver que cada vez llega a más gente la serie, por ejemplo, me hace muy feliz. Porque lo mismo me habla de ella una dependienta de Pontejos que unas niñas que va con sus padres por la calle y quieren una foto conmigo. También me alegra que gracias a OT se haya podido ver su forma de trabajar, que es muy distinta a la de otra mucha gente. Ellos no van de “soy director y quiero conseguir esto”, sino que enseñan a las personas a ser ellas mismas, a amar sus diferencias, a no ir a lo seguro y a no tener miedo a emocionarse.
LAS DOS TEMPORADAS DE PAQUITA SALAS SE PUEDEN VER EN WWW.NETFLIX.COM.