Viajar es su vida. Es una gran viajera en el sentido más amplio del término. Desde que era una niña, pues las largas giras de sus padres le metieron el gusanillo en el cuerpo. Por eso nos llevamos a Cayetana Guillén Cuervo a la isla de La Palma. Para que descubriera un paraíso del que se ha enganchado. Todo un icono LGTB por su personaje en El ministerio del tiempo, la actriz se sincera en la preciosa isla
canaria.
La actriz que da vida a Irene Larra hace un viaje en el tiempo. Pero no como en en la serie de TVE, sino en el tiempo ‘de verdad’. Pero no al pasado, sino hacia un mundo más calmado y más sano. “Vivimos demasiado deprisa. Yo vivo muy deprisa. Y quizás esa sea una de las cosas que tengo pendientes. Aportar un poco más de calma a mi vida”, nos dice en su segundo día de estancia.
Ha sabido captar bien eso que llaman #efectolapalma. En esta preciosa isla Caye se sincera, ‘se moja’ y vuelve a confirmar su compromiso LGTBI, en especial con las lesbianas. Pero también se desnuda para contarnos cómo es esta nueva etapa que está viviendo, y que ella misma define como “sin etiquetas”.
No es la primera persona conocida relacionada con el mundo LGTB que ha sucumbido a este ‘efecto’: Mónica Naranjo, Paloma San Basilio, el periodista de Canal Sur Juan Carlos Roldán son solo algunos de los que se han dejado seducir ella. Un destino que se conoce como ‘la isla de las estrellas’, no por los famosos que se enamoran de ella, sino porque está bajo el cielo más limpio y claro del hemisferio norte. Por ello, el cielo está protegido por ley (esto es literal) y en El Roque de Los Muchachos se encuentra el que es uno de los observatorios astrofísicos más importantes del mundo.
Pero sí: las estrellas famosas también brillan en la isla. En el caso de Cayetana, prueba superada. La Palma ya ha anidado en ella, y eso engancha. Aventurera, esta preciosa isla canaria –llena de historia y de naturaleza desbordante– es perfecta para la actriz y comunicadora, como le gusta que la definan.
Nos la llevamos para enseñársela, y la experiencia no pudo ser mejor: saltó el flechazo, el amor a primera vista. “He descubierto un rincón maravilloso”. Y, tras pensárselo un poco más, añade un dato que es muy importante: “Un sitio que es perfecto, porque he encontrado un lugar donde uno puede protegerse, que es mucho más importante”, nos dice sincera.
Un amor correspondido, pues estaba tan relajada que podemos comprobarlo en las fotos: está más guapa que nunca. El ‘maridaje’ La Palma-Cayetana funciona. Y muy bien. Como decimos, aprovechamos este viaje para meterla en el agua y que se ‘mojara’. Pero en el sentido literal de la palabra, y que nos lo contara todo. Desde sus aficiones y gustos en el viajar a que sacara su lado más deportivo en una tabla de surf o ‘renovase sus votos’, es decir, su compromiso con la causa LGTB, en especial con las lesbianas.
Y también para que nos desvele qué ha ocurrido en su vida para que la percepción que se tiene de ella sea ahora mucho más dulce. “Pero, ojo, que yo nunca he sido una borde, ¿eh? Si se tenía esa imagen de mí era errónea”, dice tras una gran carcajada. Su personaje de Irene Larra en El ministerio del tiempo la ha convertido en todo un icono para las lesbianas.
Lo vivimos en directo, camino de Fuencaliente, el sur de la isla, donde sacamos unas espectaculares fotos suyas en los volcanes y la playa. Cuando íbamos en el coche la llamó una chica, ya amiga, para mandarle las fotos de su boda. Gracias a su papel en la serie de TVE esta joven se atrevió a decirle a su madre que era lesbiana. Así, como suena. ¡Gracias a Irene Larra, esta mujer se atrevió a sincerarse con su madre y presentarle a su novia! El asunto terminó en boda. Cayetana estaba, por supuesto, invitada, pero no pudo ir porque estaba… de viaje. Para variar. Esta llamada era porque quería enviarle las fotos. Todo un icono lésbico requerido por sus #cayetaners.
