Nunca se sabe cómo va a ser la experiencia de entrevistar a un/a/e ‘superstar DJ’ y productor/a/e. Porque en ocasiones las circunstancias de los encuentros suelen ser muy locas, o escasea el tiempo, o simplemente la motivación es escasa por parte del/de la entrevistado/a. Pues con The Blessed Madonna no se dio ninguna de esas circunstancias. Sobre todo porque se ve que ella está a favor de obra.
Nos recibió Marea Stamper –que así se llama en realidad The Blessed Madonna– un día después de poner patas arriba Brunch in The Park en Madrid el pasado 13 de octubre de 2019 con su combinación de disco, house y pop, que bailó desde la cabina con la misma pasión que los asistentes. “Una chica me tiró un sujetador”, recuerda. “Así que yo no puede hacer menos que echarle el mío. Era una monada el que me lanzó, lástima que no me valga…”, dice entre risas. Su naturalidad y su sentido del humor son las dos características que antes se aprecian en ella.
Es casi la hora de comer, pero ella acaba de pedir un café. Asegura estar agotada, aunque su sesión del día anterior terminó a las 20h. Cuando confirma que no la vamos a grabar en vídeo, no duda en hacernos pasar hasta el dormitorio de su futurista habitación de hotel (“muy mona, sí, pero es complicadísimo saber cómo funciona todo, es de lo más disfuncional”, un comentario que nos hace ver que lo suyo no es el postureo). Está todo desperdigado, y se disculpa por ello, pero si no se va a inmortalizar, no le importa que veamos el desorden. “Estaba tirada hasta hace nada viendo televisión basura, que me encanta”, dice. “Los últimos dos días me los he pasado viajando y apenas he dormido, por eso estoy tan cansada. Si al menos hubiera sido porque me los pasé de fiesta”, bromea entre risas.
Se muestra feliz de haber vuelto a España, que visita regularmente. “Cada vez que vengo es especial. Desde la primera vez que pinché me encantó el país”, recuerda. “El calor de la gente aquí es especial. Me recuerda mucho al de la gente de Kentucky, de donde soy. En otras partes de Europa te pueden querer igual o más, pero nunca te van a estar dando abrazos y besos allá por donde vas. Aquí sí, y eso influye en mi manera de pinchar. Porque me relajo lo suficiente como para ser yo misma de verdad”. Así se mostró durante el rato que pasamos con ella.
“La vida de ‘superstar DJ’ ni la termino de entender ni me llama la atención”
SHANGAY ⇒ ¿Cómo llevas la vida como superstar DJ?
THE BLESSED MADONNA ⇒ Como verás, en mi caso no es lo glamurosa que puede parecer desde fuera [risas]. El hecho de estar viajando continuamente es una realidad de la que no puedes escapar, y es verdad que no todo el mundo puede trabajar cada día en una ciudad hermosa distinta. Me siento muy afortunada de todo lo que veo y descubro allá donde voy. Por lo demás, procuro llevar una vida que nada tiene que ver con la que se presupone con esa etiqueta.
Una cosa el es trabajo y otra, mi día a día. Vivo en un barrio modesto, para nada una zona cool de Londres, con mi marido y un perro. No tengo coche, me compro montones de pares de pantalones de chándal iguales, solo tengo unos vaqueros (los que llevo) y tengo tres o cuatro pares de zapatillas Adidas iguales, que son las que llevo siempre. De vez en cuando, alguien me regala unos zapatos súper chic, y ya. Así que si cuando ves fotos mías te da la sensación de que siempre llevo puesto lo mismo…, es que es verdad [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Nunca te ha fascinado el lado más glamuroso de tu profesión?
THE BLESSED MADONNA ⇒ No, me sigo sintiendo como pez fuera del agua cuando tengo que asistir a según qué eventos. Crecí siendo muy pobre, y los primeros veinte años de mi carrera como DJ seguí sin hacer un duro. De manera que esa vida de ‘superstar DJ’ ni la termino de entender ni me llama la atención. Solo me siento feliz al ver que puedo pagar las facturas sin problema, o que puedo ayudar a mi madre a comprarse un coche nuevo. Poder sustentar a mi marido, que ya está retirado, y a mis padres sí me hace muy feliz.
SHANGAY ⇒ No es nada habitual que una mujer mayor de cuarenta juegue en esa liga…
THE BLESSED MADONNA ⇒ Bueno, aparento 26, ¿no? [risas]. Cualquier mujer, según cumple años, lo tiene más complicado para encontrar trabajo. Y más en una profesión como esta, en donde la imagen cobra tanta importancia. Hay muchas mujeres DJs increíbles que antes trabajaban como modelos, muchas. Te sorprenderá saber que yo no soy una de ellas… [risas irónicas].
Yo no estaba acostumbrada a tener que hacer sesiones de fotos continuamente; las únicas fotos que me hacía antes era con la familia, o sudando en una rave. Jamás me habría imaginado que acabaría posando para Wolfgang Tillmans, que fue el primero con el que tuve una sesión profesional. No sabes el miedo que pasé…, pero me tuve que ir acostumbrando. Me alegro de ser una mujer normal de 42 años que se muestra como es, porque es importante que otra gente vea que no es necesario ser superjoven para tener un trabajo así.
