Lo reflejó maravillosamente Antonio Machado y lo cantó como nadie Serrat: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. Por eso, los pequeños gestos LGTB son tan importantes. Porque, aunque ya hay bastante camino andado, queda mucho por andar y, sobre todo, no queremos regresar a la senda que nunca hay que volver a pisar. Y también por eso, esos gestos de apoyo –que vienen tanto de dentro como de fuera del colectivo– son tan de agradecer. Porque son personas populares que dan la cara para combatir una injusticia, unas declaraciones fuera de lugar, apoyar con sus vivencias una causa… Es mucho más que lo que tradicionalmente se conoce por ‘salir del armario’: es manifestar públicamente que se está en contra de las injusticias que, con mayor frecuencia de la deseada, se cometen con el colectivo LGTB.
Son muchas las veces que utilizamos este medio para denunciarlas públicamente, pero también es necesario aplaudir a aquellos que, sin que nadie se lo pida, utilizan su popularidad para con estos gestos intentar normalizar lo que debería ser normal. Por ejemplo, como cuando Jorge Cadaval, de Los Morancos, estalló en cólera ante las inaceptables declaraciones del obispo de Málaga que, para justificar su oposición al matrimonio gay, llegó a decir barbaridades como que estas uniones eran como casar a un hombre con un perro, o un anciano con un bebé… Jorge colgó en su página de Facebook toda una declaración de intenciones, que se hizo viral, y luego nos concedió una entrevista en la que nos confesaba que no solo no tuvo críticas, sino que todo fueron mensajes de apoyo.
[Si quieres leer el mensaje de Jorge Cadaval al obispo pincha aquí]
[Jorge Cadaval nos habla sobre su polémica con el obispo de Málaga]
Estas semanas acaba de publicar un libro de tintes autobiográficos el juez Fernando Grande-Marlaska, titulado Ni pena, ni miedo (Editorial Ariel). Con motivo de ello, el prestigioso letrado dio una entrevista a la revista AR en la que contó cómo vivió el decirlo en casa, cómo considera que está la situación hoy en día en nuestro país y también habla de su marido, Gorka. El hecho de que personajes relevantes de la vida pública hablen de forma tan natural de todo, es otro de esos pequeños gestos que tanto ayudan. Al igual que ayudan palabras como las que dijo Antonio Banderas cuando contó en el programa de Bertín Osborne qué sintió su madre al ver las escenas de sexo de La ley del deseo, pese a la negativa reacción, espontánea, que tuvo el presentador del programa: “Yo no podría hacerlo”.
En el mundo del deporte, generalmente lleno de comportamientos homófobos, llamó la atención una portada de nuestra revista, la que el waterpolista de la Selección Nacional Víctor Gutiérrez hizo con Shangay Beauty, que tuvo repercusión internacional, algo que da idea de lo complicado que es tener este tipo de gestos en este sector. Tras salir el número, Víctor se convirtió en uno de los personajes más buscados por los medios de comunicación, y el propio deportista de élite ha manifestado en varias ocasiones que todas las reacciones que ha vivido son positivas.
[Fernando Grande-Marlaska: “Siempre fui consciente de ser gay”]
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Por otro lado, que sectores históricamente tan distantes (que no por ello lejanos) de la causa LGTB como la realeza tengan gestos como el de Lord Ivar Mounbatten, primo de Isabel II –la reina entre las reinas de todos los reinos del mundo– salgan del armario en una entrevista en un periódico de tirada nacional como The Mail on Sunday, o que otras familias reales acudan a actos gays como ha ocurrido con la princesa Victoria de Suecia, son detalles de los que nuestros royals deberían tomar nota, pues por ahora solo se han limitado a invitar a colectivos LGTB a sus audiencias, algo que, por otro lado, es un gran paso con respecto a los eméritos. Aunque ya se sabe: las cosas de palacio, van despacio.
El cuerpo diplomático también es buen ejemplo a seguir. Primero fue el embajador de Estados Unidos, luego el de Francia (que ya está en nuevo destino) y ahora el de Italia. Todos ellos hablan, como debe ser, con absoluta naturalidad de lo que es natural. En el caso del de Estados Unidos y su marido, han conseguido hasta que una revista como ¡Hola!, bastante reacia a tratar en sus páginas el tema gay (en su hemeroteca hay ejemplos de verdaderos encajes de bolillos para no nombrar esa maldita palabra), haya publicado un reportaje del embajador y su marido en su casa en Los Ángeles. Al final, se lo tienen que tragar… Stefano Sanino, embajador de Italia, concedió una entrevista a Shangay Style en la que por primera vez en España un miembro del cuerpo diplomático abría una embajada a una publicación gay. Por eso son tan importantes esos pequeños gestos que, en personajes de gran relevancia, se convierten en grandes por la repercusión que obtienen. O como los del arzobispo de Viena, que, con un par, tiñó con los colores arcoíris la puerta principal de la catedral de San Esteban en junio, semanas antes de la celebración del Orgullo Gay en una ciudad en la que todos los tranvías llevaban la bandera por la ciudad.
[El embajador de Italia nos habla de su marido español]
[El guiño gay del obispo de Viena]
Se hace camino al andar. Y por eso es tan necesario que personajes como Jorge Javier Vázquez o Jesús Vázquez, que presentan programas con audiencias millonarias hagan lo que llevan años haciendo. Como también han hecho otros como Oriol Nolis o Sandra Barneda, cuyo caso es aún más de agradecer, pues son pocas las mujeres que lo hacen. Por eso es tan importante que las cosas naturales se traten con naturalidad, para no tener que volver a la senda que nunca hay que volver a pisar…