SHANGAY ⇒ Eres una viajera empedernida, lo llevas en la sangre…
CAYETANA GUILLÉN CUERVO ⇒ La Cayetana viajera es una Caye pegada a una maleta. ¡Tanto que he tenido que tirar las que tenía! Me las había regalado mi madre y ya me daba angustia verlas. De tanto como las había usado, la cantidad de veces que las había llenado para llevarlas por el mundo. Mi hijo me veía sacar esa maleta roja y decía, “ay, mamá, ¡que te vas otra vez!” Porque estaba todo el día con ellas a cuestas. He cambiado justo en este viaje, y eso me ha renovado un poco [risas]. No hay nada en el mundo que me guste más que viajar. No me gustan las joyas, me da igual gastarme dinero en marcas. Me gusta gastármelo en viajar. Y me encanta haber estrenado estas [cotilleo: maletones inmensos, tipo La Piquer] para venir a La Palma.
SHANGAY ⇒ ¿Qué tiene que tener para ti un viaje perfecto?
CAYETANA ⇒ Que me sorprenda. Tanto el paisaje como la forma de vivir de la gente. Y un poco de todo: buenos ratos, con sentido del humor, marcha y calma. Vamos, este es perfecto [risas].
SHANGAY ⇒ Además, como actriz y de presentadora, lo tuyo es un viaje continuo, de personajes, de programas, de proyectos…
CAYETANA ⇒ Todo el rato, un gran viaje. Por placer y por trabajo. Viajo para hacer una producción como esta a La Palma, en la que soy feliz. Para grabar un programa o hacer una película; o para estar con mi marido y mi hijo. Y sí, emocionalmente, con cada uno de los personajes o proyectos…
«Venir a La Palma es un poco viajar en el tiempo. Pero para bien. Viajas a un tiempo en el que la calma es más habitual»
SHANGAY ⇒ Y encima, para colmo, viajas en el tiempo…
CAYETANA ⇒ [risas] Sí, ¡viajo en el tiempo! [hace un guiño a El ministerio del tiempo, la serie que tanto le ha aportado]. Construir emocionalmente los personajes es lo más bonito de todo el trabajo. Mucho más que hacerlos.
SHANGAY ⇒ ¿Qué te parece La Palma?
CAYETANA ⇒ Un rincón maravilloso del mundo donde perderse. Y, sobre todo, donde protegerse, que es mucho más importante.
SHANGAY ⇒ Define esta isla canaria en pocas palabras.
CAYETANA ⇒ Amabilidad, calidez, sonrisa…
SHANGAY ⇒ Has estado cuatro días en la isla para hacer fotos en la gruta volcánica La Cueva de Las Palomas, el Volcán del Teneguía, Las salinas de Fuencaliente, la playa de Echentive. Pero también en el velero Mojo Picón, que salió de Tazacorte para ir a La Cueva Bonita, bucear en el Atlántico o en descansar el Hotel Hacienda de Abajo, donde te hospedabas. Pero te queda mucho por conocer, ¿volverás?
CAYETANA ⇒ Volveré, claro que sí. Y pronto. Espero hacerlo este invierno, darme una escapada con Omar [su marido y el autor de estas espectaculares fotos] cuando empiece el mal tiempo en Madrid. Claro que volveré. Lo haría ya mismo. Es más. No me iría y me quedaría todo el otoño.
SHANGAY ⇒ En El ministerio del tiempo viajas a través de los siglos, ¿este viaje ha sido un poco así? Aquí, el túnel de La Cumbre [que une el este con el oeste de la isla bajo una cordillera] es conocido como ‘el túnel del tiempo’, pues en cuestión de minutos puedes pasar de la lluvia más intensa de las montañas llenas vegetación al sol más radiante típico del Valle de Aridane…
CAYETANA ⇒ Venir a La Palma sí que es un poco viajar en el tiempo. Pero para bien. No es que digas retrocedo, sino que avanzo. Viajas a un tiempo en el que la calma es más habitual, donde la gente se sienta a charlar y te mira a los ojos; donde hay tiempo para dar un paseo, tomarte un café con tu amigo. Vivimos demasiado deprisa. Yo vivo muy deprisa. Y quizás esa sea una de las cosas que tengo pendientes. Aportar un poco más de calma a mi vida.