“Me encantaría remezclar Like a Prayer de Madonna, la canción pop perfecta”
SHANGAY ⇒ ¿Cómo te cambió la vida el éxito?
THE BLESSED MADONNA ⇒ Decidí que iba a aprovecharlo al máximo, en el sentido de que no paro de viajar y pincho por todo el mundo. Tengo amigos que también se dedican a esto, más o menos de mi edad, y que han decidido no llevar una vida tan movida, y lo entiendo. Es un trabajo que absorbe mucho. Para mí fue más fácil porque no he tenido hijos, y mi marido tiene más paciencia que Job. Es duro, no te creas, porque sientes que tu cuerpo cambia una vez que cumples los cuarenta, ¡y el mío sabe lo que es salir de fiesta desde los catorce!
SHANGAY ⇒ ¿En algún momento te invadió la inseguridad al ser consciente de que tu imagen es distinta a la que se suele vender en la escena de clubs?
THE BLESSED MADONNA ⇒ Por un lado, sí, por otro, no. Tengo la suerte de tener una autoestima muy alta; me miro en el espejo y me acepto como soy, porque soy el reflejo de muchas cosas buenas que me han pasado. Siempre he sido un bicho raro, incluso cuando era joven y delgada, y se podría decir que era atractiva en un sentido más convencional del término. Nunca fui de las de decir “qué buena estoy”.
Pero siempre ha existido una presión por ser como soy, claro, la sentimos todos. Y no voy a decir ahora que me siento superfeliz de ser una mujer gruesa de 42 años y que todo es maravilloso en mi vida, pero al menos sé cómo enfrentarme a todo aquello que la sociedad intenta imponernos. Ese peso duele a veces, claro. Más desde que nos hemos convertido en personas de las que cualquiera puede opinar en las redes. Pero lidio con ello lo mejor que puedo.
SHANGAY ⇒ Siempre te has mostrado muy comprometida con la comunidad LGTBI…
THE BLESSED MADONNA ⇒ Para empezar, porque no soy hetero. Ahora estoy casada con un hombre, pero tengo una larga y complicada vida sexual tras de mí, como tanta gente. Me alegra que estemos en un momento en el que es evidente que una única talla no vale para todos cuando hablamos de experiencias vitales: hay mujeres trans a las que solo les atraen mujeres, hombres bisexuales casados con mujeres heteros…
Me gusta que se me considere una aliada porque hago todo lo que puedo para apoyar a la comunidad. Pero es que soy parte de la comunidad, como lo es mi familia. Tengo una familia muy gay [risas], y muy diversa. Mi abuela ya desfilaba en el Orgullo con sus hijos en los 80. Yo recuerdo que comencé a practicar el activismo en los tiempos de Act-Up; en el colegio, lucía orgullosa mi camiseta en Kentucky, un estado de lo más conservador.
“Me defino como queer, no soy hetero. Si hago un repaso a mi vida, puedo asegurar que mi currículum es largo y ecléctico”
SHANGAY ⇒ ¿Empezaste a vivir ese activismo con más intensidad al comenzar a ser reconocida como DJ?
THE BLESSED MADONNA ⇒ Sin duda. Había temas relacionados con la comunidad LGTBI de los que hace siete u ocho años todavía no se hablaba abiertamente, y sentí que había que hacerlo. Comencé a vivir la cultura dance, siendo muy joven, en un entorno muy hetero y muy masculino, y poco a poco gravité hacia una escena más underground y gay, con la que me identificaba más. Cuando empecé a ser más conocida como DJ, obviamente vi cuál era el público que naturalmente se acercó a mí. Empecé a pinchar en clubs hipergais, como Snax en Berghain [Berlín]. Eran tres mil hombres y yo; el portero no me dejaba entrar cuando me vio… “¡Soy la DJ!” [risas]. También he pinchado en Folssom Street Fair en San Francisco, Men’s Room en Chicago… Para una apasionada del hi-NRG como yo, no hay nada mejor que pinchar en esos sitios.
SHANGAY ⇒ ¿Qué hace tan especial pinchar en fiestas así, además de por la música que pones?
THE BLESSED MADONNA ⇒ No hay mejor público con el que sentirme conectada. Y para mí resultó liberador hacerme hueco en esa escena, tras haber crecido en un universo tan hetero… Me vi por fin rodeada de gente con la que tiene sentido intimar, se creó una conexión muy especial desde el primer momento, y así sigue siendo. Igual que sé que tengo muchas admiradoras lesbianas a las que amo con la misma intensidad; a mí me va bien cualquier sabor, tengo un paladar muy entrenado.
SHANGAY ⇒ ¿Te defines como bisexual o queer?
THE BLESSED MADONNA ⇒ Creo que queer es el término más adecuado. Siempre tienes que dejar espacio en tu vida para los cambios, al menos yo. Si hago un repaso a mi vida, puedo asegurar que mi currículum es largo y ecléctico [risas].
“Me alegra que una única talla no valga para todos cuando hablamos de experiencias vitales”
SHANGAY ⇒ ¿Utilizas tu profesión como herramienta de activismo?
