¿Quién se habría imaginado que Agoney, tres años después de salir de OT, lanzaría un primer álbum conceptual y muy íntimo? Pues, sorpresa, así es que como defiende por fin Libertad, su debut de larga duración. Bueno, de treinta minutos, que en los tiempos que corren cuenta como tal. “Muchas de las canciones duran originalmente seis o siete minutos, y en la compañía me dijeron que me olvidara de publicarlas así. Recuperaré las versiones extendidas en los directos”.
Para su edad (24 años), el tinerfeño llega con las cosas claras y demostrando que no tiene ninguna prisa. No quiso aprovechar el tirón del concurso que le hizo popular, y decidió marcar él mismo sus tiempos. Algo que tampoco le ha facilitado las cosas, aunque no se ha amedrentado por ello. Agoney tenía claro que quería sacar un álbum, que ha decidido titular Libertad, y que desea que le dé muchas alegrías a medio y largo plazo. “Es que ahora mismo sale un disco y a la semana siguiente parece que ya es viejo”, dice. “Es evidente que yo no veo así la música, si he tardado tres años en sacar este…”.
«Ahora mismo sale un disco y a la semana siguiente parece que ya es viejo»
Confiesa que no ha sido fácil llegar hasta aquí. “Ha sido un camino lleno de piedras. El disco me lo he currado día a día, nota a nota. Y cuando la discográfica, antes de tener la intro y el cierre del álbum, que para mí eran fundamentales, me dijo que ya no había presupuesto para más, pensé que me iba a quedar a las puertas de sacarlo. El día que me lo dijeron, en la puerta del gimnasio, me tuve que sentar y me puse a llorar”. La única opción de Agoney para terminar el proyecto era hacerse cargo de los gastos restantes, y no lo dudó. “Hasta pagué una orquesta sinfónica”, dice con una amplia sonrisa. “Verla tocar las cosas que habían surgido de mi cabeza fue como… ¡guau!”.
Para la portada, pasó de un retrato en que saliera mono sin más; tenía claro que debía reflejar el mood que deja al final del disco. “Por eso aparezco en llamas y destrozado. Después de haber pasado por todo lo que cuento en el disco, después de tantas palizas, aquí estoy, lo he conseguido”. Y reafirma: “Como verás, está todo muy bien pensado”.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué no aprovechaste el tirón de OT y sacaste lo antes posible un disco supercomercial que seguro que habría funcionado?
AGONEY ⇒ Porque quería trabajar en un proyecto que tuviera sentido a largo plazo. Podría haber sacado un disco repleto de hits para la radio; de hecho, me los ofrecieron. Pero buscaba grabar música muy personal. Mi madre fue la primera que me animó a que fuera con calma. Uno se tiene que ir de este mundo sintiendo que hizo las cosas que quiso. Me lo he puesto complicado, lo sé [risas].
SHANGAY ⇒ Y te has involucrado en todos los aspectos del proyecto…
AGONEY ⇒ Sí, en composición, en producción… y hasta monté el vídeo de Edén (porque no me quedó otra, eso sí). Me hizo ilusión que los productores consideraran que apenas había que tocar algunas de mis maquetas, y junto a ellos he crecido mucho.
SHANGAY ⇒ ¿Qué te ha enseñado el viaje hasta Libertad?
AGONEY ⇒ Que somos más válidos de lo que creemos a veces. Uno piensa en ocasiones que no está preparado para dar un determinado paso. Y es verdad que nunca lo estamos al cien por cien; por eso, o das el paso o no lo harás nunca. Me rodeé de un equipo que me demostró que sí podía.
«El camino hasta aquí ha estado lleno de piedras”
SHANGAY ⇒ Hay menos canciones bailables de lo que cabría imaginar…
AGONEY ⇒ Eso pienso yo también [risas]. Cuando escuché el disco terminado me di cuenta. Y eso que a mí me gusta meter caña. Quizá ese sea el camino que tome ahora. Libertad tiene un final abierto, así que creo que la música de baile será lo próximo.
SHANGAY ⇒ Ángel caído es la canción más abiertamente sexual…
AGONEY ⇒ Sí. No te imaginas qué me la inspiró, ¿no? Te lo cuento… cuando apagues la grabadora [risas –y lo hizo, aunque no me permite compartirlo… aún–]. Y parte de la percusión de la canción soy yo gimiendo… Estoy perdiendo el pudor.
SHANGAY ⇒ ¿Vives muy pendiente de los números y las visitas que generan tu música y tus vídeos?
AGONEY ⇒ No, porque tengo asumido que no soy un artista de masas. Eso me ayuda a la hora de componer; no me pongo presión pensando que tengo que componer hits. Y si llegan algún día, será por casualidad. He creado un disco sincero, con letras muy explícitas. Quizá no sean muchos los que me siguen, pero los que están se identifican mucho con mi música y las cosas que cuento, y eso me hace feliz.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué has querido apostar sobre todo por compartir una intimidad en las letras algo oscuras?