SHANGAY ⇒ ¿Qué es lo que no soportas como viajera?
CAYETANA ⇒ La mala educación. Además creo que los problemas de todo vienen de la mala educación en profundidad. Hay gente que consigue serlo en las formas. Pero luego, en las cosas mínimas hacia el otro, falla. Un viaje maravilloso es el que haces con gente educada, y en el que te encuentras con lo mismo. Insisto, este a La Palma es perfecto [más risas].
SHANGAY ⇒ Te mueves muy bien en redes y este viaje lo has contado en directo en Instagram. Incluso la pérdida de una bolsa llena de zapatos Jimmy Choo que finalmente encontró un palmero y nos devolvió. ¿Existe una Cayetana online?
CAYETANA ⇒ Pues sí. ¡Y mis redes las llevo yo! Hay un amigo, Jorge Anegón, que me ha echado un cable, pero que no es un comunity manager ni nada, sino un colega que te echa un cable, un chico divino. Y Omar, mi marido, también. Pero vamos, las llevo yo. Y me gusta mucho, me divierte. Estoy muy agradecida a toda la gente que me apoya y sigue. Agradecimiento profundo. Porque hay mucha gente, y que te elijan a ti para decirte “qué guapa estas hoy” o “Cayetana, te quiero” es que me parece la bomba. Así que yo también les digo que les quiero [risas].
SHANGAY ⇒ Cuéntanos cómo fue lo de los Jimmy Choo…
CAYETANA ⇒ Fue maravilloso. Por eso hice el directo en Instagram para que mis seguidores se enteraran. Que alguien se encuentre una bolsa llena de esos zapatos [muy caros], y se ponga en contacto para devolverlos solo pasa en un sitio como La Palma. Por eso quise dar las gracias a Arturo, que vive en El Paso [una localidad del Valle de Aridane]. ¡Desde Madrid no paraban de preguntarme por los jimmichoos! Ha sido muy divertido [gran carcajada].
SHANGAY ⇒ ¿Y los haters? ¿Qué opinas de ellos?
CAYETANA ⇒ No me muevo mucho por Twitter, utilizo más Instagram, por lo que no recibo mucha cosa negativa. Ahora, como reciba algo negativo, me afecta un huevo. Muchísimo. ¡Socorro! Es que es mucho poder tener una tribuna para decir lo que te da la gana. Y a mí es que me parece tan feo hablar mal de los demás. Una pérdida de tiempo tan grande, que genera una energía tan mala, que les recomendaría que se dedicaran a otra cosa. Haters, ¡una sonrisa! [risas].
SHANGAY ⇒ Tu carrera ya es larga y muy completa ¿Te quedan sueños sueños por cumplir? ¿Proyectos?
CAYETANA ⇒ ¡Todos! ¿Sueños?, ¡todos! Empiezo cada temporada como si fuera la primera. Es una de las claves de la vida. No estar aburrido. Que cada cosa sea lo mejor que te pase. ¿Para este año? [se lo piensa un rato] La verdad es que me gustaría hacer cine, que lo tengo muy abandonado. He hecho mucha tele y me gustaría hacer más cosas de interpretación. Ese sería mi sueño de este año.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué el teatro es la niña bonita de todos los actores?
CAYETANA ⇒ Es un poco donde encuentras el sentido de porqué te dedicas a esto. El proceso de creación del personaje es la bomba. Y tiene mucho que ver con un estudio psicológico de uno mismo. Con hacerte mejor persona. Con decir, ¡ostras, puedo llegar a conocer cosas cojonudas de mí misma y de todo el mundo! El teatro es muy chulo por eso. Y el contacto con el público. Te mantiene vivo. Lo que pasa es que es también muy duro. Cuando eres madre te tiene mucho tiempo fuera de casa. Voy a estar como un año, o más, sin hacerlo por eso: Leo crece y quiero verle crecer.
SHANGAY ⇒ Tienes cayetaners por todo el mundo. El fenómeno fan es algo relativamente nuevo para ti… ¿Por qué conectas tan bien con las lesbianas?
