La Terremoto de Alcorcón: "En 2021 el mundo travesti mejorará a golpe de pluma y lentejuela"

Temas: Asier Etxeandia, Drag, Entrevista, La Terremoto de Alcorcón, MasterChef, Palma de Mallorca, Shangay, Travesti

Asegura La Terremoto de Alcorcón que acaba de ver cumplido un sueño a finales de este año tan complicado. “Ser chica de bandera en este anuario Shangay para mí es todo un logro”, asegura, y esta vez no lo dice de coña. “Yo, desde luego, es una de las cosas que celebro de este año”.

Resulta imposible mantener una conversación seria con La Terremoto de Alcorcón, porque es una artista que va con el humor, el salero y la ironía por delante. Cuando vivimos un momento de locura por el anuncio de España Drag Race (su nombre sale en las quinielas como apuesta para presentarlo o participar como jurado), y se cierra a la vez un año negro para la comunidad travesti, debido a los estragos de la pandemia en el ocio nocturno, La Terremoto se puede considerar afortunada.

Ha estado muy presente en nuestras vidas gracias a su participación en el talent show MasterChef Celebrity, que apenas ha finalizado. Ella aportó el toque travesti a la edición, y es que no cabe duda de que es una más de la comunidad, y lo lleva siendo hace ya la friolera de veinte años, que es cuando comenzó. “El origen de todo fue la diosa Fortuna, solo puedo sentir emoción al recordarlo”, cuenta. “Es fuerte pensar que yo salía de manera casual, entre el público, en el programa de Cristina Tárrega Póker de damas [en Antena 3]. Y ahí me vieron Diabéticas Aceleradas”.

Sí, el mítico grupo travesti de Palma de Mallorca vio inmediatamente un diamante (¿en bruto?), y el resto es historia. Eso sí, ella le echa literatura al recordar lo que sucedió. “Me localizaron, me raptaron y me llevaron a una isla del Mediterráneo”, así lo relata. Y a Palma de Mallorca que se fue a convertirse en una Diabética más. “Allí me enseñaron la biblia de las tablas teatrales, el cabaret, los secretos de toda buena travesti y mucho más. No sigo, que si no lloro…”. ¿No sabías que La Terremoto es muy llorona? Pues lo es, y tremendamente emocional. En cuanto algo le toca, la lágrima aflora, y en cantidades importantes. Aunque se repone enseguida.

«Me considero una gran disfrutona. Intento no mirar ni hacia adelante ni hacia atrás»

“Nunca he sido mujer de metas; no me interesan los retos que puedan causar dolor, ni me marco objetivos”, asegura La Terremoto de Alcorcón. “Pasarte media vida intentando alcanzarlos, con la posibilidad de fallar, es algo que va acompañado de sufrimiento, del que yo me alejo siempre”. Y no duda a la hora de definirse: “Me considero una gran disfrutona. Intento no mirar ni hacia adelante ni hacia atrás. Con mantener el equilibrio de momento estoy feliz”. Y no duda en compartir su fórmula para, veinte años después, seguir siendo todo un terremoto: “Dejarme llevar, ser feliz, comer bien, amar mucho, rodearme de gente más inteligente que yo, observar, comer mucho jamón, copiar, imitar, homenajear, respetar, más jamón, pisotear los prejuicios y, lo más importante, reír mucho, mucho, mucho”.

Ha mencionado que copiar es parte de la esencia de La Terremoto, y debemos recordar que su hit Con Loli, obviamente inspirado en Hung Up de Madonna, ha cumplido quince años en 2020. Un momento clave en su carrera, porque saboreó la viralidad antes de que la tuviésemos tan presente. “Es que ni existía YouTube, y se convirtió en el segundo vídeo más descargado del mundo”, recuerda –no sabemos si exagerando o no, aunque da igual, porque el impacto fue real–. “Me ha traído tantas alegrías ese vídeo, que hicimos una tarde tonta entre unos cuantos amigos, una tarde tonta de invierno. Fue clave en mi vida y mi carrera”. Y la prueba definitiva con la que visibilizaba su pertenencia a la gran familia LGTBI. “Hace poco leí sobre cómo un violinista de Chamberí de origen coreano [Aaron Lee] explicaba que su familia descubrió que tenía un CD mío y, con él, su homosexualidad. Dar por hecho que tener un CD mío confirma tu identidad sexual es un error, pero esa historia da que pensar. Lo bueno de mi familiaridad con el colectivo es que no hace falta explicar más”.