THE BLESSED MADONNA ⇒ Sin duda. Un ejemplo es el tour We Still Believe: Choose Love en el que estoy inmersa ahora mismo. Parte de los ingresos los destino a la asociación Help Refugees, para personas LGTBIQ perseguidas en sus países de origen que buscan asilo. Ya hemos ayudado a una familia que se ha instalado en Estados Unidos, y hemos cubierto todas las tarifas legales derivadas del proceso del asilo. En breve lanzaremos una campaña para que todo el mundo interesado pueda colaborar con los gastos que vayan surgiendo ahora, como los relacionados con la escolarización de su hijo.
Es maravilloso sentirme parte de una campaña en donde puedo ver los resultados de una manera tan directa. Veo a esta familia que vivía con tanto miedo en su país, y que ahora vive en libertad; una pareja que por fin puede ir de la mano por la calle sin temor… Aunque mantenemos sus identidades ocultas, porque no queremos que Inmigración se fije en ellos; si les devolvieran a su país, dada la nueva ley que se han aprobado allí, podrían ejecutarles por ser gais. Es una puta locura. Al menos hemos empezado a aportar nuestro granito de arena.
SHANGAY ⇒ Volviendo a ti como DJ, es evidente que mucha gente te admira por tu falta de miedo a la hora de pinchar aquello que sientes, incluso el tema pop más inesperado que siempre se cuela en tus sesiones…
THE BLESSED MADONNA ⇒ Me encanta el pop, y no entiendo que siga habiendo gente que lo menosprecia. El buen pop funciona siempre, y hay canciones pop simplemente perfectas. ¡Hay tantos productores dance de primera que han estado involucrados en geniales canciones pop, y viceversa! El sueño de mi vida sería hacer una buen canción de dance-pop. En casa nunca me pillarás escuchando música de baile hardcore. Mi marido es el que escucha techno a todas horas, cuanto más oscuro, mejor. Ojo, que me encanta, y lo pincho, pero cuando llego a casa me apetece poner a Beastie Boys o a Robyn.
SHANGAY ⇒ Al remezclar Electricity de Silk City con Dua Lipa te acercaste a ese universo pop del que hablas…
THE BLESSED MADONNA ⇒ Cuando escuché la original por primera vez, yendo en un Uber, pensé “vaya temazo”. Al poco tiempo me llegó la oferta para remezclarla, y me hizo muy feliz. Ante una canción así, tu misión como remezcladora es elegir un elemento que quizá de primeras no llama la atención, pero que merece la pena resaltar, y es lo que hice. Al poco tiempo conocí a Mark Ronson [que forma Silk City junto a Diplo] en Glastonbury, y resultó ser un amor. El mismo Glastonbury en el que coincidí con Kylie Minogue, que actuaba allí. Cuando la tuve a dos metros de mí me quedé petrificada. No puede ser más guapa, más increíble, tiene un halo especial. Ni me planteé acercarme a saludarla, simplemente me quedé con la boca abierta admirándola, estaba radiante.
SHANGAY ⇒ ¿Te gustaría seguir remezclando?
THE BLESSED MADONNA ⇒ Sin duda, cada vez me interesa más. Y colaborar con otros artistas. Estoy trabajando en mi disco ahora, y en él aparecerán muchas colaboraciones; he grabado con nombres tan variados como Jamie Principle o Georgia… Georgia es un genio, hemos grabado mucho juntas y es una de las colaboraciones más destacadas de mi álbum.
«Tengo la suerte de tener una autoestima muy alta; me miro en el espejo y me acepto como soy»
SHANGAY ⇒ Para terminar, ¿Madonna o Kylie?
THE BLESSED MADONNA ⇒ Madonna. No fue la inspiración de mi nombre artístico, pero tengo una admiración muy profunda por ella. Nunca olvidaré el verano en que estrenó En la cama con Madonna. Estaba viviendo en Tennessee. No tenía amigos allí, y fui a verla al cine todos los días durante un mes. La he debido ver como setecientas veces en mi vida; ahora mismo la llevo en mi iPad, sin ir más lejos. La amo desde su primer disco. Creo que es el segundo que pedí que me regalaran en mi vida, después de uno de Michael Jackson. Siempre sentí que teníamos cosas en común, por eso me identificaba tanto con ella: éramos católicas y a la vez raras, ella hacía temas de baile increíbles, un género que siempre me apasionó…
SHANGAY ⇒ ¿Sigues siendo tan fan?
THE BLESSED MADONNA ⇒ Claro. Sus clásicos siempre van a estar, y aunque haya discos más recientes que quizá no me hayan llegado tanto, la conexión y la admiración tan fuerte que siento siempre estarán ahí.
SHANGAY ⇒ ¿Qué canción de Madonna te gustaría remezclar?
THE BLESSED MADONNA ⇒ Like a Prayer, la canción de pop más perfecta que jamás se ha hecho. Con esa fusión de lo espiritual y lo sexual, con una energía única…, redonda, vamos. Así que, Madge, si lees esto, aquí estoy… ¡Ay, si Madonna llama!
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