CAYETANA ⇒ Porque en realidad soy un poco bollo. Y me mola [muchas risas]. No. En serio, las lesbianas me gustan. Me parece que defienden su sombrero en un mundo muy hostil. Y dos tías juntas son una maravilla. Es mucho poderío. Y desde pequeñas. Todas las tías tenemos un poco ese rollo, nos besamos, abrazamos. Y luego, creo que como colofón a mi apoyo al colectivo LGTB toda mi vida, y por supuesto a las lesbianas en particular, me parece que Irene Larra es un broche muy guay. Si no hubiera tener el personaje algo conmigo, pues igual no hubiera tenido tanto punto. Cayetaners del mundo, ¡os amo profundamente!
SHANGAY ⇒ ¿Cómo ves hoy la situación de las lesbianas?
CAYETANA ⇒ Tiene algo que ver con la propia revolución femenina. Que es lenta, pero revolución al fin y al cabo. Todos las conquistas de la mujer van por detrás. Así que las de las lesbianas también van por detrás que las de los gays. Nuestros derechos se conquistan siempre un poco más tarde, y a ellas les está costando más. El normalizar, pero en profundidad, ¿eh?, que todo el mundo se apunta al rollo LGTB muy fácilmente. Pero yo hablo de en-pro-fun-di-dad [dice recalcando cada sílaba]. Que no te choque nada de lo que estás viendo. Pero de-ver-dad [mismo tono].
SHANGAY ⇒ Al margen del ‘rollo bollo’, se ha avanzado mucho en temas LGTBI, pero ¿quedan cosas?
CAYETANA ⇒ Hombre… todo lo que tiene que ver con normalizar y visibilizar lo que tiene menos visibilidad. Como los trans, los intersexuales… todo lo que tiene que ver con lo que la gente todavía no conoce ni ‘normaliza’. Eso es lo que falta. Y luego, que sea de verdad. Que fuera de Chueca, de los Orgullos y de osas puntuales, que la gente no mire para atrás si dos chicos o dos chicas se están besando o van de la mano. Que sea una aceptación de la sociedad, pero en profundidad. Como la tiene mi hijo Leo, que es lo que más orgullosa estoy de la educación que le estamos dando. Eso falta a nuestra convivencia.
SHANGAY ⇒ En esta entrevista, a la salida del mar, te estás ‘mojando’ en temas comprometidos que te interesan. Así, a bocajarro, mójate en lo que te quieras mojar… sin pensarlo dos veces.
CAYETANA ⇒ Ostras, así, de repente… ¿En qué me quiero mojar? Es que luego se me ocurre algo y me daría mucha rabia… Pues en ser tal como soy. Quizá pertenecer a una familia como la mía, con el peso intelectual que tiene, ha hecho que yo haya tenido más miedo a ser como soy. No quiero confundirme porque es la primera vez que verbalizo esto. Pero el que todo ‘pese’ tanto, te hace medir mucho cómo vas por la vida. Y ahora mismo estoy un poco más relajada en ese sentido. Lo que la gente ve ahora de mí es cómo soy de verdad. Con mis metidas de pata, con mis nervios, con mi caos, con lo que sea yo, que no sé lo qué es. Pues eso, me quiero ‘mojar’ conmigo misma, en hacer lo que realmente quiero hacer. En ser como realmente quiero ser.
SHANGAY ⇒ ¿Tiene eso que ver con esta nueva imagen tuya, más relajada y por decirlo de una manera, menos ‘borde’ que era lo que muchos percibían? MasterChef fue un punto de inflexión para ello.
CAYETANA ⇒ Tiene que ver con eso. Esa imagen que MasterChef ayudó a romper, pero que no fue algo voluntario. Tiene que ver, sí, con liberarse un poco de mochilas, de etiquetas. Pero lo vas haciendo inconscientemente. También escribí el libro de Los abandonos en ese tono. Cuando Unidad Editorial me ofreció hacerlo [tras fallecer su padre, Fernando Guillén], les comenté que no tenía la calma y la serenidad para ello. Pero luego le dije a Imelda Navajo [la editora], «si lo quieres en primera persona, yo me abro en canal. Porque eso sí lo quiero hacer». Y sí, esa imagen tiene que ver con eso. Pero no porque yo haya sido nunca borde, pero sí que he vivido con más miedo a expresarme con más libertad. Quizá por no decepcionar a mi padre o a mi madre. Por no hacer nada que a ellos les pudiera parecer mal, porque me apellido Guillén Cuervo, entonces no les puedo traicionar ni decepcionar en nada. Bastante legado, maravilloso, me han dejado ellos. Quiero vivir con eso, pero defender mi sombrero, sea el que sea, que no sé cuál es.
