El nuevo libro de Gabriel J. Martín, un referente en psicología afirmativa gay, es de lo más apetecible. Porque a nadie le viene nada mal un manual para disfrutar de una mejor vida sexual. Tan riguroso como divertido –además de sugerente en muchos momentos–, Gay Sex es una muestra más de lo que sabe, y lo divertido que es, su autor.
Tras el confinamiento, Gabriel J. Martín tiene la agenda que le echa fuego. Por un lado, porque sus pacientes están muy necesitados de él, y también porque su nuevo libro, Gay Sex. Manual sobre sexualidad y autoestima erótica para hombres homosexuales, exige que se vuelque en su promoción todo lo posible. “Y encima estamos en el mes que estamos, imagínate la de conferencias y talleres que tengo que dar; va a ser un Orgullo muy telemático, eso sí”. Es lo que tiene ser un experto en psicología gay, y, desde ahora, un referente en cuanto a sexo gay gracias al libro que acaba de publicar.
SHANGAY ⇒ ¿No llega un poco tarde un libro como este?
GABRIEL J. MARTIN ⇒ Pienso exactamente lo mismo. Si yo hubiera sabido hace veinte años lo que sé ahora, con lo que he aprendido escribiéndolo, mi vida sexual habría sido infinitamente mejor; me habría evitado la mitad de complejos y tonterías.
SHANGAY ⇒ ¿No deberíamos sentarnos más a reflexionar sobre nuestra vida sexual?
GABRIEL J. MARTIN ⇒ Sí. Es el mal legado que nos ha dejado la cultura en la que hemos crecido, que nos ha enfrentado con la sexualidad y nos ha creado una mala relación con ella, cuando es algo consustancial a nosotros. No estamos acostumbrados a sentarnos a hablar con nosotros mismos, y mucho menos a hacerlo sobre nuestra sexualidad.
SHANGAY ⇒ ¿Te va a ayudar a ti también este libro a mejorar tu propia vida sexual?
GABRIEL J. MARTIN ⇒ Me ha ayudado a la hora de ser puta consciente, feliz y orgullosa de serlo en la cama. Me veo más suelto, y como hay gente que ya me reconoce como el autor de Gay Sex… [risas]. Me siento mucho más cómodo con mis deseos sexuales y mis fantasías.
«Debemos liberarnos de prejuicios, que inhiben mucho, para follar más alegremente»
SHANGAY ⇒ ¿Por qué nos cuesta aceptar con naturalidad las cerdadas que nos apetece hacer y enseguida aparece, en ocasiones, la culpa al hacerlas realidad?
GABRIEL J. MARTIN ⇒ Hemos crecido en una sociedad sexofóbica, y nos han hecho creer que determinadas prácticas son degradantes. Un ejemplo paradigmático es el sexo cañero, el BDSM, cuando jugar como la sumisión y realizar prácticas como los azotes resulta tremendamente erótico; la biología está funcionando, amplificando las emociones y permitiéndonos disfrutar de unos pedazos de folladas. Entre los prejuicios culturales y lo poco que entendemos nuestros propios mecanismos corporales en relación al sexo, nos hacemos cada paja mental que muchas veces acabamos culpabilizándonos de cosas sin tener por qué.
SHANGAY ⇒ Se mezclan los estigmas que se asocian al mundo gay más los que nos creamos nosotros mismos…
GABRIEL J. MARTIN ⇒ Es que nuestra cultura, además de sexofóbica, es homofóbica. Y un maricón al que le encanta comer pollas o que le llenen el culo de leche, salvo que esté muy empoderado, solo lo va a compartir con personas concretas porque si no, sabe que le va a caer de todo, le van a llamar desde irresponsable a cualquier otra cosa, por lo estigmatizados que estamos. También debemos liberarnos de prejuicios, que inhiben mucho, para poder follar más alegremente.
SHANGAY ⇒ Como siempre, combinas un gran trabajo de documentación con una manera de expresarte supercoloquial. ¿Te planteas que se pueda menospreciar tu trabajo por ese hecho?
GABRIEL J. MARTIN ⇒ La verdad es que no. Porque en los últimos años he comprobado que la gente que me lee o ve mis vídeos valora esa naturalidad, incluso compañeros de profesión me lo han dicho. Y en consulta también facilita el trabajo, es más fácil establecer un vínculo hablando así. En un psicólogo, la cercanía es una herramienta terapéutica fundamental. Habrá quien piense que como divulgador no utilizo un lenguaje muy ortodoxo, pero es que no estoy escribiendo para la American Psychologycal Association, sino para mi público, que es muy concreto. Mi lector es un amigo con el que me estoy tomando un café.
«Ni nos damos cuenta de que la excitación sexual es una emoción»
SHANGAY ⇒ ¿Llegará el día en que la masculinidad tóxica y la homofobia interiorizada desaparezcan y no las tengas que tratar?
GABRIEL J. MARTIN ⇒ Yo no lo veré (en todo caso, mi reencarnación), aunque espero que la próxima generación, o la siguiente, sí. Las nuevas generaciones viven su homosexualidad con mayor naturalidad; ahora, un niño suelta una pluma y muchos padres dicen “tengo un hijo gay”, y ya.
SHANGAY ⇒ Habrá quien, cuando vea el título sin saber nada de él, piense que es un libro festivo para pajilleros y ya…
GABRIEL J. MARTIN ⇒ Si no es lo que espera, que vaya y se lo descambie [risas]. Es cierto que en algunos pasajes me he dejado llevar, como lector de relato erótico que soy, por un lenguaje más propio de ellos, y algún amigo me ha confesado que en determinados momentos se le ponía dura mientras leía.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué te dejaste llevar por una manera de expresarte más propia de la literatura erótica al explicar muchas prácticas sexuales?
GABRIEL J. MARTIN ⇒ Quería conectar con ese momento. Estamos hartos de manuales de sexología que te explican las cosas como si estuvieras en la consulta de un médico. Me propuse hablar desde la conexión con los estados emocionales que nos provoca nuestra sexualidad cuando la vivimos. Quería evitar un registro lingüístico aséptico y científico, porque además no es lo que se espera de mí [risas].
SHANGAY ⇒ Recalcas a lo largo de todo el libro la importancia de la emoción en relación al sexo. ¿Por qué?
GABRIEL J. MARTIN ⇒ Porque ni nos damos cuenta de que la excitación sexual es una emoción; nos han enseñado que el sexo es una cosa ajena a nosotros. No tenemos una palabra para identificar el momento en que estamos sexualmente excitados, solo tenemos una mal connotada, “cachondo”. ¡Y es que la excitación sexual es una emoción, maricones!
EL LIBRO GAY SEX ESTÁ EDITADO POR ROCA EDITORIAL