AGONEY ⇒ Es que hace dos años ni quería salir de casa. No me gustaba relacionarme con nadie; a veces pedía comida en casa por no bajar al súper. Piensa que antes de OT no había salido nunca de Tenerife; vivía en un pueblo chiquitito, con los cinco amigos de toda la vida. Siempre he sido muy solitario… Pero llegó un momento en que tuve que trabajar con un psicólogo esa falta de deseo de relacionarme, y dio con la clave: me dijo que había hecho de mi oscuridad y mi soledad mi zona de confort. Eso me hizo reaccionar, y salí de ahí escribiendo estas canciones, son la terapia que he hecho conmigo mismo.
«Canto como me da la gana, me maquillo si me da la gana… No quiero ser esclavo de nada”
SHANGAY ⇒ ¿Qué haces cuando te dan palos en las redes sociales?
AGONEY ⇒ Escribo canciones. O le dedico Black a quien lo hace, sobre todo cuando se meten conmigo diciéndome que chillo mucho cuando canto [risas]. Chicos, invéntese algo nuevo, eso está ya pasado. De hecho, estoy estudiando distorsión vocal para poder gritar más y mejor. Es algo de lo que han acusado a muchas grandes de la música antes, como a Mónica [Naranjo], así que para mí es un halago.
SHANGAY ⇒ Pero entenderás que la gente se polarice ante esos agudos tuyos…
AGONEY ⇒ Sí, es normal. En Soy fuego digo “tanto tiempo de puntillas intentando ocultarme”, y es así como me he pasado toda la vida: intentado contentar a todo el mundo, no cantando demasiado agudo… Llegó un momento en que dije “¡ya basta!”. Así que canto como me da la gana, me maquillo si me apetece… No quiero ser esclavo de nada. He alcanzado esa libertad de la que hablo.
SHANGAY ⇒ ¿Has asimilado ya que Mónica Naranjo es ahora tu amiga?
AGONEY ⇒ No [risas]. Es de las mejores cosas que me han pasado. La primera vez que quedamos a solas fue porque necesitábamos tener una charla.
SHANGAY ⇒ ¿Y eso?
AGONEY ⇒ Fue una charla privada… [risas]. Me ayudó mucho hablar con ella, y que me abriese las puertas de su casa. Era una época difícil para mí a nivel emocional, y me sirvió mucho estar con ella, le estaré eternamente agradecido. ¡Y hasta me cocinó! Con lo que me gusta a mí comer, no sabes lo que supuso para mí.
SHANGAY ⇒ ¿Planteaste esa salida pública del armario que supuso OT para ti? ¿O pensaste en las consecuencias que podía tener?
AGONEY ⇒ No, simplemente hice lo que me apetecía; iba siguiendo mi caminito y no me paraba a analizar las posibles consecuencias de decir abiertamente que soy gay. Mira que, igual, antes de OT, si alguien me lo hubiera preguntado directamente quizá le habría respondido que no. Pero llegué allí, estaba lejos de casa, nadie me conocía y me sentí en otra vida. Cuando pasó el tiempo y empecé a conocer a gente que me decía “salí del armario gracias a ti” fue cuando me di cuenta realmente del impacto que había tenido mi manera de actuar. No he sido el primero ni seré el último, pero con haber ayudado a una persona ha merecido la pena hacer lo que hice. Mejor aportar tu granito que criticar, que no sirve para nada.
SHANGAY ⇒ ¿Qué opinas de las críticas a Pablo Alborán cuando salió recientemente del armario?
AGONEY ⇒ Me pareció algo muy feo. A mí que Pablo saliera del armario me ha ayudado a sentirme mejor dentro de la industria musical. Cuando me preguntaban “¿crees que el hecho de ser gay te influye de manera negativa?” tan a menudo empecé a tener ese runrún en la cabeza, y a plantearme si realmente no podía alcanzar una gran popularidad debido a eso. Lo que dijo Pablo me tranquilizó, sentí que no estaba solo. Pensé que cuando entrara en un despacho lleno de personas trajeadas no iban a juzgarme por eso.
«Antes de OT, si alguien me hubiera preguntado directamente si era gay quizá le habría respondido que no”
SHANGAY ⇒ ¿Has llegado a sentir homofobia o plumofobia en situaciones así?
AGONEY ⇒ Afortunadamente, no. Solo he vivido agresiones verbales, como en directos de Instagram. Nadie me ha tocado un pelo, aunque pasa, y es muy fuerte que siga ocurriendo. Me resulta feo decirlo, pero he vivido mucha homofobia dentro del colectivo. En redes sociales, las personas que más me insultan suelen ser abiertamente homosexuales, cuando lo que deberíamos hacer es apoyarnos, seas más masculino, más femenino, más activo o más pasivo. Dejémonos de tonterías y follemos más, pero con seguridad.
SHANGAY ⇒ ¿Estás con alguien ahora?
AGONEY ⇒ No. Y ahora mismo no querría tener pareja. Llevo años preparando este disco, y ahora que ha salido sería egoísta por mi parte querer estar con alguien, sé que no le dedicaría el tiempo que debería. Ahora mismo vivo solo por y para mi música. Aunque estoy abierto a citas, para compartir vivencias, salir a cenar y cosas así… Con lo que me gusta comer [risas].
FOTOS: MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
EL ÁLBUM LIBERTAD ESTÁ EDITADO POR UNIVERSAL MUSIC. AGONEY ACTÚA EL 23 DE ENERO EN VALENCIA (TEATRO LA PLAZETA) Y EL 30 EN MADRID (NUEVO TEATRO ALCALÁ).