SHANGAY ⇒ Cambiemos a algo más frívolo. Tu marido es tu fotógrafo, ¿es porque te saca siempre ‘tu lado bueno’?
CAYETANA ⇒ Yo creo que sí, porque me conoce [risas]. No, en serio. Sabe dónde me siento cómoda. Y es muy bonito currar juntos, porque me respeta mucho como profesional. Y yo a él. No hay exceso de confianza. ¿Por qué muchos negocios de familia no funcionan? Porque no existe la distancia necesaria para respetar a tope.
SHANGAY ⇒ Combinación extraña: actriz de raza y de vocación, y periodista de profesión… ¿Qué suman y qué restan ambas actividades?
CAYETANA ⇒ Estudié periodismo porque me gustaba escribir, no porque fuera realmente lo que buscaba. Pensé que se potenciaba hacerlo en la facultad, cosa que después me di cuenta de que no era así. Pero sí me gustó mucho hacerlo. Primero por la gente a la que conocí, y luego porque es cierto que es una carrera muy variada que completa tu formación. Estimula la inquietud. Luego, ser periodista, me ha dado la oportunidad de hacer programas como Versión española. Se buscaba a alguien licenciado en periodismo, aparte de que estuviera dentro de la profesión.
SHANGAY ⇒ Hace como treinta años, cuando aún no habías terminado la carrera, en una entrevista, me dijiste exactamente lo mismo sobre tus inquietudes en el periodismo…
CAYETANA ⇒ ¿Sí, de verdad? Es que realmente yo nunca tuve vocación de periodista. Me gustaba, y me gusta, escribir, y el periodismo me ha servido para poder hacerlo en medios, como fue El Mundo, durante muchos años [se refiere a su recordada columna A pie de Caye], en Diario 16 cuando existía, en Cinemanía, en Marie Claire… Poder hacerlo con mi título en la mano, y sin que nadie me pudiera decir nada [risas]. Pero yo siempre he hecho un periodismo cultural, y mis artículos son, más que nada, reflexiones de alguien que está en ese mundo. Por eso me gusta más que me definan como comunicadora que como presentadora. No me considero como tal, porque tiene más con leer un cue [teleprompter en el que los presentadores leen lo que tienen que decir en antena] y esas cosas. No es lo que yo hago. Me considero comunicadora, y en todos los ámbitos. Porque también encima de un escenario, estás transmitiendo algo a través de un texto, de Lope de Vega o de Albert Camus. Comunicadora también con programas que están aún por emitir como Acceso autorizado o Cena con mamá, que son programas más a pie de calle. O en los míos como ¡Atención obras! o Versión española, en los que hablo de lo que sé, que es teatro o cine. Mi mundo. Sí, me gusta comunicar y me parece que no se me da mal. Pero nunca he hecho el periodismo de ir a cubrir una noticia y transmitirla.
SHANGAY ⇒ Volviendo a los viajes, sentada aquí, en La Palma, en este jardín espectacular del hotel Hacienda de Abajo, ¿cómo recuerdas aquellas giras de tus padres?
CAYETANA ⇒ Eran muy largas. Se ausentaban mucho de casa. Viajaban en coches distintos por si les pasaba algo, para que nos quedáramos solos. Ellos tenían compañía y se recorrían España en giras muuuuy largas y en las ciudades grandes, como Zaragoza o Barcelona, hacían temporada. Ahora nosotros vamos de jueves a domingo. Yo recuerdos largas tardes, tras el colegio, en los camerinos de los teatros.
SHANGAY ⇒ Este año se cumplen veinte de Versión española…
CAYETANA ⇒ ¿Cómo te quedas? ¡Veinte años! Y sin faltar a un solo programa. Nunca jamás me han sustituido. Cuando estaba embarazada, hasta el último momento. Nada más tener a Leo seguí presentando… Lo considero tan mío, tan parido por un equipo unido… Santiago Tabernero y yo de la mano; Susana del Pino, que sigue siendo la realizadora. Luego se fue Santi y entraron Paz Sufrategui y Félix Piñuela… Y seguimos siendo el mismo equipo. Una familia. Y creo que hemos sido una escuela de espectadores sobre cine español.