«Dar por hecho que tener un CD mío confirma tu identidad sexual es un error»

Tiene mil recuerdos de sus vivencias en el mundo LGTBI, lógicamente, pero los que más recuerda están muy asociados a la historia de Shangay. “¡Ay, el día de la marcha! La carroza de Shangay forma parte de los mejores recuerdos de muches de nosotres”, afirma. “Esas tardes con 50 grados a la sombra, todos con looks imposibles pero fresquitos, con bien de bandera, de cántico y de amor…”. Se le ilumina el rostro cuando recuerda esos Orgullos que volverán, sin duda. “Cualquier gesto es importante siempre que sume”, continúa. “Por eso es tan importante el compromiso de cualquier ser humano que aporte comprensión, visibilidad y normalización”.

Se ha enfrentado al drama que ha supuesto la irrupción de la pandemia en el mundo travesti con su mejor sonrisa y todas las ganas del mundo de ayudar en lo posible a sus compañeras. “Intento colaborar en todo lo que puedo y buscar soluciones para un sector muy dañado”, explica. “Desde los vermuts travestis para padres e hijos del Bar Flexas [su local en Palma de Mallorca] hasta colaborar altruistamente en eventos, participar en vídeos que apoyen a la vuelta a los escenarios… Es que muchas compañeras han perdido su único ingreso, y me temo que RuPaul no va a dar de comer a todas las que se quedan paradas…”. Tiene claro cómo se podría mejorar la situación de las travestis en el año que entra: “A fuerza de pluma y lentejuela. Es un año para cantar, travestirse e introducir a la mujer en un formato como RuPaul’s Drag Race para demostrar al planeta que estamos muy por delante de cualquier machismo. Porque… ¿un programa en el que solo concursan y presentan hombres a estas alturas?”.

“Me considero una gran travesti. No por la grandeza de mi personaje, sino por la talla”

Una pregunta interesante, a la que sigue otra importante: ¿qué tipo de travesti se considera La Terremoto? “Una gran travesti. No por la grandeza de mi personaje, sino por la talla”, afirma. Y continúa: “Soy travesti urbana y payesa, desde que me levanto hasta que me acuesto. Soy posadera travesti cuando estoy en el Flexas; y en televisión, lo más travesti que pueda siempre, para que la gente que nos tiene lejos nos vea cercanas”. Es muy triste comprobar en estos tiempos de pandemia que sigue costando que se reconozca, a nivel popular, el mérito de tantas artistas que trabajan principalmente de noche.

La Terre piensa que tiene que ver con un empeño generalizado por lograr que la noche desaparezca. “Recuerdo un programa de Punset en el que se analizaba cómo nacemos genéticamente programados como seres diurnos o nocturnos”. Ella tiene claro para dónde tira. “Soy un ser nocturno, ¿y qué pasa? ¿Acaso los artistas que nacemos con ADN lunar no merecemos un reconocimiento?”. Mientras llega la respuesta, hay que hablar de su participación en la edición 2020 de MasterChef Celebrity, que ha concluido recientemente. “Me llevo momentos muy especiales, como recibir a mi sobrina en plató tras siete meses sin vernos, o la alegría de reencontrarme por sorpresa con [su querida amiga y colaboradora travesti] Feldene y Asier Etxeandia, esperando para degustar mis platos. Y me llevo a un montón de gente, claro”.

«¿Acaso los artistas que nacemos con ADN lunar no merecemos un reconocimiento?”

Si bien tendría que haber aprovechado antes de entrar en el programa para coger práctica en las cocinas de su Flexas en Palma, reconoce que no lo hizo. “Tendría que haber prestado más atención a La Estrella, que durante diez años nos dio de comer como una madre utrerana. Me pasaba el día con ella en la cocina, pero de palique”. Y para quien no sepa quién es La Estrella, la define: “Excomponente de Peor Impossible, performer, ‘Ghandi de Utrera’ y saltador de carrozas”.

Se quedó a las puertas de la final del programa, pero asegura que se lo tomó fenomenal, y es que no se considera buena competidora. “Siempre he disfrutado más leyendo las bolas del bingo que cantando línea”, asegura. Y tiene claro que no quiere verse obligada a partir de ahora a cocinar para las amigas, porque a ella le gusta más comer. “Aunque cada día me atrevo a hacer más pinitos en la cocina del Flexas. Y ya he dado hasta un taller de esferificaciones y de espumas de sifón, así practico”. Así seguirá haciendo amigos, a los que podrá conquistar tanto con su arte travesti como a través de sus estómagos. “Mi corazón tiene una capacidad para meter gente dentro brutal. ¡Porque todavía está al 2% de aforo!”.