Termina un año, 2018, lleno de contradicciones. Si bien es cierto que España es una especie de paraíso en el mundo gay, no es menos cierto que quedan muchas cosas por conseguir y que siguen existiendo ataques al colectivo LGTBI. Pero, sobre todo, tenemos que resaltar que la homofobia sigue existiendo, y corre el riesgo de extenderse.
Del auge de partidos claramente homófobos como Vox, cuya entrada en el parlamento andaluz ha disparado las alarmas, hasta las dos maravillosas banderas LGTBI que hicimos para el extra de 25 aniversario de Shangay. Seis personajes que han hecho historia (Grande-Marlaska, Bibiana Fernández, Alejandro Amenábar Paloma del Río, Boris Izaguirre y Kike Saralola) y seis millennials que están ahora rompiendo moldes: la pareja de cineastas Javier Calvo y Javier Ambrossi “Los Javis” (rojo), la futbolista Mapi León (naranja), la actriz Sara Buenavida (amarillo), la artista inclasificable King Jedet (verde), el político Guillem Montoro (azul) y la escritora Elvira Sastre (morado).
Pero, como decimos, sigue habiendo ataques homófobos en las calles; las redes sociales son pasto para memes tránsfobos, como ha podido comprobar en primera persona Ángela Ponce, una mujer que ha copado titulares en periódicos como el New York Times por su visibilidad trans, pero en España, sus paisanos bromean [sic] sobre su ‘paquete’ o el tamaño de su pene… En fin, que queda mucho por conseguir.
Sin embargo, nos gusta ser positivos. Queremos quedarnos con lo todo lo bueno que nos ha dejado este 2018 que ahora termina. España, ¡quién nos lo iba a decir hace 25 años cuando salió el primer Shangay!, es todo un referente LGTBI a nivel mundial y nadie nos lo va a robar.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, lo vio así cuando lo entrevistamos para que fuera el color rojo, de apertura, de nuestra bandera LGTBI: «Creo que el colectivo ha ido creciendo, madurando. Adquiriendo esa tranquilidad fruto de los años, de la pelea diaria. Ha adquirido la tranquilidad y consciencia de lo mucho que ha realizado, de lo mucho que ha participado en el reconocimiento de todos nosotros. Y que ahora ya lo vive de otra forma. No quiero ser pesimista, porque hemos conseguido mucho. Pero que haya más sitios ‘amigables’ para la gente. Y cuando digo amigables quiero decir donde los que formamos el colectivo nos podamos sentir, realmente, como en casa. Manifestarnos como en casa. Es decir, más ‘chuecas’. Pero no Chueca como tal, sino ese tipo de sitios… No me gusta la palabra hostil, pero me refiero a que podamos sentir como nuestros todo los sitios públicos, y que nos protejan».
Se refiere, con ello, a que podamos ser libres en todos los ámbitos: «También en los lugares de trabajo. ¿A qué me refiero? Pues a que nos podamos manifestar con la tranquilidad de ser uno mismo. Y me dirás, ¿y eso no se puede ya? Pues no. Aún hay mucha gente que no lo vive como tal. Aunque sí que me doy cuenta de que se está haciendo hincapié en ello, en la diversidad. Y me refiero a grandes empresas, que tienen sus departamentos de igualdad. Todas esas cuestione son importantes. Se está haciendo más de lo que creemos en otros ámbitos, como los de la administración, pero también en los de las empresas privadas. Pero aún queda, porque hay mucha pequeña y mediana empresa que…»
Pues eso, brindemos por ello, pero sin olvidar que nos quedan cosas por conseguir. Para ello, nos quedamos con las palabras de otro entrevistado, Kike Sarasola sobre estos 25 años de Shangay: ¡»Ha sido tan bonito! Es un tema del que podemos estar orgullosos, y somos un referente mundial. Cómo hemos sabido aceptar a la gente, ‘normalizar’… Han sido años que, por supuesto, han tenido sus problemas, altibajos y agresiones, verbales, físicas…. En los que hemos tenido que luchar, pero hemos luchado con la cara bien alta. Lo hemos hecho para que se nos respete. Y, además, pienso que no hay un estereotipo del gay, de la lesbiana o de nadie del colectivo, algo que es muy importante. Creo que los medios de comunicación han hecho, habéis hecho, tanto las revistas como la televisión, un gran apoyo ‘normalizando’ todo tipos de personalidades. Por eso pienso que ahora mismo, entre la gente joven, cada vez menos es un tema del que hablar. Ya no es importante. Lo veo con mis sobrinos y sobrinas. Es muy bonito ver como hemos evolucionado. Yo estoy encantado.»
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