SHANGAY ⇒ Y encima, ajena a las modas que viene y van. Por muchos cambios que se han producido, y muchas tormentas que ha habido en TVE, tú sigues ahí… ¿Cuál es el truco?
CAYETANA ⇒ Pues el truco es, creo, que cuando hay un problema hay que aportar una solución y no una queja. Cuando ha habido problemas, crisis económicas o cualquier otro tipo de cosas, siempre he devuelto una sonrisa, una actitud constructiva y una posible solución. Nunca pongo problema a nada. Y luego hago mi trabajo con todo el amor del mundo, lo mejor que sé y sin bajar la guardia. Creo que eso va sumando a lo largo del tiempo. Ser una persona resolutiva, que sonríe ante la adversidad y que ve en los problemas una oportunidad para superarse. Tengo, además, muy buena suerte con mis equipos, gente maravillosa a mi alrededor. La actitud ante las cosas te construye media vida. Y se agradece mucho que no seas una persona conflictiva, sino alguien amable y fácil y que, luego, des o intentes dar el resultado que te están pidiendo.
«Un viaje perfecto es el que haces con gente educada, y en el que te encuentras con lo mismo: este a La Palma»
SHANGAY ⇒ Adelántanos algo de los dos programas por emitir…
CAYETANA ⇒ Acceso autorizado es un programa que pretende meterse en las estructuras del Estado para contar cómo funcionan, a través de las personas que las componen. Se han grabado 13 capítulos y está previsto que se emita este año. Nos hemos introducidos en la Policía Nacional, en la Guardia Civil. Hemos ido al Líbano con los Cascos Azules, también a contar como funciona una embajada fuera, en la Embajada de España en Colombia, que tiene trabajo a nivel de empresa, en el plano cultural y, claro, el conflicto con las FARC en el proceso de paz. Hemos estado hasta en plantaciones de cocaína. También embarcados en el Juan Carlos I con la Armada, en la Organización Nacional de Trasplantes… Ha sido calle, calle, calle, calle…, muy interesante. Porque eso sí que es periodismo puro, pero desde mi forma de hacerlo. Es que soy incapaz de poner a nadie contra la pared. Para eso yo no sirvo, tiene que hacerlo otra persona. Y eso supongo que será bueno para unas cosas y malo para otras. Yo no sirvo para buscar una noticia. El exceso de empatía a veces no será tan positivo para un periodista, pero conozco mis limitaciones y eso es lo que yo puedo aportar.
SHANGAY ⇒ ¿Y Cena con mamá?
CAYETANA ⇒ No tiene nada que ver con el otro. Es un homenaje a las madres. Un programa muy chulo en formato de entrevista, en el que convivo con el personaje durante dos días, porque voy a su casa, le entrevisto allí, charlamos. El entrevistado propone una cena de infancia. Vamos al mercado a comprar los ingredientes, cocinamos esa cena con un chef, Carlos Maldonado. No te puedes ni imaginar las cosas que salen cocinando, se hablan de las cosas más gordas de la vida. La gente se ha abierto en canal, y yo también, porque no puedes estar hablando con esa persona de todo, sin hacerlo de ti. Al final, ha sido como un ejercicio de psicología en el que la gente ha contado de todo entre fogones. Y hemos preparado la cena a la madre del personaje. Es un homenaje a todas esas mujeres que han estado en la sombra y han hecho posible que sus hijos lleguen a ser un referente de este país. Los dos son para La 1 de TVE.
FOTOS: OMAR AYYASHI
ESTILISMO: ARTURO ARGÜELLES
MAQUILLAJE Y PELO: JAVIER REYES PARA CLARINS
AYTE. FOTOGRAFÍA: TONY MÁRQUEZ
AYTE. PRODUCCIÓN: DAVID MEDINA
VÍDEO: PABLO CARRASCO DE JUANAS
Post Producción Digital: Jorge Salgado
AGRADECIMIENTOS: TURISMO DE LA PALMA (VISITLAPALMA.ES), HOTEL HACIENDA DE ABAJO, VIAJES OASIS Y MPC YACHT CHARTER.